Puntos ciegos

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Que alguien me cierre la boca y me seque las babas. Tengo que recordarme a mi misma que este delicioso hombre esta esperando que le conteste algo. ¿Que fue lo que dijo? ¡Ah si! ¿Que porque la prisa? Pongo mi mejor cara de "no me mueves ni un pelo, para nada estas buenisimo" y con el mayor desinterés le contesto.

 ¿Que fue lo que dijo? ¡Ah si! ¿Que porque la prisa? Pongo mi mejor cara de "no me mueves ni un pelo, para nada estas buenisimo" y con el mayor desinterés le contesto

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- Tengo prisa porque si -. Espera, esa contestación es un poco infantil, sueno como Daniel -. Solo, debo llegar a mi casa - le digo metiendo las manos a los bolsillos de la parte trasera de mis jeans. El arquea una ceja y dice - ¿Quieres llegar más rápido?

Miro en la misma dirección que él, a su moto. ¡No! y ¡no!

- Prefiero esperar el autobús.

Sigo mi camino y lo siento pisándome los talones con todo y moto. Me detengo y espero a que llegue junto a mi.

- ¿Que se supone que haces? - le digo colocando esta vez mis manos sobre las caderas en forma de jarra.

- Te acompaño a la parada - al ver mi rostro serio, agrega -. Es tarde, llevas mucho dinero contigo y los viejos de allá detrás me matarán si no cuido de ti - señala en un gesto vago a donde se encuentra el café.

Volteo a ver donde aún están Gladys y Roy. Guardan una caja en el maletero. Me pregunto si serán los cangrejos. Suspiro y vuelvo a caminar a paso más lento para no dejar detrás a Ian.

- ¿No sera que planeas robarme? - se ríe.

- ¿Eso crees? Tengo pinta de ladrón, pero creeme, no necesito tu dinero. Solo permite que haga lo que me han pedido - eso me molesta. Quiere decir, que solo me ha seguido porque se lo han pedido. Me siento decepcionada.

- Si es por eso no tienes de que preocuparte. Se cuidarme sola.

- Seguro que si - dice con una risa.

Lo miro de reojo y se pone serio. Caminamos sin decir una sola palabra. Si lo ha hecho para cumplir su obra de beneficencia del día, esta bien, pero no tengo nada de que hablar, ni aunque quisiera, no sabría que decir.
Podría comenzar diciéndole, ¿así que te llamas Ián? En mi mente eras como un Adam o Scott, pero Ián es lindo. Combina perfecto contigo. Con tus ojos y tu sonrisa. ¡Que bobada!, jamás le diría algo como eso. Pero si no le digo nada me arrepentiré más tarde.

Mi Sueño De VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora