Capítulo 9.

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Los labios de Ashton se movían suave sobre los de Amy. Los flashes de las cámaras se reflejaron en el cristal de la ventana, pero a ellos, no les importaba. La gente afuera se volvió loca.

De pronto ambos entraron en una burbuja, en la cual no importaban los paparazzis, no al menos en ese momento. Ni Rick observando todo desde la cocina, ni los fans, ni los haters, ni siquiera importaba que el beso era para publicidad...

Amy volvió a la realidad, con un golpe que la hizo retroceder dos pasos y sentirse inútil. Poco a poco se separó de Ashton, sintiéndose aturdida y sobretodo, utilizada.

Ash sonrió, deseando que las cámaras captaran esa sonrisa. Amy tenía la mirada perdida en algún punto de la mesa y la cabeza gacha.

—¿Está todo bien?— preguntó Ashton, frunciendo un poco el ceño ante la reacción de Amy. 

— ¿Cómo...? Ah, s-sí. —  rápidamente contesta. 

Sintió como su autoestima bajó de golpe, haciéndola sentir incómoda allí sentada, frente a Ashton Irwin. ¿Cuantas chicas no darían lo que fuera por estar en su lugar? Con tal de pasar tiempo con él. Estaba segura que a muchas, pero ella no lo había pedido, le habían hecho una propuesta improvisada y había aceptado ante la mención de algo que le gustó oír. Si su abuelo supiera de eso, probablemente le regañaría por dejarse llevar y convencer así de rápido. Era una lástima que su querido abuelo ya no estuviese, y al parecer, Amy era la única que le extrañaba. 

— Dime qué pasa.— Ashton insistió.  Tomando su mano sobre la mesa. 

Amy, sobresaltada, retiró su mano rápidamente, queriendo que todo eso del contrato terminase pronto. -Por piedad, muy pronto.-

Ashton por su parte, y sintiéndose algo incómodo, miró discretamente hacía la gran ventana del restaurante. 

— Nada importante— habló tan rápido que le costó entenderse ella misma. Se aclaró ligeramente la garganta, y sin verle directamente a los ojos, añadió. —. Me pone nerviosa que todos me miren. 

Ashton asintió, obviamente comprendiendo a Amy. 

Le sorprendía y le agradaba que Amy no fuese como Marissa, y agradecía a Dios o a quien fuera que hubiese en algún lugar, que las gemelas fueran tan distintas. A simple vista era difícil saber quién era quién, sin embargo, notaba que Marissa simplemente llevaba con ella un humor espeso, algo que te hacía saber que era engreída, Marissa tenía ese aire de "Puedes mirarme, pero no demasiado o seré brava contigo" en cambio, Amy llevaba con ella un instinto tranquilo, más serio y adulto. Se dice que una de dos personas es responsable, y Amy era esa persona, comparada con su hermana. 

— Si no les prestas atención, te será más fácil lidiar con la incomodidad. Imagina que estamos solos tú y yo. — se encogió de hombros, mostrandole una postura relajada. 

Claro, él estaba completamente acostumbrado a que le siguieran a donde quiera que fuera. 

— Eso no ayuda. — se quejó en voz baja. 

Ashton se enderezó en su silla, acercándose un poco, murmuró. 

— ¿No te agrado? 

Amy apretó sus dientes, frotándolos entre sí. Vacilando antes de contestar algo que no fuera muy duro. Tampoco es que le odiara, mucho menos se atrevería a herir sus sentimientos, ella no era así. Simplemente, le parecía una persona un poco superficial. 

— No, no... es. No te conozco lo suficiente, y eso hace todo más...—  buscó rápidamente una palabra para describir lo que siente. 

— ¿Difícil? ¿Inapropiado?— Ashton le ayudó sugiriendo algunas palabras. 

Cambiemos Roles / AshtonIrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora