Número 8: Dar señales de tu ubicación

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Como bien hablamos antes, estamos trabajando en equipo, por esa razón es muy importante que no solo te orientes sino también que adviertas a los demás. Da señales de tu ubicación, que se sepa que estás ahí. Hace ruido, canta, grita, salta, silba..., lo que sea, que se escuche tu voz.

Volvamos con los chicos.

Esta vez debemos continuar donde dejamos hablando a Jésica S.

- Es la vieja mina...- aseguró esta alumna.

-''Que está a 40 minutos'', diría Pitta- dijo Gian.

-No creo que esté tan lejos- pensó Romina en voz alta- ¿De dónde sacaron esa conclusión?

-Nos empezamos a dar cuenta de cosas- dijo Marcos tocando varias veces su nariz.

-''Nos'' dijo el mosquito...- acotó Pitta.

Los chicos empezaban a agarrarle el ritmo a la excursión. Aprendían cómo manejarse en equipo, a ser ordenados con el tiempo, a coordinarse, a escucharse, respetarse y cuidarse unos a otros.

-A la vieja mina- ordenó Esmeralda.

Los 30 comenzaron a caminar y a entonar esas marchas que parecían acortar el tiempo. Romina también fue testigo de lo que el plan de Rodrigo estaba logrando, se quedó satisfecha por haber dicho que sí cuando su amigo docente presentó su idea. Era parte de algo increíblemente hermoso.

Por otro lado, los chicos habían olvidado por qué buscaban a Rodrigo, solo sabían que ya habían empezado a buscarlo y terminarían eso que comenzaron; pero los celulares ya no eran prioridad para ninguno. Se olvidaron de todos los problemas que la escuela les había causado: llevarse materias, sentirse inútiles, sentirse rechazados, sentirse solos, sentirse encerrados; todas las preocupaciones habían desaparecido mientras caminaban por esos hermosos verdes junto a un arrullador río de primavera. Cada tanto una de las chicas gritaba porque alguno de los chicos fastidiaba con algún sapo, iguana o cualquier bicho que encontraba de camino.

Mientras avanzaban, jugaban y se molestaban unos a otros, algunos se enamoraban de personas que jamás pensaron alguna vez como pareja, otros corrían carreras o jugaban a las luchas, otros apostaban a uno de aquellos que luchaban, muchos cantaban inventando canciones para dedicárselas a Rodrigo y otras a los demás docentes, otros contaban chistes, etc. Una de las mujeres tomó su camisa más sucia y la ató a un palo muy recto, esa fue su bandera y desde entonces la chica decidió caminar delante de todos para guiar a sus compañeros y que ninguno se pierda.

-Nunca pensé que llegaría a ser abanderada, pero acá estoy, Jajaja- exclamó Esmeralda, la portadora de la bandera-camisa.

-Dale, Dafne. Este sapo solamente quiere un beso- dijo Agustín corriendo a Dafne con un enorme sapo que parecía muerto.

-¡Dejame tranquila!- intentó gritar Dafne en medio de su eterna carcajada.

-¿Alguien más escucha ese ukulele?- preguntó Aneley con los ojos bien abiertos- ¿O yo me estoy volviendo realmente loca?

-Jaja, no, soy yo, Ane- dijo Florencia U.- Dijeron que traigamos lo que consideramos esencial, y para mí lo esencial es la música.

-¿Alguien me pasa el repelente?- preguntó Rocío- Me están morfando los mosquitos.

Nicolás respondió de inmediato y le pasó a su compañera lo que le había pedido. Apenas lo tuvo en sus manos, Rocío se lo colocó a prisa por toda la piel que tenía al descubierto.

-No es por nada, pero...- le dijo Gian a su compañera- ... sin querer llené ese cosito con agua azucarada para que los mosquitos vengan más rápido.

Cómo sobrevivir a 5to SocialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora