02 | Ciega y leproso

4K 351 7
                                    

— ¿Lady Suri?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Lady Suri?

Al escuchar su voz sonrió, dejo de acariciar las flores y dio media vuelta con su bastón en mano.

— Su majestad, lo he estado esperando.— comento la pelirroja.

La última vez que se vieron fue durante un banquete organizado por Sibila, la hermana de Baldwin. Suri sintió que no era el momento adecuado para confesarse, así que le pidió que se vieran dos días después en su jardín personal antes de que cayera el sol. El acepto.

— Así es. ¿Sobre qué quería hablar conmigo?— cuestionó Baldwin IV.

Estaba un poco nerviosa, nunca antes había confesado su amor a un hombre, no dejaba de hacer movimientos nerviosos con sus dedos y eso Baldwin lo notó.

— Usted sabe que nos conocemos desde que somos unos niños— declaro la pelirroja, sonriendo al recordar la primera en que se conocieron, en un banquete donde ambos tenían ocho y nueve años—. Yo siempre he sentido un gran aprecio, cariño y respeto hacia usted. Estuvo dándome su apoyo durante el fallecimiento de mi madre, y se lo agradezco mucho. Pero ahora ese cariño a evolucionado, ya no es solo cariño.... Si no también amor. Baldwin, te amo.

Sus ojos azul cielo se mostraban diferentes, se podía mostrar el miedo y la inseguridad gracias a las palabras de la joven, pero eso ella no lo podía notar.

— Suri, creo que estabas confundida. No dirías eso si en verdad me vieras. Soy un leproso, me queda poco tiempo de vida, no pasaré de los treinta años. No podrías estar con una persona como yo.— hablaba lento, tratando de mostrarse en calma, pero estaba todo menos calmado.

— Claro que sí.

— No— hablo firme—. Dices eso porque no puedes verme, si no saldrías asustada al ver mi rostro deforme gracias a la lepra.

Ella soltó una pequeña risa, y se acercó a él, Baldwin retrocede pero Suri sigue avanzando hasta que toca su máscara con ambas manos, y la acaricia como si lo estuviera tocando sin ella.

— Eso es imposible, Baldwin — murmuró la joven—. Si pudiera ver, no me importaría tu apariencia, para mí siempre serás el hombre más valiente y bello de toda Jerusalén.

Bajo su máscara su rostro y mirada se suavizan, mirándola con cariño. La conocía desde que era unos niños, sabía que lo que decía era verdad. La atrajo hacia él, envolviendola en un abrazo. Suri se sorprendió, pero después le correspondió y se dibujo una sonrisa en su rostro.

— Yo también te amo, Suri.

— Yo también te amo, Suri

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Princesa De Jerusalén || King Baldwin IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora