Capítulo [2]

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Me adentro un poco y me siento en un rincón, me pongo a pensar mientras mi mirada está perdida. Empieza a anochecer y me doy cuenta de que he pasado varias horas ahí sentada. Miro la hora y es hora de cenar. Bajo corriendo por las escaleras ya que el ascensor tarda demasiado.
Llego a la puerta, y justo cuando entro la enfermera viene hacia mí con una bandeja de comida, y como no, es lo mismo de siempre.

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Como cada martes, me dirijo a la consulta de mi psicólogo. Llamo a la puerta e inmediatamente oigo los tacones de mi doctora. Abre la puerta y me introduzco en la sala sin ningún contacto visual. Me siento en el sofá, y me cruzo de brazos.
-Anne, ¿cómo te encuentras hoy?- me dice mientras se acerca lentamente a mí.
-Bien- miento.
- Me alegro, ahora vamos a comenzar con la sesión de hoy - dice cogiendo los informes que mi médico le cedió.

- Bueno Anne, aquí pone que has engordado un poco y que por fin saliste fuera de tu habitación. ¿Hablaste con alguien?-Niego con la cabeza dirigiendo mi mirada hacia el suelo.

- Bueno, creo que ya es hora de que te relaciones con alguien. Tú médico y yo hemos decidido que vas a compartir habitación con una nueva compañera-. La miro indiferente.

- ¿Ya hemos acabado?-pregunto.
- Si, puedes irte-me levanto y posiciona su mano en mi hombro mirándome con cara de satisfacción.
No me gusta mucho su tacto y me aparto bruscamente.

Observo la pantalla del ascensor que indica la planta en la que me encuentro. Se abren las puertas y avanzo en línea recta hacia mi habitación.

Veo la puerta abierta y eso me extraña, ya que la había dejado cerrada. Entro en mi habitación y encuentro a una niña con el pelo largo y castaño, con pequeñas ondulaciones cayendo sobre su cuerpo. De repente, se le cae su osito de peluche y se agacha a recogerlo. Noto como me mira con una mirada inocente mientras deja el peluche sobre la cama.

Se asoma un chico con el cabello castaño y unos ojos grandes verdes. Se acerca lentamente a mi compañera de habitación, noto como la susurra algo en el oído, seguidamente le da un cálido abrazo, fija sus ojos en los míos y sale por la puerta.

Me despierto por unos agudos chillidos. Enciendo mi lamparita de noche y encuentro a mi compañera llena de sudor y respirando alteradamente. Me acerco lentamente y pongo mis manos sobre sus hombros agitándola suavemente para que despierte. Mi acción hace que sobresalte y a los pocos segundos se apoya en mí buscando algún consuelo. Al notar su tacto me alejo rápidamente.

-¿Te encuentras bien?-Pregunta insegura.

-Si-Respondo fríamente.

-Te gustaría hablar del tema?-

-No, ya estoy mejor.-

-¿Estás segura? En mi puedes confiar, tranquila-La digo con seguridad.

Asiente con la cabeza y comienza.

-Yo estaba en mi casa con mi hermano y salimos al patio trasero para columpiarnos, tenía frio y fui a mi habitación. Abrí el armario para coger mi abrigo y un monstruo verde me persiguió por toda la casa- me susurra

-Tranquila, solo ha sido una pesadilla, no va a pasar nada-

-¿Me lo prometes?- me mira fijamente a los ojos.

-Sí, ¿cómo te llamas?- digo interesada.

-Me llamo April, ¿y tú?- Me examina.

-Yo me llamo Anne. ¿Cuántos años tienes?- Sus ojos brillan en la oscuridad.

-8, ¿y tú?- me sonríe.

-16-

-¿Te gusta mi hermano? He visto como os mirabais- me mira curiosa

-Mm...Buenas noches- Regreso a mi cama y apago la Luz.

La semana transcurrió rápidamente y con normalidad, mi vida ahora era un poco diferente gracias a April, me encariñé bastante con ella, me enseñó que se puede confiar en las personas y yo a cambio, le di la oportunidad de ser la única persona en conocerme por completo. Desde que vino no nos hemos separado, coincidimos en todas las revisiones, salimos a tomar el aire. Realmente no pensé que una persona con tan poca experiencia de vida me enseñaría a ver las cosas de otra forma.

Como todos los domingos nos permiten recibir visitas, yo como siempre, no espero a nadie, en cambio a April se le iluminaba la mirada al ver a alguien entrar por la puerta, era su hermano.

Veo a April correr hacia él, y enseguida él la alza con sus musculosos brazos. Observo como se sientan en la cama intercambiando risas, mientras que April juega con su pelo. Me da la sensación de que estorbo en la habitación y me dirijo a la puerta, pero cuando mi mano toca el pomo April me detiene agarrándome de la cintura con sus diminutos brazos.

-Anne, este es Ethan-dice April haciendo que la atención de su hermano se pase a mí.

-Hola...-digo avergonzada.

Ethan se levanta de la cama y se acerca hacia mí para corresponderme el saludo. Instintivamente me aparto antes de que me toque. Ethan y April me miran confusos y sin pensármelo dos veces salgo de la habitación lo más rápido posible.

Las puertas del ascensor se abren, observo el cielo oscuro y alguna que otra estrella brillando en él.
El aire fresco de la azotea hace que me sienta mucho más relajada y tranquila, ya que me gusta estar sola por costumbre, algo que ya no veo nada malo, porque me encuentro sola pero con la mejor compañía, mis pensamientos.

-Anne verdad-oigo una voz por detrás de mí. Miro sobre mi hombro visualizando una silueta que no tardo en reconocer.

-Sí-respondo.

-Mi hermana está encantada contigo- dice posicionándose a mi lado.

-Lo mismo digo-mi voz suena mucho más débil que la suya.

-Bonita noche- intenta sacar tema en este incomodo silencio.

-No tienes por qué hablarme, sé que te parezco rara y más por lo que he hecho antes-el me mira mientras yo sigo contemplando el cielo.

-No eres rara, créeme y encima sé por qué estás aquí. Si realmente piensas que yo creo eso de ti, estás diciendo que pienso lo mismo de mi hermana- le miro sorprendida.

Anne...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora