Capitulo diecisiete.

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No se supe muy bien que decir. Trataba de organizar mis ideas para poder decir algo "Estructurado" o "Ingenioso" pero como nada me cuadraba, y al estar bajo la fija mirada de Isabel; decidí improvisar. 

- Si. - Asentí con la cabeza también. - Tengo novio. 

- ¿Como se llama? 

- Ari. - Sonreí al decir su nombre.

- ¿Trabaja? 

- Claro. 

- ¿En qué? 

- Es abogado. 

- ¿Y lo quieres? 

- Mucho.

- ¿Segura? 

- Obvio. - Eso era una conversación extraña, bueno, era más bien un interrogatorio, Isabel me hacía preguntas concisas y rápidas y yo le respondía de la misma manera. 

- Quiero conocerlo. 

Dudé en eso. - Si. Él también quiere conocerte. 

- Más le vale. - Y dicho esto, avanzó y se dirigió a la cocina. 

Me hubiese estresado, pero decidí no hacerlo, al fin y al cabo qué podría pasar si mi mamá conocía a Ari, seguro le caería bien. 

Me fui a la habitación para terminar de maquillarme; un poco de brillo en los labios y estaría bien. 

- ¿Vas a salir? - Preguntó mi madre mientras entraba a la habitación. 

- Si. - Musité. - Bueno, no sé. Tengo que llamar a... Ari. Pero no creo que me demore mucho tampoco. 

- Vale. 

Mi madre se fue de la habitación y yo llamé a Ari para encontarme con él, quedamos de vernos en el bufete donde él trabajaba para ir a tomarnos algo cerca, pues estaba trabajando. 

Tomé un taxi y en menos de media hora llegué. Ari ya me esperaba, estaba vestido de traje, se veía tan comible. Suspire. 

- Hola. - Enredé mis brazos en su nuca. 

- Hola. - Me dio un beso. - Me encanta como te queda ese short. 

- Gracias. - Musité.

Se separó de mí. - ¿Caminamos? - Me ofreció su brazo, el que obviamente acepté. - ¿Y cómo va todo? ¿Hoy te quedas a dormir conmigo? 

- Ehh, no sé. Pero en caso de que no pueda, pues voy temprano en la mañana, como hoy. 

- Bueno. Solo porque tu mamá está aquí y supongo que quiere pasar tiempo contigo. - Sonreí. 

- Ella te quiere conocer.

- ¿Si? 

- Ajá. 

- Yo también la quiero conocer a ella. Tu solo dime cuando. 

Compramos unos refrescos y nos fuimos a sentar en un parque que estaba unas cuadras más arriba, hablé con Ari de cómo estaba su día, me contó algo sobre mi tío y la cantidad de negocios sucios que tenía y quede con cara de poker, en serio que era una joyita. 

- Prometo hacer todo lo posible por ir en la noche. - Enredé mis brazos en su cuello. 

- Bueno, mira que me muero por hacerte el amor. - acarició mi pierna. - Si no hubiese gente transitando, juro que te haría el amor aquí mismo. - Se acercó para besarme. 

- Yo también me muero de ganas de que me hagas el amor. Te necesito. - Musité mirándolo fijo a los ojos.

Ari miró a todos lados y acto seguido, metió una mano por debajo de mi blusa para tocarme un pecho. Menos mal fue del lado donde estaba el respaldo de la banca, sino creo que hubiesen visto.

Quiero Todo Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora