Capitulo 2.

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'Clip!' luz apagada, sabanas estiradas, almohada a la cual abrazar y muchas cosas que pensar.

Mis músculos se relajan, mis pies duelen y mi espalda me mata. Mi cuerpo me pide dormir, pero mi mente recordar. Siempre mi mente manda mas mis acciones que yo misma por lo que quiero. A lo mejor por que confió mas en lo "correcto" que en lo que quiero.

"¿Mi niña, aun despierta?" mi mamá entro a mi habitación, donde tendré mi cabeza que no cerré la puerta antes de acostarme. Bueno, mire a mi mamá y le Sonreí, "Estaba acordando me si algo me faltaba para mañana" se sentó en los pies de la cama, me miro por un rato y luego me acarició el pelo, aun era su niña, su pequeña que jugaba con el gato del vecino que pasaba mas en nuestra casa que la de él. Aquella que quería ser bailarina, pero jamás tomo clases. Aquella que desfilaba con sus tacones nueve tallas mas grande por el comedor.

Simplemente ya no era yo, mas bien la yo de hace ocho años atrás. Beso mi frente y me dio las buenas noches. Y se fue.

Realmente el único buenas noches que quería esa noche era el que salia de su boca.

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Pequeños rayos de sol entraron por la ventana. Iluminaron las paredes blancas y todo a su alrededor. Abrí de poco mis ojos, la luz me dejaba ciega. Abrí completamente mis ojos.

No había dormido bien, solo un poco cuando mi cuerpo ya no daba más. Habrán sido sólo un par de horas. Aún el sol no salía completamente detrás de los cerros. Boztece y me acomode en la cama boca arriba. Estire un poco mi brazo, no encontraba el control para encender la televisión. Siempre que dormía el control quedaba en el piso o entremedio de un complejo revuelto de sabanas.

Toque algo frío y duro. Lo había encontrado. Apreté el botón rojo y automáticamente sonó un clip en el televisor. Pasaba canales, pero nada llamaba la atención de mis ojos. Hasta que, un par de bandas en competencia salían por la imagen de la televisión. Guitarras, baterías, bajos. El canal de mi ciudad era lo bastante aburrido como para solo pasar publicidad. Un concurso de bandas, y solistas, muchos años he escuchado de ello, pero realmente jamas me interesó hasta ahora.

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Mis dedos jugueteaban con las orillas de los cordeles de mi mochila. Mi vista estaba pegada al pavimento, las calles estaban húmedas y el pasto con una suave capa de llovizna. En cielo estaba despejado, el sol brillaba pero no daba el calor suficiente para abrigar.

En la calle de al frente estaba la plaza, sus bancos de madera cubiertos de algunas hojas y en las ramas de los árboles pájaros adornando el ambiente con su canto. Fije mi vista en el pavimento nuevamente, habían pasado meses que había bloqueado ese recuerdo.

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Eran los primeros días de verano, el calor era infernal aun que estábamos bajo un techo. Nuestro colegio se repartía en grupos.

Los matemáticos, aquellos que eran súper rápidos calculando ecuaciones pero si hablamos de deporte, eran los que pasaban en enfermería. Los humanistas, estaban metidos en artes y en todas las representaciones artísticas del colegio, eran aquellos que entendían la vida a través de los libros. Los deportistas, eran los que tenían los humitos por la cabeza aun que se lo merecían, eran los bastante buenos para ganar todos los campeonatos, y eran los mas sociables de la escuela, así que nadie se llevaba mal con ellos. Y por último los científicos, aquellos que jugaban con químicos y debes en cuando en los recesos mostraban sus experimentos. Ellos eran los mas normal, solo que con una rara obsesión por hacer, analizar y observar experimentos por un microscopio, según los demás. Y si, yo era parte de ellos.

Cada dos meses un grupo mostraba sus habilidades, lo que le llamábamos "Ferias", si, poco creativos para poner nombres, pero a mitad de año todos loa estudiantes se dividían en dos grupos para el aniversario, una serie de complejas pruebas para celebrar los años de la escuela.

La feria científica era la penúltima, siempre al empezar el verano. Solo se seleccionaban los mejores estudiantes por nivel. Nos tomábamos dos semanas en la preparación, en el último día hacíamos pancartas con fotos ,y letras en grandes y de muchos colores.

El laboratorio es lo bastante amplio, pero no todos podíamos estar adentro, por lo que algunos nos fuimos a la biblioteca. Nuestra biblioteca era diferente a las demás bibliotecas, Era la biblioteca mas grande del condado, gracias a que muestra escuela preparaba a una nueva generación de adolescentes, pero era única mas bien por la bibliotecaria. Nos dejaba estar ahí cuanto quisiéramos, a veces nos cubría y nos dejaba estar para perder clases de la profesora Jones, luego les hablare de ella.

Era una bibliotecaria única, estaba entrada en la tercera edad por lo que siempre nos miraba a través de sus gruesos lentes con sus enormes y arrugados ojos como sus nietos. Ella jamás tuvo hijos por lo que nos consentía bastante con dulces, era buena cocinando y los cumpleaños nos hacia una pequeña torta con la que celebramos en la biblioteca. Si, era bastante loca, por lo que era querida por todos.

Volvamos al tema. La biblioteca estaba separada por grandes estantes de libros, en cada separación habían dos mesas de gran tamaño. Nos repetimos en grupos y cada uno elegía su lugar.

Elegimos la más apartada para poder concentrar nos, mas bien para poder molestar, jamas tomábamos las cosas enserio.

Era la única chica en el grupo, pero realmente no estaba incomoda, me llevaba mejor con los hombres que con las mujeres simplemente por los chismes y los rencores.

Minutos después, unos chicos se acercaron a nosotros. Ellos y un profesor, el señor Park, era un hombre serio, pero sabe reírse.

- ¿Julie? Calma tus hormonas.- si, Park era de confianza.

-Soy una adolescente ¿Que esperaba?- río ante mi comentario.

- No olvides que soy tu profesor.- me miro con una sonrisa traviesa.

- Ahora, ¿Qué nos decía cuando lo encontramos en el "adepto 22" con aquella rubia, señor Park?- es una fiesta que se hace cada mes en un edificio abandonado a las afueras de la ciudad.

- "Soy uno *hip* mas de ustedes *hip* vomitare. *hip* hey no te vayas no hemos terminando *hip*"- dijo imitandolo Micheal. Mi compañero de crímenes.

Los chicos que lo acompañaban rompieron en risa al igual que nosotros.

- Juliette, si no quieres estar sin techado es mejor que cierres esa linda boquita.- sonrió triunfante, yo le saque la lengua.- bueno chicos, ellos estarán con ustedes hoy, son un par de cursos más grande.- tomo de un hombro a un chico de pelo negro con ondas, sus ojos igual de negros que su pupila.- el es clark Willson, jefe del equipo, Juliette tu eres lo bastante bate-lengua para ponerte de acuerdo con el. Y ahora trabajen.

Yo había pegado el ojo en el desde que el Park dijo su nombre. No era guapo a muerte, pero era lo bastante llamativo y misterioso como para llamar la atención.

Sus ojos estaban posados en mi sin desviarlos al hablar con sus amigos.

En ese momento supe que viva no iba a salir de esto.

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Charaaaan! ¿Que les pareció? ¿les gustaría una bibliotecaria así? Pues a mi si, aquí no me dejan ni respirar. Jeje, nos vemos en la próxima!

Primera DecepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora