"A qué te refieres, cariño".- Dije mientras te abrazaba, mi voz se quebró un poco, no sé si fue por verte en ese estado o lo decepcionada que me sentí, no querías ser mi novio, no nos juntamos para eso.
"Creo que soy gay."
Tomé tu mano, tomé tu cara y tomé tus labios, por fortuna no fui rechazada.
"¿Estás seguro ahora?."
"No lo sé."
Entrelacé nuestros dedos y nos dirigí a mi casa, mi madre no estaba.
"¿Qué haremos?."- preguntaste algo apenado al ver que cerré la puerta de mi cuarto.
"¿Qué crees?."
"No podemos."
Te senté en mi cama y me senté en ella también, te miré a los ojos, esos azules ojos de los cuales caí enamorada.
"Solo quiero probar mi punto."
"¿Cuál?."
"Tu no eres gay Troye."
Me besaste, con pasión. Jamás había sentido algo así.
Me levanté y bajé el cierre de mi falda, esta cayó al piso, vi a tu manzana de Adán bajar y volver a su lugar, te relamiste los labios, ¿Aún piensas que eres gay?. Caí arriba de ti, intentaste meter tu mano por dentro de mi blusa hacia mis senos, ibas apurado así que te pegué en esta, reíste y lo volviste a hacer, solo que ahora rompiste los botones de esta, ¿Qué hacías?.
Te saqué tu uniforme, nuestras ropas se esparcieron por toda mi habitación.
"¿Y?."- Te insinué, cuando abrazados quedamos enredados entre mis sábanas.
Negaste y tus ojos se aguaron.
"Te quiero pero, no de ésta forma."
