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Al caer la noche el pelinegro estaba frente a aquella catedral que los últimos años solo veía en sueños. Abrigado con su saco largo y cubierta su cara con la capucha, miraba desde el otro lado de las grandes rejas negras a la puerta de alas y ventanillas de vidrio, recuerdos cruzaban frente a sus ojos negros, inmóvil él con su mirada perdida y con un objetivo palpándole el corazón. Estaba empapado, aunque la lluvia era amigable, escasa pero constante. Eso no importaba ahora, su mano aferrada a la reja hacía fuerza hasta que los nudillos se blanquearon. Dispuesto estaba a dar paso adelante, hasta que escuchó unos pasos acercándose rápido, inmediatamente se escondió sin evitar su ojo vigilante, una joven con su vestido blanco, paraguas y sobrero del mismo color abrió con un poco de dificultad las rejas y rápidamente entró a la iglesia. El pelinegro respiraba algo ansioso, con su boca entreabierta, esperó unos segundos y se dispuso a entrar sigilosamente, abriendo lentamente un ala de la puerta y cerrando tras de sí, descubrió su rostro y divisó a la joven en uno de los banquillos más cercanos al altar, arrodillada, con sus manos entrelazadas y sus ojos cerrados, aparentemente ignorante de la presencia de Siwon detrás suyo. Éste se acercó muy lentamente hasta posicionarse a su lado llamando su atención, la muchacha rubia de ojos oscuros se sobresaltó y se sentó rápidamente, agitada y con sus ojos muy abiertos.

- Disculpe, no quería asustarle. – La chica abrió aun más grandes sus ojos si cabía y tapó su boca con una de sus manos. - ¿Nos conocemos? – Preguntó él ante el silencio, sonrió. Ella descubrió su boca y suavizó sus facciones, de repente sus ojos se cristalizaron.

- Esa noche... creí que habías muerto. – Murmuró con emoción, Siwon sonrió aun más.

- ¿Puedo acompañarle en su meditación? – Preguntó con una caballerosidad que a ella le puso nerviosa, pero sin decir nada se acomodó dándole a entender que si, Siwon respondió sentándose a su lado sin dejar de mirarle.

- Mi dios... –Jadeó ella- te creí muerto después de esa noche, pero... ¿Cuánto tiempo ah pasado? – Lo miraba admirada, casi sin pestañar siquiera. – Más de veinte años... - Siwon rió suavemente y bajó la mirada, para luego levantarla hacia ella.

- Me recuerdas.

- ¿Cómo olvidarle?... me salvó la vida. – Sus ojos vidriosos.

- Tú... eres más bonita cuando no estás asustada. – Su sonrisa se mantenía intacta. Las mejillas de la joven ruborizándose.

- ¿Cómo... logró salir? Han pasado más de dos décadas y...

- Shh...- La calmó él, acariciando su pelo. Ella recordó ese suave tono de voz. – Eso ya no importa. – Su mano viajó por todo su pelo y espalda.- Me eh alegrado al escuchar que no me has olvidado.- El tacto de su mano la tranquilizó, como si rápidamente aceptara los hechos, sin hacer más preguntas. Sonrió.

- Todas las semanas vengo aquí, a rezar por usted... Mi salvador. – Dijo ella delicadamente, él no dejó sus caricias y disimuladamente fue acercándose más a ella. – Después de aquella noche, creí no volver a verlo... para poder darle las gracias y...- él acortó más la distancia entre sus rostros, su mirada penetrante hacía al vivo corazón de ella bombear con más fuerza. – ahora que lo veo, que está vivo... omitiendo el cómo o el porqué de todo... ahora que me está escuchando, me gustaría decirle, personalmente: gracias por salvar mi vida.- finalizó, el rostro del pelinegro a escasos centímetros del de ella. Siwon sonrió. Como respuesta al agradecimiento besó su mejilla, dejando por un largo minuto sus labios tocando la blanca piel de ella, sintiéndose morir por la exquisita calidez de la misma y el aroma a flores que desprendía su pelo, sintiendo como la sangre corría por esas venas invisibles, haciendo que sus colmillos crecieran. Casi con mucho esmero se separó de ella, para tomar su rostro, sonreír y probar superficialmente esos labios carmesí con los suyos. Al separase los brazos de él la abrazaron, una de sus manos estaba en su pelo rubio y la otra en su espalda, su rostro se acercó a su oído.

- Así como salvé tu vida, - comenzó a decir con su voz grave y seductora, mientras ella cerraba sus ojos.- ...también puedo quitártela.- de repente sus colmillos traspasaron la blanca y delicada piel yugular de la joven, succionando como si no hubiese un después, sintiendo ese delicado cuerpo tensarse entre sus brazos, deleitándose con el sabor metálico de la sangre humana, ya no le importaba haber sido cruel, no cuando la sangre que ingería corría por su garganta y alteraba sus sentidos hasta casi excitarlo.

Se sentía malditamente bien.

Dejó caer el frágil e inmóvil cuerpo de la muchacha en el banquillo y se limpió los labios con la manga del saco, cerró sus ojos con fuerza, esbozó una horrible mueca que dejó a la vista todos sus dientes, las venas de su cuello se engrosaron y se sintió arder. Tomó su cabeza y trató de calmar sus sentidos. Su respiración sonora y agitada.

Cuando ya se hubo calmado miró a la joven que yacía sin vida a su lado, suspiró y miró hacia el altar, la enorme cruz a lo alto. Se puso de pié y caminó hasta el mismo, miró por unos segundos la mesa frente suyo, de su bolsillo sacó un rosario, el que usaba siempre cuando era mortal y conservó hasta ahora, lo miró por un momento para luego dejarlo sobre la mesa, donde estaban las velas aun prendidas, continuó con su saco, el que usaba siempre para asistir a la iglesia, lo dobló y dejó al lado del rosario. Suspiró hondo, luego levantó la vista hacia la cruz.

- Eh decidido dejar por completo mi vida pasada, para poder continuar con la vida que estoy llevando ahora. Dejar todo lo que fui una vez, para ser quien soy ahora. Esto, un nuevo comienzo, porque ya no soy parte de la luz, hoy estoy en la oscuridad. Necesito deshacerme de lo que fui, para enfocarme en lo que soy. Esto es lo que soy ahora: una criatura del infierno, esto es en lo que me eh convertido, eh dejado aquí mi mortalidad, eh muerto para revivir y nunca morir, buscaré mis nuevos objetivos, mis nuevas metas. Te eh servido en mi vida pasada, pero hoy debo encontrar un nuevo camino.

Dicho esto se dirigió hacia la puerta exhibiéndose ante la ahora torrencial lluvia y cerrando la puerta tras de sí, cerrando también los recuerdos de lo que antes fue, encerrando su vida pasada para enfrentarse a la nueva.

Novato [SiHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora