La fría y solitaria noche era su única compañera, las calles estaban desiertas y mojadas, sus pies eran el único sonido rítmico que se escuchaba, que él escuchaba. Tomó las solapas de su saco largo hasta sus pantorrillas y las levantó con intención de cubrirse parte del rostro, acurrucándose en sí para abrigarse. Las gotas de lluvia comenzaron a mojar sus mejillas y sus manos. Aceleró el paso. Recorría las veredas, solo, y aunque era de madrugada y estaba oscuro no tenía miedo. Aunque la única luz que alumbraba era la de los faroles, viejos, de luz amarilla y tenue. Cruzaba las calles y sus zapatos se enterraban en charcos, pero aun así, quejoso, seguía caminando.
Una brisa espesa golpeó, de repente, su perfil bruscamente haciendo que se detuviera y mirara para todos lados buscando la causa, pero no la encontró. Haciendo caso omiso volvió a cubrirse con las solapas y retomó su camino con la desesperante sensación de que alguien o algo lo perseguía, su corazón se aceleró al igual que sus pasos. El miedo que creyó no tener se estaba presentando poco a poco. Repentinamente un ruidoso trueno hizo que se resaltara y terminara con su calma, deteniéndose en seco miró al cielo con sus ojos bien abiertos, su respiración volviéndose entrecortada, miró hacia delante y divisó por fin las rejas negras, la lluvia comenzó a caer con más viveza impulsándolo a correr. Abrió dichas rejas y corrió hacia las puertas de la iglesia, entró en ella y cerró tras de sí. Su respiración estaba agitada por la carrera pero su miedo se fue esfumando de apoco, se sintió más tranquilo, al estar dentro del edificio, más protegido. Luego de unos segundos donde recuperó la calma caminó hacia el altar mirando fijamente la enorme cruz de madera que colgaba a lo alto frente a él, se persignó y caminó hacia uno de los bancos a su izquierda, se sentó y suspiró juntando sus manos, enlazando sus dedos, llevándolos a su frente y cerrando los ojos por un momento. La lluvia torrencial afuera no era nada amigable, se resignó a esperar a que esta se calmara.
Miró curioso a su alrededor, las paredes blancas con cuadros colgados, las velas que iluminaban débilmente los corredores de arriba, los floreros, los umbrales redondeados, el alto techo decorado con una obra de arte. Esta catedral gótica, con ya siglos de existencia, es para él como su segunda casa, un hogar. Donde asiste cada vez que se siente solo o siente necesitar perdón, o tiene algo que pedir a su fe. Viene aquí, reza, habla y se siente mejor, en paz.
De nuevo sus puños entrelazados estaban pegados a su frente, mantenía los ojos cerrados y respiraba pausadamente. Pensó estar solo pero esa sensación de no estarlo lo atacó otra vez. Abrió los ojos y miró con detenimiento todo su alrededor, afuera seguía lloviendo, y la única luz que podía apreciar era la de la luna entrando por los ventanales o la débil luz de las velas. Entonces, el escandaloso ruido de un trueno lo sobresaltó y observó con espanto como todas las velas se apagaban como si el viento las soplara. Se puso de pié inmediatamente, su respiración se aceleró al igual que su corazón, salió de entre los bancos y se posicionó frente al altar mirando la enorme cruz, miró hacia los ventanales, como caía el agua azotando los cristales, retrocedió unos pasos, algo dentro de su pecho le cortaba la calma y lo ansiaba a salir corriendo lo más rápido posible de ahí. Miró una vez más a la cruz y esta ya no estaba perfectamente lijada con un precioso barniz que la embellecía, ahora estaba llena de grietas espantosas, el color se le tornó más oscuro, la madera estaba vieja y podrida, húmeda y rasgada, los clavos que la colgaban estaban herrumbrados, de repente crujieron y dejaron caer aquella cruz, haciéndose añicos en el suelo frente a sus brillantes ojos tan abiertos por el horror, no lo dudó más y salió corriendo hacia la salida. Abrió un ala de la puerta y se detuvo en seco mirando la feroz lluvia, pero antes de poder hacer algo, desde la oscuridad del interior de la catedral, a su espalda, escuchó un duro susurro diciéndole al oído 'Como me encantan las noches lluviosas en la catedral'. El corazón le dio un vuelco. De inmediato se giró, vio la oscuridad y un grito gutural lo hizo resaltar sobre su cama.

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Novato [SiHae]
Fanfiction"A veces uno puede ver solo oscuridad en su mundo, todo negativo y despreciable, puede ver todo lo malo que hay en la vida y se rehúsa a encontrar algún signo de luz entre toda esa oscuridad, porque cree que todo es igual. " Personajes: Siwon, DongH...