04 | La famosa cantante

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Trabajo, trabajo, trabajo

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Trabajo, trabajo, trabajo...

A pesar de ser su cumpleaños, no había dejado de trabajar. A penas era medio día y aún tenía muchos pendientes por realizar. Y Tiberias no dejaba de ir a su despacho para que le firmara autorizaciones para su fiesta de cumpleaños, a pesar de que nunca iba.

Tiberias y su hermana aún guardaban la esperanza de que alguna vez fuera. Pero él prefería distraer su mente con otras cosas.

Sin embargo, tenía que admitir que se merecía un descanso por un momento. Se levantó de su escritorio y ser acercó a su balcón donde se recostó sobre un sillón café con decorados persas que fue un regalo de su hermana en uno de sus viajes.

Muy cómodo, por cierto.

Pero estaba tan cansado que cerró los ojos por un momento, sintiendo la brisa del mediodía, tratando de borrar los sonidos molestos y sentarse en el canto de las aves.

Hasta que algo llamo aún más su atención; un canto melodioso nunca antes escuchado. Tanto fue su sorpresa que abrió sus ojos.

— Qué hermosa voz...

Sin duda era de una mujer, y para su sorpresa se escuchaba cerca. Asomo la cabeza por el balcón y trato de concentrarse para encontrar a la dueña de la voz angelical.

— ¿Dónde?— se murmuró a si mismo.

Hasta que lo halló, en el jardín real, debajo un jardín arbol de olivo se encontraba una joven vestida de blanco. Cerrando los ojos y moviendo sus manos suavemente como brisa de verano mientras cantada una canción pagana sobre el amor que le tiene la madre naturaleza a sus hijos los árboles.

Era tan bello.

No dejo de verla ni escucharla por un solo instante. Quedó cautivado.

— Es como un ángel.— fue lo último que murmuró antes de sentir una mano sobre su hombro derecho.

Su mirada se desvía de su damisela blanca hacia su más confiable caballero, Tiberios.

— ¿Se encuentra bien, su majestad?— pregunto Tiberios al ver el trance en el que se encontraba el joven.

— Oh sí, no te preocupes. ¿A qué has venido?— cuestionó tratando de cambiar de tema.

— He venido para que firme el contrato de una noche de la cantante que nos deleitará con su voz en su cena de cumpleaños, su majestad.— explico el caballero.

La Princesa De Jerusalén || King Baldwin IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora