Día 4:
Me desperté y como siempre a las 9:30 bajamos a desayunar, a las 11 nos íbamos de vuelta a Madrid (Samuel a Guadalajara), desayunamos rápido y subí a ducharme.Samuel y yo quedamos a las 10:00 así que tenía 20 minutos para prepararme.
Me sequé el pelo rápido y me puse unos pantalones de pana y una sudadera larga, miré el móvil y él ya estaba abajo.
Bajé y, efectivamente, estaba él esperándome, pero no estaba solo, estaba con su prima.
Ella quería ser peluquera, no sé que pretendían, ella me sentó y me hizo una coleta alta.
"Bien, así no se me despeina más" pensé.
Maria acabo y subió arriba de nuevo, estábamos solos una hora como habíamos acordado.
-¿Por qué la coleta? -Solté de repente.
-Para que cuando duermas en el coche te vea la carita -Me guiñó el ojo.
-Si cada uno vamos en el suyo tonto.
Me miró.
-Creo que no tonta -Me besó la nariz.- Tú vas con nosotros.-Mi padre no me dejará...
-Hablamos con él, te vienes, y te dormiras, por eso la coleta, quiero verte.
-Ah nono -Me puse la mano en la coleta cuando él me cogió de la mano haciéndome bajarla.
-Sí, y punto -Me sonrió.
-Vale -Le devolví la sonrisa. No quería pero él era mi debilidad.
Bajaron todos y metimos cada uno las maletas en su coche menos una mochila que me llevé conmigo. Con unos cascos, cubos de rubik, y un cuaderno.
En el coche me puse yo detrás del conductor, Samuel en medio y Maria detrás del copiloto.
No había dormido nada con los nervios de la despedida, no quería separarme de él. Puse la cabeza en la ventana con intención de dormir cuando unos brazos me cogieron del brazo y me echaron hacia atrás, ahora estaba encima de Samuel. Me acurruuqué a su lado y cerré los ojos.
Cuando volví a abrirlos Samuel me estaba mirando y sonreía, es bonito despertar así.
-Dormilona, ¿dormiste bien? ¿Cómoda?
Asentí con la cabeza y cerré de nuevo los ojos.
-Han parado para comer, ¿quieres algo?
Le miré y esta vez no conteste.
-Ah, no me dirás nada...
Seguí mirandolo. Se agachó y me empezó a morder la mejilla
-No, no. ¡No tengo hambre Samuel para! -Para mi suerte estábamos solos en el coche pero grite lo suficiente para que una pareja que estaba al lado del coche nos mirara.
Él río -Eres muy tonta -Me abrazó fuerte, como si no quisiera que me fuera, y me pareció lo más tierno que había hecho nunca.
Nos quedamos en el coche hasta que volvieron de comer algo, quedaba menos de una hora para que llegáramos a su casa (que estaba a una hora de la mía) y no quería separarme de él nunca.
Le abracé fuerte.
-¿Aún podemos irnos de aquí y estar juntos?
Él me miro y me cogió de la mano.
-Tonta, nos vamos a ver más, espera -miró a su madre -. Mamá, ¿pueden venir a tomar algo a casa?
-Claro que sí, que buena idea -inmediatamente cogió el teléfono y se lo dijo a mi padre, él aceptó, tenía mas tiempo.Después de 45 minutos llegamos, pasamos y había un enorme jardín con unas plantas y árboles, todo era verde excepto un camino de piedra que conducía a la entrada.
Solo pude abrir la boca, su casa era enorme, al entrar había un pasillo, a las derecha estaba el baño y a la izquierda la cocina, si seguías hasta el final estaba el salón y una salida hacia la parte de atrás del jardín, arriba tenía todas las habitaciones, cuatro para ser exactos, una de Samuel otra de su hermano mayor (que ahora estaba en la universidad y no vivía ahí), otra de sus padres y otra una pequeña biblioteca, de la que me enamore nada más verla. Tenía un tercer piso donde tenia una chimenea y unos sofás, era impresionante.
Todos se quedaron en la cocina preparando la comida y él y yo fuimos a la biblioteca, él sabía mi gran obsesión por los libros.
-¿Por qué nunca me hablaste de este sitio? -Le miré y levanté una ceja.
-Tampoco pensé que te importaría, son solo un poco de libros -Miró los libros y se tocó el pelo.
-Cada libro es un hijo mío -Le fulminé con la mirada.
-¿Hijo? -Soltó una gran carcajada.
-¡Ay dejame! -Empecé a mirar todos los libros, ví que estaban ordenados por género y me enamoré más de ese sitio, cogí uno de Laura Gallego y me senté -. Dios la amo demasiado.
Él me quitó el libro y lo dejo a un lado.
-¿Has venido sólo para ver libros?-No sabía que había libros -Otra mirada fulminante.
-Venga perdoname -Me cogió de la cintura y me atrajo hacia él dándome un beso en las mejilla.
-Bueno vale -Le sonreí.
Unas horas mas tardes nos fuimos pero antes de salir pasó ese milagro típico de películas
-Tenemos que hacer unas obras en la casa, nos quedaremos en casa de mi padre -La madre de Samuel miraba a mi padre y a mi mientras hablaba-. El próximo día podemos quedar fuera, estaremos todo lo que queda de semana santa sin casa
-Los niños se llevan bien, ¿por qué no viene Samuel esos días a casa? -Mi padre siempre consigue lo que quiere. Después de un rato su madre aceptó. Samuel y yo nos miramos, note que estaba igual de contento que yo
Mañana vendría a casa y se quedaría cinco días
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Vacaciones De 4 Días
Novela JuvenilUnas simples vacaciones en Salou acabará siendo una pequeña aventura de muchos mas días