Las cajas fuertes están diseñadas para guardar cosas de gran valor que tenemos miedo de perder o de que nos roben, normalmente la contraseña la tienen pocas personas y en muchas ocasiones guardamos otra más especial de la que sólo conocemos su existencia nosotros mismos. Pero los demás la intuyen, saben que existe y que algunas veces la puerta parece estar entreabierta porque una ligera sombra cubre nuestra cara.
La humanidad entera se esfuerza por resolver misterios, imagina si un individuo tiene a su alcance tal posibilidad, pregúntate qué no harías tú por ver lo que hay dentro de esa caja fuerte. Hay varias formas, no hay unas más correctas que las otras porque la forma en la que está codificada cada caja fuerte es distinta entre personas, pero podemos encontrar métodos comunes:
Uno de ellos es la presión, consiste en agotar mentalmente la puerta a base de teclear el mismo código una y otra ves (usualmente este código es en diversas lenguas: ¿qué te pasa?). Este método es universal y en ocasiones es la misma dueña la que abre la puerta de golpe, de tal forma que caen sobre el "presionador" todos y cada uno de los objetos.
Otra forma es a través del amor y el afecto. Tenemos la creencia de que si una persona se siente amada también se sentirá segura y en un ambiente lo suficientemente propicio para que nazca la confianza y así sea ella sola la que teclee el código y nos cuente de forma relajada de dónde proceden cada uno de los objetos que la tienen tan ensimismada últimamente.
Aislar, es decir, obligar a la persona a permanecer sola con su caja fuerte de forma que de tanto mirarla solo tenga dos opciones enfrentarse a lo que hay dentro o pedir ayuda urgente...
El chantaje, el me lo dices o... que tantas veces funciona y otras rompe en mil pedazos la relación existente.
Y aunque estos son los que yo más conozco el que más apropiado veo es el siguiente: No se trata de dar afecto, ni de presionar para forzar a la persona a hacer algo que realmente no quiere hacer, se trata de demostrarle que decida lo que decida no cambiará nada, que aceptas esa caja incorporada e inseparable de su persona, demostrarle que aprecias y guardas en tu caja fuerte un trocito de la suya porque para ti la exposición es importante. Pero su clave y su llave son suyas y tienen derecho de no querer compartirlas con nadie.
Lo que haya dentro no es nada en comparación a lo que nos rodea fuera, porque una caja es limitada, pero el mundo es gigante y sus experiencias no tienen número. Cuando quieres saber algo de alguien solo tienes que escuchar tranquilamente lo que dice mientras habláis de cualquier otra cosa.
