Día 10

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Hoy no vi a Federico en todo el día, tal vez no le permitieron salir. Me desperté muy temprano como de costumbre y logré evitar el desayuno, quería recorrer el hospital. Camine hasta lograr llegar al sector de niños pequeños y me dispuse a observarlos. Una pequeña niña de rizos rubios se acercó a mi con dificultad y me preguntó mi nombre. Le dije que me llamaba Eliska y ella contestó con su nombre era Nahiara. Me tomó de la mano y me llevó hasta una pequeña mesa donde había papeles sueltos y muchos lápices de colores.
-Me gusta dibujar. ¿Quieres que te dibujé?- preguntó la pequeña. Asenti y la observé dibujarme. Un círculo, una rayita, luego otra y otra, y así sucesivamente creando una persona de palitos. Me llamó la atención que al dibujarse dibujo un pequeño corazón rojo en el medio de su pecho. Cuando terminó el dibujo me lo entregó y le dije que me había encantado.
Una mujer igual de rubia como la niña vino a buscarla un tiempo después. Me acerqué a una enfermera y le pregunté por la niña, ella sonrió tristemente y me contestó que la "Pequeña risitos de oro" estaba esperando un transplante de corazón con urgencia, pero que no creían que fuera a resistir mucho tiempo más.
Continúe la mañana recorriendo y conociendo lugares del hospital donde nunca había estado. Cuando volví a mi habitación encontré a Camila guardando libros en una bolsa y me pidió que la acompañara a un lugar. Caminamos en línea recta y luego doblamos 3 veces hasta llegar a la habitación de una mujer mayor. Cami se acercó a la cama y le dijo que traía algo.
-¿Qué tienes para mi pequeña?- dijo la mujer sonriendo.
-"Del amor y otros demonios" que tiene 90 páginas, "He soñado contigo" de 170 y "Hermosas criaturas" de 440; son 700 páginas en total.- contestó Cami mientras enseñaba a la mujer cada uno de los libros.
-Muy bien pequeña puedes elegir 2 cuadernos y una nueva caja de lápices.
-Muchas gracias Sophia. Disfruta tus libros.
Camila tomo de una gran caja lo que ella le dijo y me hizo señas de que la siga. Caminamos de regreso a nuestra habitación y ella me contó que tenían un trato con aquella señora, Cami le conseguía libros y a cambio Sophia le conseguía cuadernos y lápices de colores. Camila amaba escribir y dibujar, la mantenía en otro mundo, la ayudaba a escapar de su transformada realidad.
Llegamos a la habitacion y observe como ella me tendía uno de sus nuevos cuadernos, obsequiandomelo. Se lo agradecí y lo deje a un lado en mi mesa de noche. Llegó la hora del mediodía y camine penosamente hasta el comedor para comer dos bocados de mi comida e irme nuevamente a la habitación. Tome el cuaderno y dejando en blanco la primera hoja comencé a relatar en la siguiente como era mi vida en el hospital, escribí sobre Camila, sobre Celia, sobre Federico, también sobre la pequeña Nahiara y la señora Sophia. Nunca antes había escrito nada, pero fue una relajante forma de relajarme.
El resto del día transcurrió normal: no tome la merienda, le grité a Cami por no dejar de llorar, me inyectaron un calmante y me dormí profundamente luego de que pusieran las vitaminas en mi suero.

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Disculpen la tardanza, no tengo mucho tiempo últimamente pero hago lo posible.
Espero les guste♡

Habitación 678/2 (Historia corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora