Capítulo VI: Frappe

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​Desde que dejé de preocuparme por mi vida personal, tengo una vida tranquila, dentro de lo que cabe; aún no puedo quitarme de encima a los causantes de mis problemas, pero, poco a poco, se están dando cuenta que no quiero saber nada de ellos realmente.


* * *


Mis desagradables pretendientes, así como lo dijeron, empezaron a tratar de 'reconquistarme'; llenaron no solo mi trabajo, sino mi casa de flores, peluches y cuanta cosa parecían encontrarse en tiendas de regalos, mismos que, daba a la beneficencia para niños sin hogar y las flores las tiraba.

El interés en mi rallaba en lo absurdo y se convirtió en un acoso molesto, especialmente porque me buscaban en el café y yo no podía decirles nada, pero, para eso estaba mi jefa. Lizy tuvo que poner un letrero en la entrada "nos reservamos el derecho de admisión" y los corrió un par de días después, ella también se había cansado de su estúpida actitud.

Al principio, pensé en buscar otro empleo, pero, pensando con claridad, Lizy era la que más me protegía en el trabajo y, si cambiaba a otro, no podría explicar lo que sucedía y ellos se acercarían con más facilidad, por lo que me replantee la situación. Mi nuevo número de teléfono solo se lo di a las personas más confiables y obviamente, Lizy, no lo anotó en su celular, pues, como ella dijo: "Andrés sigue siendo mi hermano y de todos modos lo voy a seguir viendo, no aquí, pero en otro lado sí, por lo que, mejor prevenimos que te encuentre en mi agenda en un descuido mío..."

Así fue cómo mi jefa se aprendió mi número de memoria. De igual manera, Lizy cambió el horario del café, ya no se sentía segura dejándome solo, así que, los martes, cerraba y ambos descansábamos.

Ya han pasado casi tres meses desde que esta locura empezó, ahora estoy de vacaciones en la universidad, pronto entraré a quinto semestre y, mientras no estuve en la escuela, acudí tiempo completo al café, pues necesitaba el dinero; traté de hacer un cambio en mí, no solo con mi actitud, sino con mi persona. Cambié mi corté de cabello, a pesar de que parecía ligeramente largo y revuelto de atrás, no cubría mi rostro, pinté algunos mechones de color rojo; pude comprarme otras gafas, sin marco, también compre algo de ropa nueva y, había decidido hacerme un tatuaje, solo que aún no juntaba el dinero para eso.

Lizy me apoyaba en muchas de las cosas que decidía, se preocupaba por mí, me aumentó el sueldo como compensación por lo que su hermano me hacía y, además, se tomaba las molestias de llevarme siempre a mi casa, pues al salir, generalmente me encontraba con Andrés y Mauricio. Se me hacía una tontería, pues yo ni siquiera los miraba ya, pero ellos insistían.


* * *


-Entonces, ¿vas a salir? – Lizy me sonrió, le acababa de pedir permiso para salir media hora antes ese día, era miércoles y había hecho planes con mis amigos.

-Sí – asentí limpiando una mesa cercana al mostrador – iré con Ramón e Irving al cine, ya volvieron de vacaciones, iremos a una función y esperaremos el estreno de una película que saldrá después de las doce de la noche – expliqué con diversión – compre los boletos hace una semana, ahorita ya están agotados.

-Y, ¿ya te vieron con el nuevo look? – levantó una ceja y sonrió de forma pícara.

-No – negué – aún no...

-¿Crees que te digan algo?

-Lo dudo... – respondí, pero el tono de su voz me dijo que había más, así que la miré de soslayo y entendí sus intenciones - ¡oh! No, no, no – negué – ni siquiera te lo imagines Lizy, ellos son heteros, de hecho, andan 'cacheteando las banquetas' por ti... – la señalé.

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