Día 30.

123 10 3
                                    

Ya hacia un mes que estaba en este hospital. Los últimos días me los pase leyendo y descubriendo secretos junto a Federico. No volvimos a hablar del tema del suicidio. 

Mientras ojeaba el libro Cami interrumpió mi lectura para darme la excelente noticia de que su alta médica ya había salido. Estaba tan feliz por ella. Me pidió que la acompañara por última vez al sector de adultos, para poder despedirse de Sophia. Fue muy emotivo, solo me llamo la atención que Camila la llamo Helen y no Sophia, pero no pregunte.

Luego de despedirme de Cami volví a mí, ahora vacía, habitación. Cuando quise tomar el diario en mis manos, torpemente, lo deje caer y se daño la cubierta de atrás. Lo tome con cuidado y me lleve una sorpresa inimaginable. Tenía doble tapa, es decir, alguien había forrado la tapa junto a la última hoja del diario. Retire la hoja extraviada con delicadeza y comencé a leerla.

''A la persona que descubra esta hoja:

Me llamo Sophia Helen Torres, tengo 58 años y hoy es mi último día como enfermera en este excelente hospital. Como habrás leído, tal vez, las páginas de este diario son los secretos mejor guardados de este lugar, pero falta uno. El más importante. ¿Qué sucede en el piso 9? ¿Por qué nadie puede subir allí? Hace aproximadamente 1 año ingresaron a un niño en coma alcohólico, no creíamos que podía recuperarse. Hace dos semanas atrás le dijeron a sus padres que el coma era irreversible y que su hijo se encontraba en estado vegetativo, por lo cual debían tomar una decisión: dejarlo vivir o que el chico muera. Su madre insistió en que tal vez se recuperaría y pidió que continuaran con su vida un tiempo más. Como anteriormente lo dije, hoy es mi último día aquí y quisiera saber que sucedió con el niño. Si encuentras esta carta, por favor, ponte en contacto conmigo. Si escuchas alguna vez sobre la habitación 678/2 llámame. Si vuelves a ver al pequeño Federico caminar o al menos abrir sus ojos, por favor, avísame. O si simplemente encontraste esto y quieres hablar conmigo, búscame.''

Mi cabeza no alcanzaba a procesar tanta información. ¿Sophia Helen Torres era la misma vieja enfermera que conocía? ¿Federico? ¿Mi Federico? ¿Coma? ¿Qué le sucedió? Tome el cuaderno junto con la hoja y me eche a correr hacia la habitación de Sophia. Entré bruscamente, lo que la hizo sobresaltarse.

-¡Pero niña! ¡¿Qué formas de entrar son esas?!- me reprendió la mujer.
-Helen. Te llamas Helen- le dije.

-Ss-si- tartamudeo ella.

-Sophia Helen Torres.

-si. – confirmo ella. -¿Cómo sabes eso?

-Esto.- le tire el diario sobre sus piernas.- te pertenece.

-Mi diario...- dijo nostálgica- lo encontraste.

-¿Qué le sucedió? ¿Por qué conocí a un chico llamado Federico en este hospital? ¿Y por que da la casualidad que es su mismo humero de habitación, el cual nunca encontré?- empezaba a desesperarme.

-Tranquila niña...

-¡¿Qué paso con el Federico de su historia?! ¡Explícame!

-Niña... El Federico de mi historia fue trasladado al piso 9, a la famosa Habitación 678/2. El primer año se encontró en la habitación normal, la 678, pero luego fue trasladado al piso 9.

-¿Y qué paso con él? ¿Qué le paso?- las lagrimas caían por mis mejillas.

-Él... bueno él...

-¡Dígamelo!

-Federico nunca despertó del coma, cariño.

Caí de rodillas, mi cuerpo temblaba. ¿Cómo que no despertó? ¿Quién es entonces mi Federico? ¿Es un fantasma? Eso explicaría porque nunca vi a sus padres, o porque no le gusta salir del subsuelo, ni quiere que hable con él cuando recorro los pasillos del hospital. Todo me daba vueltas, no lograba comprender todo esto. Las lágrimas caían y caían. Solo escuchaba la voz de Sophia llamarme pero parecía muy lejana. Me puse de pie nuevamente y corrí chocando con todo aquel que se cruzara en mi camino. Subí en uno de los ascensores y presione el numero 8. Al salir al piso, instintivamente, corrí hacia la primera escaleras que encontré y comencé a subir. Se extendía frente a mí el famoso piso 9. Lo admire por un momento hasta que reaccione y comencé rápidamente a buscar la habitación. Estuve 15 minutos leyendo distintos títulos hasta que encontré un pasillo largo con una puerta al final. Un enfermero que pasaba por ahí me vio y dio la voz de alarma de que había un intruso en el piso. Antes de que viniera a por mi corrí hacia la puerta. Me detuve a escasos centímetros de ella y leí el cartel que mas deseaba leer 678/2. Mi corazón comenzó a latir muy rápido y mi respiración se entrecorto cuando vi girar el picaporte y un hombre salió de la habitación. Parecía horrorizado de ver una persona allí. Me contemplo un minuto y yo a él. Era morocho y tenía el mismo color de ojos que Federico. Ese hombre se parecía sorprendentemente a mi niño.

Sentí como dos enfermeros me tomaron de los brazos, luego sentí un pinchazo en mi brazo derecho, y es lo último que recuerdo.

________________

Espero les guste, disculpen la tardanza! Comenten si quieren que la siga! 


Habitación 678/2 (Historia corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora