Capitulo nueve.

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- Y después de todo, ¿Que era lo que te traías con Camila aquella vez? - Le pregunté al separarnos; estábamos sentados en el sofá.

- ¿Camila? - Ajá, según él no se acordaba. Típico de hombres. - Ah, okay. Pues es solo la profesora de Dani, tú lo sabes.

Si claro.

- Pues yo también lo soy, y mira. - Me refería a que así empezó todo, pues me gustó un día que fue por Dani. Y es que a quien no le iba a gustar Ari, si era re guapo; esa barba de 3 días que nunca se quitaba lo hacía ver súper bien, y esos ojazos... Pero era mi novio, mío.

- Pero es que ella - Se acercó a mí y me dio un pequeño beso. - No me gusta, y tu - Otro pequeño beso. - Si... No seas celosa.

Al terminar de decir esto, me abracé a él, sintiéndolo, teníamos muy poco tiempo y tal vez no nos conocíamos muy bien, pero en verdad que lo quería, y lo quería mucho.

- Oye! ¿Y Renata? ¿Se fue?

- Si, se fue, su esposo la estaba esperando para que lo acompañara a una cena de negocios.

- No sabía que fuera casada.

- Si, el tipo al principio me parecía un idiota, pero con el tiempo demostró que en verdad la quería; y ahora pues están juntos. - Le sonreí. - Me alegra que ustedes se lleven bien.

- Si, recién nos conocemos pero... Me cae bien tu hermana.

- Y tú le caes bien a ella. - Sonreí ampliamente, me la llevaba bien con sus hermanas, y era un punto a mi favor si quería una buena relación del todo con Ari.

- ¿Y eres el mayor? - Pregunté mientras me levantaba, me dirigía a la cocina por un poco de jugo.

- No, Renata es la mayor - Me dijo aún desde la sala - Este guapetón que vez aquí es el segundo.

- ¿Guapetón? - Regresaba de la cocina con dos vasos de zumo. - ¿Quién te ha engañado diciéndote eso? - Le di un vaso y seguido me senté. - Te están engañando - Dije, al borde de la risa.

- Bueno, así me quieren. - Hizo un puchero.

Dios, que divino.

- Claro, tú papá y tu mamá. - Ari no dudo en soltar una carcajada y yo igual.

- Por cierto, ¿Y tus padres?

- Mi papá, bueno... eso es una historia aparte que después te cuento; pero está bien. Mi mamá, pues ella está en Australia, ya sabes, viaje de negocios, creo que te lo comenté cuando te dije lo de.... Bueno, ya sabes. - Me refería a la vez que le conté que me acostaba con todos, o bueno, se lo di a entender.

- Sí, lo recuerdo, pero me gustaría conocerla.

- ¿Quieres conocer a mi mamá?

- Claro. - Sonrió - ¿Por qué no?

- Serás el primero. - Ari arrugó el ceño. - Es que... Bueno, nunca antes le he presentado un novio a mi mamá.

Ari sonrió.

- Me gusta ser el primero. - Me mordí el labio inferior.

Ari me quitó el vaso de la mano, para así ponerlo en la mesita de vidrio que teníamos justo en frente. Se acercó a mí y me besó la comisura de los labios, para luego besarme del todo bien, haciendo que me boca se abriera para él y nuestras lenguas se encontraran. Pasé mis manos por su cuello y quedamos más unidos, Ari, empezó a sobar mi cadera por encima de la blusa que tenía, luego metió la mano por la blusa, tocaba mi piel.

Sentía quemar en esos momentos, sus caricias dulces y llenas de amor y pasión me hacían derretir. Su mano experta empezó a subir un poco más, se deslizaba desde mi cadera hasta mi espalda y viceversa. Mis manos estabas en toda su espalda y brazos, esos brazos notoriamente trabajados pero no exagerados, que lo hacían ver tan bien.

Quiero Todo Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora