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Siwon corría por las calles oscuras y vacías. Huía. En sus brazos, una muchacha, rubia de oscuros ojos yacía dormida con su cabeza apoyada en su hombro. En realidad no estaba durmiendo, estaba inconsciente.

La salvó justo un instante antes de ser mordida por el mismísimo Lee DongHae. Ella ya estaba inconsciente en ese momento, él no pudo contenerse y luego de empujar al castaño y hacer que cayera al suelo, inmediatamente alzó a la chica en sus brazos y corrió lo más rápido que pudo, sabiendo de antemano que escapar del líder era algo imposible. Era una locura lo que estaba haciendo. DongHae lo miró correr, desde el suelo, sonrió sarcástico, chasqueó la lengua y su humor se puso malo. Se levantó y empezó a caminar rápido a pasos agigantados.

- ¡Choi Siwon! - Gritó mientras caminaba, aun podía divisar a Siwon corriendo. - Eres ingenuo al pensar que puedes escapar de mí.

El pelinegro se escabulló por entre los árboles, el bosque estaba totalmente oscuro, la única luz era la de la luna, alumbrando débilmente por entre las ramas de los altos árboles. Llegó a no supo donde, en todo su alrededor había árboles y una tenue neblina, su respiración estaba agitada, miró para todos lados una vez más, asegurándose de estar solo, aunque no lo sintiera del todo, sabía que en cualquier momento Lee DongHae podía aparecer. Un escalofrío le hizo temblar, las últimas palabras que escuchó resonaron en su mente. ¿Qué estaba haciendo? Siempre arriesgándose, siempre enfrentando a los más fuertes que él, siempre confiando en sí mismo, siempre soportando las consecuencias que le traía, siempre sufriendo físicamente por valentía, siempre queriendo ser diferente. Sabía muy bien que no podía escapar de DongHae, en un segundo podía fácilmente encontrarlo de pie frente suyo. Tan rápido que no podía ni presentir ni predecirlo, tan rápido que no podía nadie detenerlo.

Dejó a la joven en la base de un enorme y ancho árbol, su espalda se apoyó contra la corteza y su cabeza se ladeó, Siwon con sus dedos apartó un mechón rubio que ocultaba el bonito rostro de la chica, pero simplemente eso hizo que ella despertara. Sus pequeños ojos castaños se enfocaron en Siwon, se asustó tanto que se removió en su lugar intentando alejarse, Siwon trataba de calmarla con su mirada sincera y diciéndole suavemente que todo estaría bien. Ella se calmó de a poco por la suavidad de sus palabras, hasta el punto de dejar de luchar y mirarle con curiosidad, pero de pronto la mirada del pelinegro se fijó en la nada y se volvió opaca, como si presintiera algo y temió lo peor. Volvió la mirada a la joven, una mirada preocupada, y su tono de voz cambió.

- Huye, corre lo más rápido que puedas y no te detengas. ¿Me entiendes? - Pero una brisa espesa golpeó su espalda mientras terminaba de decir eso.

- No irá a ninguna parte. - Siwon abrió sus ojos grandes y miró hacia atrás, como lo suponía, DongHae estaba de pie ahí, desafiante y con furia en sus ojos.

El pelinegro se puso de pie enfrentándose a DongHae y cubriendo a la joven, que lloraba de miedo, detrás de él.

- No le harás daño.- Impuso desafiante, el líder rió sarcásticamente, totalmente enfurecido.

- ¿Sabes lo que haces? Estas defendiendo a una mortal, que se suponía que era mía. No solo eso, me estás desafiando, ¡¿Cómo te atreves a desafiarme a mí?! ¡No tienes idea a quién enfrentas Siwon!. Esa hermosura de mortal me pertenece, no tienes porqué entrometerte. Ya te eh explicado de muchas formas como son las cosas en este mundo, Choi, y aun no entiendes que no puedes pasarte la eternidad tratando de ser diferente, como esto, es ilógico que quieras defender algo que debería ser tu fuente de alimento... - La expresión de desagrado y enojo de Siwon se hicieron notar despreciando cada sucia palabra que salía de los labios del castaño.

- Ya te eh dicho, Lee DongHae, no quiero ser una bestia como tú.- concluyó, lo cual colmó con la paciencia de DongHae. Siwon giró su mirada rápidamente a la joven y articuló un insonoro 'Corre' a lo que la joven, con su rostro destruido por las lágrimas y el terror, su cuerpo temblando, rápidamente se puso de pie torpemente y corrió lo más rápido que pudo. A unos metros se giró y vio como su salvador era golpeado contra el árbol por una fuerza invisible tan rápida que no supo mirar el momento en que su atacante se abalanzó sobre él. Se horrorizó y siguió corriendo tratando de buscar la salida del bosque. A unos metros más, jadeante y llorosa, tropezó y cayó al suelo, su respiración desesperada no la dejaba quedarse quieta, levantó la mirada y divisó el descampado, esperanzada corrió hacia él, saliendo de entre los árboles, la hierba seca le llegaba a las rodillas y las dañaba, pero ella seguía corriendo mientras podía, sin detenerse. Su mente la impulsó a voltearse a mirar el bosque que iba dejando y el pelinegro de ojos extraños que estaba luchando contra su propio atacante ahí dentro. Por tal acto, no vio al frente y su cuerpo chocó contra algo cayendo al suelo otra vez, cuando levantó la mirada se llevó un susto que la dejó inmóvil: Un hombre pelinegro, de mirada profunda y oscura, con atuendo negro y gótico, la miraba fijamente. Aunque él no tenía expresión alguna en su rostro, la sola mirada misteriosa y penetrante la hacía temer. El chico solo la miró por unos segundos, levantó la vista hacia el bosque y sonrió de medio lado, ese simple gesto hizo que la chica se asustara aun más. Era su semblante el que mostraba misterio y ese misterio era temible ante los ojos de cualquier mortal. Esa era la forma en que JongWoon seducía.

Novato [SiHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora