No pude poner atención a ninguna clase. Aquel chico me había dejado intranquila y la rosa azul con los nervios de punta. Me quedaba una clase mas, pero no tenia deseos de ir. Park lo entendería, realmente era su alumna preferida. No era "lame suelas" ni nada de eso, solo que yo sabia algunos secretos de el y el mios, teníamos demasiada confianza, sola la suficiente para ser amigos.
Llegue a mi casillero, saque torpemente mis llaves de mi bolsillo, maldeci por lo bajo. Mire al suelo y una mano recogió delicadamente mis llaves, como si fuera porcelana. Cabello ondulado, tez morena y ojos azabache, Clark. Se enderezó lentamente mirando mis ojos, mierda. Tomo mi mano y la dejo lentamente. Ese pequeño instante cuando toco mi mano el aire se congelo en mis pulmones y mi sangre dejo de circular, Tan sólo en una milésima de segundo.
Mierda.
-Hola.- me dijo Clark para empezar una conversación.
-Hola, Clark.- Realmente era yo la que tenía que saludarlo, pero me he sacado un peso de encima.
-Deberias cuidar mas tus llaves.- sonrió mostrando sus perfectos dientes.- ¿Para que? Estas tu para devolvermelas.- su sonrisa se expandió mas por mas mejillas. Juliette Norris encuentra a este chico irresistible.
- al fin estamos de acuerdo...- reí y me di vuelta para abrir mi casillero.- Pasame eso para acá.- tomo mis libros.
- Al parecer hoy estoy torpe.- su sonrisa no se quitaba de su cara. De una sola cachetada se le quitaría y me dejaría de poner nerviosa.
"Clip" bendito casillero. Abrí la puerta hasta atrás y una rosa esta vez negra cayo de mi casillero. No podía ser.
Me quede mirándola fija y la iba a recoger. Pero Clark lo hizo antes.
- ¿Sabes lo que significa esto?- Su cara estaba un poco impactada. Trataba de que sus dedos no rozaran con las espinas.
- No ¿Sucede algo?- su cara pareció relajarse un poco, me entregó los libros, y camino un par de pasos y la boto a un basurero.- ¡Hey! ¿Que haces?
- ¿La querias?- lo mire fijamente y cerré mi casillero de un golpe. Realmente la quería examinar, pero su aspecto me inspiraba desconfianza.
Camine con pasos largos. Tratando de que no me alcanzara. Lastima que sus piernas eran mas largas y caminaba mas rápido. Pare mi caminata al ver que su cuerpo estaba al frente mio a unos centímetros.
- ¡Hey! No te pongas así. Solo quería cuidarte.
- Como si una rosa me lastimará.
- lo puede hacer.
-Claro.
- ¿Y las espinas que?
- Idiota.
Seguí mi camino pero esta vez el no me siguió. Simplemente todo lo que estaba pasando me tenia intranquila y eso me imputaba.
*
La bibliotecaria, me había dejado unos dulces en la mesa. No se podía comer la verdad, pero esta señora era la puta ama, muchos dicen que tuvo un romance con el director en sus tiempos. Aun que solo son rumores.Volviendo, me había sentado en el sector de mitología. No leía mucho de este tema, pero por alguna razón hoy era la ocasión.
Licántropos... Vampiros...duendes...hadas...fantasmas...dioses...ángeles....demonios...
Nada de rosas, solo salia lo común y que todo conocen. Piensa Juliette, ¡piensa! ¿Por que crees que el chico era un personaje mitológico? No puede ser solo un chico que le gusta dejar rosas raras y nada mas. Realmente no, en el pueblo había rosas pero no de color negro, a menos que la tiñas tú. Pero esa se veía fresca como si recién la hubiesen cortado su tallo.
No, tenia que averiguar más. Tome un dulce de los que me habían dejado. Sabor a menta y chocolate, típicas de mi pueblo. La dulcería tenia de toda clase de dulces y gomas, pero las de menta y chocolate eran parte de la historia de este lugar.
Historia. Me pare y mis piernas me guiaron a la sección de libros de historia. Habían muchos libros, y entre buscar uno por uno y preguntarle a la Susana , la bibliotecaria, lo mas efectivo era preguntarle a Susy.
En ese instante sonó el timbre para que todos los alumnos entraran, menos una, claramente yo. Aumente mi paso y llegue al gran mesón donde varios libros montados uno sobre otros se encontraban a lo largo de este. Me acerque y Susana no estaba. Raro, ella siempre se encontraba. Camine hacia el pasillo principal de la biblioteca y mire por cada compartimiento. Nada.
Ya me estaba dando por vencida, hasta un ruido se escucho de una pequeña puerta. Era mas estrecha de lo común, y su color grisáceo se mimetizaba con las murallas.
Me acerque y puse mi oreja en la puerta. Una voz de mujer, al parecer Susana. Pero nadie le respondía, como si hablara por teléfono. Si, eso hacía, hablaba como si estuviera enojada pero a la vez tuviera miedo. Gruñía como un perro y gritaba a la persona que estaba del otro las del teléfono.
*-¡Me dijiste que ella no lo notaria!-*
¿Quien? ¿Notar que?
*- claro que si ibas y le dejabas el ella te iba a ver, sus linajes aun están. Confíe en ti.*
¿Que era eso? ¿Que linaje?
*- No me hables mas de esto. Dime, ¿se lo viste? ¿aun lo tiene?*
Esto ya me supera, que mierda hablaba. Se que es malo espiar conversaciones detrás de una puerta, pero después de tanto misterios debo estar atenta, mas bien en alerta.
Susana se había calmado, de alguna forma esa persona había hecho enojar a la mas tranquila del pueblo. Debió haber hecho algo demasiado horrible para ella.
Escuche unos pasos acercarse, corrí lo mas rápido que pude hasta una mesa. Trate de regularizar mi respiración y parecer lo mas tranquila posible. Todo estaba en silencio solo se escuchaba como el viento entraba por abertura de la ventana y chocaba con la cortina moviéndola a su compás.
Unos pasos tan delicados interrumpieron el silencio. Eran tan suaves como si estuviera caminando en el aire, algo raro. Cada vez se aproximaban mas. De una esquina apareció Susana. La mire con una sonrisa nerviosa, al parecer ella igual lo estaba. Sus ojos se abrieron mas de lo normal y brillaban de una forma inhumana.
-Julie... ¿No deberías estar en clases?
- Debería, pero necesitaba investigar algo.
- ¿trabajo?- me miro divertida.
- estos sádicos profesores no dejan descansar nunca.
-rio como una bruja- bueno dime que necesitas.
- ¿sabes donde puedo encontrar algo sobre los orígenes e historia de este pueblo?
Me miro un par de segundos- claro, pero tendrás que venir mañana, ahora estoy ocupada.
- ¡oh! Muy bien, vendré mañana, pero ¿te importa si me quedo aquí?
- claro que no, mi niña. Pero ve a mi escritorio, coge un pedazo de pizza y te quedas por aquí.
- eres la mejor.- tome su cara y bese su mejilla sonoramente.
Fui a su escritorio y cogí un pedazo de pizza, pero ella me coloco uno mas, por que, según ella, estaba muy desnutrida. Aun que estuviera loca, todos las amábamos.
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Primera Decepción
Teen FictionJamás olvidamos: El primer beso, Las primeras mariposas, Las primeras promesas, El primer "Te amo" , El primer corazón roto, Y La primera decepción.