Al caer la noche, Kaito y Gakupo ya iba de camino hacia la reunión que tenía concertado para conocer a su nuevo vocalista. El productor les había enviado una fotografía del chico pero ambos concordaban en que no tenía nada de especial.
Gakupo iba más callado de lo normal y para romper esa extraña tensión Kaito tarareaba la nueva canción que ensayarían. El joven de cabello azul se detuvo al darse cuenta que el otro chico no le seguía y al voltear vio a su acompañante detenido ante una tienda, mirando casi con nostalgia la vitrina. Cuando Kaito se acercó pudo comprender por qué: había una vieja armadura samurái en exhibición y bien sabía que su compañero a veces añoraba volver a esos tiempos.
-Hey, Gakupo, vamos, que se nos hace tarde. -El joven titubeó un momento y lo siguió.
El antiguo samurái caminó detrás de él y poco a poco se fue creando una cierta distancia entre ambos.
Siempre le había costado expresar lo que sentía pues sus constumbres como samurái chocaban un poco con los nuevos tiempos sin embargo, ya era momento de decir aquella frase, habían pasado décadas desde que había conocido a Kaito y desde el primer instante había querido hacer lo que se proponía aquella noche. Se acercó a paso firme y decidido, si solo alargaba el brazo podría alcanzarlo, hacer que se volteara y besarlo, abrazarlo y decirle "Te Amo". Era símple.
Se acercó aún más y cuando alargó el brazo, Kaito volteó para ver si Gakupo lo seguía. Ambos pararon en seco y Gakupo siguió de largo caminando.
Kaito sonrió, ya estaba acostumbrado a que Gakupo se detuviera en el último momento, deseó que todas sus obligaciones terminaran los más pronto posible para volver a casa junto a él para poder besarlo hasta que a Gakupo no le quedase otra alternativa más que sucumbir a su propia pasión.
Sonrió mientras caminaba al lado de su amante.
Al llegar a la sala de reuniones del pequeño recinto, ya había alguien esperando, una muchacha de no más de 15 años quien vestía un traje tradicional al estilo victoriano. La muchacha en silencio se levantó e hizo una reverencia a cada uno de los recién llegados y volvió a sentarse.
La suave melodía del tarareo de Kaito era lo único que hacía que la sala no estuviera sumida en completo silencio.
La puerta se abrió y entró el productor.
-Al aprecer ya conocen a Len.- Dijo sonriente.
Ambos miraron a la chica recordando la fotografía de Len, claramente quedaron sorprendidos por el cambio.
El muchacho se levantó e hizo de nuevo una reverencia.
-Encantado de conocerlos.- Sonrió.
Kaito y Gakupo quedaron sorprendidos al ver la dulzura de aquella sonrisa, pero lo que más les llamó la atención a ambos fue sus maneras andrógenas que claramente iban acorde con el papel que debía desempeñar dentro de la banda.
Luego de aquella presentación, el productor hizo que Len se fuese de inmediato a compartir casa con Kaito y Gakupo. Al principio, ambos se sintieron reacios a aceptar, pero el contrato lo pedía y nada podían hacer en contra.
Las semanas pasaron y el ambiente sombrío de aquel hogar se fue disipando gracias a la presencia del joven. Len parecía tener siempre energía y siempre se interesaba en todo lo que los otros hacían. La dulzura que él demostraba hacia ellos solo pudo hacer que pronto ambos cayeran rendidos ante los encantos del muchacho.
Y mientras más pasaba el tiempo, entre más ellos se encariñaban con Len, los celos se fueron haciendo aún más grandes.
Gakupo fue desplazando poco a poco a Kaito de su corazón, pues le era mucho más fácil comunicarse con Len que con su pareja. Kaito, por su parte, poco a poco comenzó a desear tener entre sus brazos al recién llegado. Así como los sentimientos se fueron mezclando entre ellos, también lo hacía la sed de beber la dulce sangre de aquel joven niño.
Aveces, Len era abrazo con fuerza por Gakupo quien hundía su cabeza en el cuello del muchacho y lamía aquella tierna piel que tanto deseaba, que tanto le torturaba; aveces era Kaito quien lo atraía hacía él y lo besaba; pero fuese quien fuese, Len se dejaba llevar por aquellos arranques de pasión.
Len nunca tomaba la iniciativa, no porque no quisiera, sino porque antes que él lo hiciera, ellos ya lo besaban indicándole que era momento de quitarse la ropa, que era momento de sentir el placer.
El joven sentía cariño por ambos y también comenzó a sentir amor por cada uno de ellos.
Le trataban bien y había algo en ellos que los hacían misteriosos, sin embrago, poco a poco supo que ya era momento de poner en claro las cosas pues los tres sabían bien lo que ocurría con ellos.
No era misterio ni para Kaito ni para Gakupo que Len mantenía relaciones con ambos, no era misterio para ninguno de ellos que se peleaban de manera pasiva al joven recién llegado... Ese ambiente un tanto hostil dañaba a Len quien no era consciente de la antigua relación que ambos mantenían.
-Dime Len, ¿deseas quedarte conmigo? -Kaito le miraba por sobre un libro.
-Por mí, toda la vida.- Sonrió el joven y besó a Kaito.
-Esta noche no debe terminar nunca. -Gakupo lo observaba sonriendo.
-No, no debería terminar jamás.- Len lo besó
"Te amo"
Aún podía recordar la manera en que ambos se lo habían dicho aquella noche.
Gakupo se lo había dicho mientras le besaba el cuello y le desabrochaba la camisa.
Kaito se lo había dicho mientras llegaba al orgasmo.
Len, no supo qué contestar.
"-Tú solo estás imitando el amor que sientes. Crees que amas a ambos, pero en realidad, solo sientes eso por uno de ellos... estás confundido"
Sí, estaba confundido. Su hermana solo lo miró para saberlo.
Amaba a Kaito por su forma gentil de hacer todo, por su sinceridad. Por otro lado, estaba Gakupo, quien aunque era silencioso, siempre lo escuchaba, siempre tenía una palabra amable para él... siempre le daba lo que él deseaba.
No quería perder a ninguno de los dos.
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Saga. Imitation Black
FanfictionGakupo y Kaito están sumidos en la oscuridad de su naturaleza, solo un pequeño ser humano les devolverá la luz... lástima que solo ellos sean eternos. Fanfic publicado anteriormente en amor-yaoi.com bajo el pseudonimo de Shinkai Seiji