Capítulo 5.

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— ¡¿Hablas en serio?! — chilló Jassy atrayendo la atención de algunos curiosos en la escena.

— Diablos, baja la voz. — se quejó Amy.

Al tiempo que miraba alrededor en la pequeña cafetería no tan conocida de Los Ángeles, asintió. Las miradas de algunos aún estaban sobre ellas.

— Es que... No puedo creerlo. Demonios, Amy, creí que nunca ni en un millón de años querías formar parte del mundo de la fama. — comentó sorprendida dando un sorbo a su malteada.

— Bueno, yo también creí eso. Me dejé llevar, me convencieron con lo de Anthony Clark. — se encogió de hombros.

— Y...— alargó. — ¿Qué tal está... Ashton? — preguntó Jassy, queriendo parecer desinteresada pero fracasando horriblemente, se escondió detrás de su malteada, sorbiendo un buen trago a través del popote.

— ¿A qué te refieres con "Qué tal está"? — Amy levantó una ceja.

Jass bufó e hizo caras raras queriendo dar a entender algo inentendible. Al final se rindió y con voz irritada dijo.

— ¿Es más guapo en persona? Ya sabes... ¿Está bueno?

Amy casi se ahoga con su malteada al soltar una carcajada. ¿Jassy estaba siendo tímida? Eso era inesperado, y nuevo.

— Amy. Hablo en serio. — molesta, intentó hacerla parar de reír.

Con el poco aliento que pudo recobrar la miró aún con una sonrisa burlona.

— ¿Te gusta?

— ¿Qué a ti no? — abrió tanto sus ojos que Amy creía que estos saldrían y rodarían por la mesa en cualquier momento. — No lo conozco en persona, pero lo he visto en televisión, y en fotografías y... ¡Oh Dios mío! Ese hombre es hermoso como un Dios Griego.

— Ay, por Dios Jassy, tranquilízate. Es solo una persona más. Y sí, es atractivo pero no me gusta.

Jassy miró a Amy, con una de sus miradas célebres, esa que dice "sé que estás mintiendo" o "A mí no me engañas" Amy rodó los ojos y terminó su malteada.

*

La tranquilidad en casa era preocupante, la oscuridad no ayudaba mucho ¿Dónde estaba Marissa? No había un solo ruido, solo las zapatillas de Amy hacían eco en el espacioso lugar. A tientas encontró las escaleras anchas y subió con cuidado. Encontró el interruptor del pasillo que daba a su habitación y no dudo en encenderlo. Antes pasó por la habitación de Marissa pero estaba en silencio. No era extraño que su hermana se fuera a los clubes en las noches, pero a Amy le preocupaba que hiciera algo que perjudicara aún más su carrera, y más aún ahora que ella debía responder por su hermana. Definitivamente, cada segundo que pasaba encontraba más contras que pros en la decisión que torpemente tomó sin haberlo pensado lo suficiente.

A pesar de estar completamente sola en una casa tan grande, Amy no tenía miedo, había alarmas para todo, y el guardia de la entrada estaba siempre allí. Con el cansancio acabando con ella decidió irse a la cama, tenía unas ganas tremendas de darse un baño pero el sueño podía con ella.

***

Con pereza y gruñidos de molestia, Amy buscó en el mueble de su lado, su teléfono. Con los ojos cerrados aún, contestó el teléfono que llevaba un buen rato molestando.

— ¿Qué? — gruñó.

Nunca era una buena idea despertar a Amy antes de tiempo, no era una persona muy mañanera.

— ¿Amy? 

La voz de un hombre la hizo abrir sus ojos y sentarse en la cama.

— ¿Quién eres? ¿Y por qué tienes mi número?— preguntó con el ceño fruncido.

Cambiemos Roles / AshtonIrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora