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Ya han pasado dos meses desde que me mudé a Seúl, la verdad es que no me ha ido mal; voy a la escuela de modelaje, tengo buen tiempo libre como para poder tomar clases de cocina por las tardes e incluso para las sesiones de fotográficas. Sé que a algunos modelos no les agrado porque piensan que soy un aprovechado y que le insinuado algo a SeokJin, mi jefe, pero la verdad tengo mejores cosas en qué preocuparme.

Como Joy, no me ha hablado ni respondido mis llamadas en las últimas dos semanas y Nana dice que tampoco la ha visto, tengo un mal presentimiento y ya no puedo aguantarlo más.

Me levanté del sofá para tomar mi móvil y mi cartera cuando oigo como tocaba la puerta con demasiada insistencia.

–Joy...– Fue lo primero que se me vino a la mente. Corrí rápido a la puerta de mi nuevo hogar y cuando la abrí había una pequeña canasta, alguien ahí lloraba y me di cuenta que había una nota.

Un sin fin de imágenes vinieron a mi cabeza imaginándome lo peor. Tomé la canasta y de inmediato vi lo que había, un pequeñito aferrado a una manta azul de estrellitas amarillas, justo como la que yo traía cuando llegué al orfanato y justo como la que le di a Joy para su bebé.

Tomé la nota y comencé a leerla, las lágrimas inundaron mis ojos mientras más leía, no podía creer lo que los padres de Joy, mi noona, mi única amiga habían hecho.

"Kookie... sé que he sido una muy mala noona por no haberte hablado en estos días, pero de verdad no he podido. Mis padres se han enterado de mi embarazo y mi padre... mi padre quiere que aborte pero yo no, me quieren separar de Jackson y él ni yo estamos de acuerdo con eso.
Sería injusto llevarnos a nuestro pequeño con nosotros y que el fruto de nuestro amor muera... Confío en ti y sé que lo cuidarás bien, no quiero que nadie más lo tenga si no eres tú, por favor Kookie, promete que lo cuidarás y le darás tanto amor como el que me diste a mí mientras vivía... Jackson y yo lo amamos, sabemos que no es lo mejor pero aun así, ya está decidido. Es algo difícil de pedir pero... cuando pregunte por sus padres, no seas tan duro ¿si? Lo siento por no haberme despedido en persona... No nos olvides.

–Con amor, Joy."

¿Alguna vez han escuchado como es que mueren los vampiros? Toman una estaca y la entierran a lo más profundo de su pecho... En ese momento, yo sentía que me atravesaban 1000 de estas y al mismo tiempo, es tan horrible, amargo. Simplemente el peor sentimiento del mundo.

–Joy...mi noona...– Era lo único que podía decir en este momento.

Había perdido mi única amiga, la que siempre ha estado conmigo desde los 6 y ahora se va... Joder, ¿por qué? Le dije que la ayudaría... Incluso existe la ley de Romeo y Julieta, no los podrían separar.

Me acerqué a tomar al pequeño que estaba en aquella canasta entre algunas sábanas y mi manta, mis lágrimas seguían cayendo sin poder retenerlas. Necesitaba hablar con alguien...

–¿J-Jin? ¿Hyung?– Fue lo primero que salió de mis labios al marcar el número de mi jefe, no tenía a nadie más con quien hablar.

–¿JungKook? Hola, ¿qué sucede, estás bien?– Cuestionó en todo de preocupación.

Mi llanto apenas y me dejaba hablar, estaba hipeando y jadeando por ello.

–Necesito verte, Jin... No estoy bien, por favor ven...– Pedí, más bien, imploré.

–Llego en 10 minutos, no hagas nada ¿Okey? Ya voy.

Colgó la llamada y yo me dediqué a esperarlo con mi llanto amargo y el pequeño de apenas 2 semanas en mi regazo.

..

–Tranquilo... Estarán bien...– Dijo por enésima vez desde que llegó. Jin había llegado hacía apenas 5 minutos y en cuanto me vio no dudó nada en abrazarme luego de ver la nota, aún estaba en shock.

–Aquí estoy, Kook... sácalo todo.– Repetía... "Aquí estoy"... Eso sin duda llegó a mi triste y ahora, solitario corazón.

–Mi noona...– Sollocé en su pecho. –Noona me ha dejado...– Lloré aún más.

–No JungKook, no te ha dejado... Dejó una parte de ella para ti... Algo que sólo le daría a alguien a quien de verdad quería... – Palmeó un poco mi espalda. –Ella sabe que tú vas a amarlo mucho... y no vas a dejar que le pase algo, ella lo supo y te lo escribió.

–Pero... pero yo no sé cómo...– El hipo me interrumpió. –No sé cómo cuidarlo si... Mis padres no estuvieron...

–Pero, ¿quién estuvo ahí siempre? Estaban Nana y Joy, ellas te enseñaron el amor y calor familiar... Tú puedes trasmitirlo... JungKook, no te voy a dejar solo...– Mis ojos instintivamente viajaron hasta los suyos, aunque borrosamente, por fin los localicé.

Sentí como tomaba mi mentón y de pronto... Sus suaves cerezos rozaban los míos haciendo que me estremeciera... eran tan dulces, sólo un poco... un poco más...

..

–JungKook... ¿estás bien?– Preguntaba alguien a mi lado mientras tocaba mejilla, esa voz... esos labios...

–¿Qué pasó?

–Te desmayaste ayer en la noche...– Recordé entonces... pero, entonces lo del beso...

Sí...fue un sueño, las cosas no mejoran en un abrir y cerrar de ojos. Me dijo la misma voz en mi cabeza.

De nuevo el nido en mi pecho se armaba y el llanto amenazante invadía mis ojos. Volteo y observo que el pequeño está dormido...

Joder, si no separeciera tanto a ella, por otra parte siento que realmente sigue aquí... A milado.

Tú, yo.... Y ¿mi bebé? ⌠JinKook⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora