Nota: Perdón si este capítulo es corto, no tuve tiempo y quería subir algo

32 5 1
                                    

Me desperté temprano, a eso de las 9 de la mañana, desayuné y me preparé, Samuel venía esta tarde, y se quedaría cinco dias en mi casa. Todavía no lo creía, no paraba de dar saltos, no podía estar mas feliz.

Comí y me peiné, haciéndome dos coletas, con la plancha me alisé un poco el pelo, estaba lista.

Sobre las cinco llegaron, salude a todos y Samuel y yo subimos arriba, a mi habitación.

No me podía creer que estuviera en mi casa, cuando paso por ese largo pasillo hasta mi salón y luego subimos y se quedo mirando los tres dormitorios hasta llegar al cuarto, el mas apartado de todos, el mío, solo dijo una cosa:
-Guau, ¿te gusta el rubius?

-Un poco -conteste riendo y mirando todas las fotos que tenía colgadas de él-, pero también me gusta Ed Sheeran y otros -le señalé más posters.

-Y tenías razón con eso de que te gusta leer -empezó a curiosear y mirar cada libro- Podrías hacer una biblioteca.

-La haré cuando tenga mi casa.

-Nuestra casa querrás decir -No sé si se rió por la cara que puse o por un libro que cogió-. Espera, ¿Hello Kitty?

-¡Era de cuando era pequeña! -Le quite el libro corriendo y lo deje en su sitio, él seguía riendo y le tapé la boca-. Calla escandaloso.

-Que mona la bebe -me empezó a acariciar toda la cara.

-Callate idiota -le saqué la lengua

-¡¿Qué me llamaste!? -se acercaba lentamente a mi

-No, no, nada -Me levanté pero fue tarde, me cogió del brazo y me tiro hacia él por lo que me caí y él río.

-No creas que te vas a salir con la tuya -se pego a mi y quedamos a centímetros.

-¿Y qué me pasara, eh? -quería provocarle, quería ver de que era capaz.

Me mordió la mejilla, cuando se quitó me toqué, como si así fuera a hacer algo... Me sentó encima suya y me abrazó fuerte, demasiado fuerte.

-Samuel... Duele -le dije casi sin respiración. Me soltó algo pero siguió agarrándome. Le miré y vi que tenía una sonrisa en la cara, una sonrisa que vería durante cinco días más. No pude evitar sonreír también-. Si esto me harás cada vez que te piques lo haré siempre.

-La próxima vez te callaré, y no como hiciste tú con la mano -me guiñó un ojo.

Esa tarde fue a base de preguntar y hablar, conocernos aún más. Llegó la hora de la cena y bajamos al salón, a una mesa grande en la que cenamos Samuel, mi hermana, su mejor amiga que era alta rubia y demasiado risueña, y yo.

Mi hermana durmió con su mejor amiga en su habitación (en frente de la mía) y yo con Samuel en la mía, pusimos un colchón en el suelo, al lado de mi cama, pero al final nos quedamos dormidos los dos en mi cama.

Vacaciones De 4 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora