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ஜ۩E L L A۩ஜ

La ciudad de Riad en Arabia Saudita siendo capital de este país es el hogar de una pequeña niña llamada Mouna Çelik de 8 años; de hermoso cabello castaño herencia de su madre junto con su piel de porcelana y una sonrisa que ilumina igual o más que el sol. Mouna no provenía de una familia adinerada, de hecho, su padre tenía que mandar la mitad de su sueldo a Paris como pensión alimenticia para la hija que tuvo con su primera esposa, pero a pesar de todo eso la nena era muy feliz al lado de su familia.

Caminaba tranquila en medio de sus progenitores tomando a cada uno de la mano, mientras ellos le decían que debían aguardar un poco más para llegar a su sorpresa, puesto que era su cumpleaños y para celebrarlo sus padres Azad y Mahassen sin decirle; la llevaron a su restaurante favorito que se ubica en el centro de la ciudad, un restaurante de ambiente acogedor cuya especialidad en su menú eran los sándwiches de pescado frito.

— ¿Te gustó tú almuerzo mi زهرة الصحراء الجميلة*? — Preguntó el hombre con la sonrisa más cálida que le puede dar un padre a su hija.

— ¡Si أب* es el mejor cumpleaños de todos!

— Me alegra que así sea ثمين* — Esta vez era su madre la que le sonreía.

— Bueno familia es hora de volver a casa solo pago y nos vamos — Con un leve movimiento de mano hizo entender al mesero que le entregaran la cuenta.

No tuvieron que esperarlo mucho ya que en breve llegó con una charola con una papeles que la pequeña no comprendía aún de que se trataba. El señor Azad estaba a punto de sacar su billetera cuando el repentino sonido de una explosión saco a todos los comensales de su mundo al ver humo que salía de un edificio de oficinas cercano.

— ¡Corran, busquen refugio! — Grito el mesero con ímpetu, la multitud no lo pensó dos veces y salió alarmada hacia las calles en busca de algún punto de seguridad.

La desventaja de vivir en lugares como Arabia Saudita era que tenían que estar preparados por si en algún momento ocurrirá un ataque terrorista. 

Sin soltarla de la mano corrieron a la mayor velocidad que le permitían sus piernas y aunque el humo que estaba en el aire no ayudaba en la visión Azad iba a la cabeza para guiar a su esposa e hija tratando de seguir a la gente para encontrar algún refugio donde resguardarse. Un "ya casi llegamos" agitado de su madre fue todo lo que pudo comprender la pequeña castaña puesto que sonido de su voces se distorsionaba con los berridos y el llanto de la gente sumado a el sonido de las balas que salían sin parar de las armas de aquellos hombres que habían perturbado la paz de aquella hermosa tarde.

Por un momento su mundo se movió en cámara lenta, pues su padre se detuvo y cayó al suelo dejando ver su rostro desfigurado, en una mueca de horror y un circulo rojo en medio de su frente; un grito desgarrador de la mujer que le había dado la vida la ensordeció por unos instantes, cargándola intento dar media vuelta y huir pero fue demasiado tarde, tres balas impactaron en su espalda haciéndola caer con todo y su hija quien bruscamente fue a dar al suelo manchando su vestido floreado con tierra y polvo.

— ¡Mamá! — Con los ojos picándole en señal de en cualquier momento soltarían lagrimas, acaricio la mejilla de la mujer. — Mami... tenemos que irnos.

— Mouna... mi زهرة الصحراء الجميلة te amo...

— Y yo a ti mamá... tienes que levantarte. — La voz de la niña poco a poco se iba haciendo más quebrada por el nudo en la garganta que se le estaba formando haciendo un vano esfuerzo para levantarla tirando de su brazo derecho. — Hay que ir a casar...

— No cariño... yo ya n-no puedo seguir, huye mi a-amor corre lejos de aquí... sálvate. — La menor de las castañas al notar que el brillo en los ojos de su madre se apagaba poco a poco no dudo en acatar la orden y salir despavorida de aquel sitio.

Mouna sin saber exactamente que dirección tomar corría a toda velocidad en sentido contrario a las demás personas, tropezando con los muertos y buscando huecos entre la gente que huía desesperada, la pobre niña comenzó a darle un ataque de tos debido a la densa nube de polvo que se había creado así que tuvo que detenerse un segundo, sujetando sus rodilla trataba coger todo el pudiera para seguir con frenético escape; la niña si tan solo se hubiera detenido unos metros más adelante se hubiera salvado, una enorme mano toco su hombro y ella por el sobre esfuerzo lo único que hizo fue voltear su cabeza y pudo notar la borrosa figura de un hombre alto con un arma en mano.

— Tengo a una niña ¿Qué debo hacer con ella? — Bajo la perspectiva de la niña parecía que el hombre hablaba solo. — De a cuerdo como usted ordene. — El hombre sujeto a Mouna con más fuerza y se la llevó en contra de su voluntad, la pobre chiquilla no tenía oportunidad contra aquel hombre en cuanto a fuerza física se refería ella tenía 8 y él era un adulto.

En medio del forcejeo Mouna no se dio cuenta que la arrastraban a un extraño camión de carga donde la subieron de manera muy brusca, una vez que ella estaba a bordó cerraron las puertas y se escucharon como daban unos cuantos golpes a las mismas, un señor amablemente la ayudo a levantarse y a sentarse. No podía entender lo que estaba diciendo puesto que ella se encontraba aún aturdida por todo lo que había sucedido, pero se escuchaba afligido.

 La pequeña castaña sintió como arrancaban el motor y comenzaba a conducir la persona que estaba al volante del contenedor móvil, ahí fue cuando salió del shock en el que estaba metido y como única respuesta a todo lo sucedido fue llorar en silencio, al parecer habían notado que las lagrimas habían comenzado a brotar de sus ojos pues el señor que la ayudo a levantarse le estaba acariciando la espalda como forma de reconfortarla:

— ¿Cómo tuvieron corazón para traer consigo a una criatura indefensa como tú? — Comentaba el sujeto más para él que para Mouna.

— ¿A donde nos están llevando? — Tratando de calmarse se secaba las lagrimas con las mangas de su suéter azul.

— No lo se pequeña... Solo queda rezar con todas nuestras fuerzas para que no nos hagan daño en especial a ti que eres un alma inocente.

Era no era nada alentador para la niña que había estado celebrando su cumpleaños hace apenas unos instantes y que ahora no tenía a nadie, lo único que le brindó consuelo fue abrazar el brazo de aquel desconocido hasta que decidieran detenerse y al fin averiguar el destino al que se dirigían.

ஜ۩E L L A۩ஜ

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زهرة الصحراء الجميلة= hermosa flor del desierto

أب= papá

ثمين= preciosa

Después de que pasaran 84 años al fin me decidí por continuar esta historia solo que será atrasada por la razón de que se esta editando, espero que este capitulo 1 al fin sea digno de que lo lean.

Nos vemos en la siguiente actualización ☼

Ella꧁Steve Rogers꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora