Aparte: Kaito

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"Recuerda la sensación impresa...

en tus manos,

la culpa te aprisiona tanto que incluso ya no puedes...

escapar"


Gakupo simplemente había desaparecido.

La última vez que Kaito le había visto él llevaba un gran bolso y la puerta se cerraba detrás de él. En ese momento no se había preocupado en lo absoluto hasta que se dio cuenta que la ropa que se había guardo perteneciente a Len había desaparecido así tambien la ropa y otros accesorios de Gakupo. El joven de cabello corto lo llamó de inmediato al teléfono celular pero este estaba apagado, luego lo buscó incansablemente pero no lo encontró.

¿Es que acaso él había tomado todos sus recuerdos y lo había abandonado definitivamente? ¿Acaso no pudo soportar sus manos manchadas de rojo?

Kaito miró sus manos. Ya estaba hecho, no era del todo su culpa, de hecho, él se había sentido feliz en aquel momento cuando Gakupo lo había besado, se había sentido nuevamente querido por la perosna que tanto amaba. Len... Len sólo había sido alguien a quien debía cuidar, alguien a quien había llegado a querer por devolverle la sonrisa a la persona que tanto amaba...

Lanzó la taza de café, la cual se rompió en mil pedazos contra la pared.

Realmente nunca había llegado a querer a Len, sólo sentía envidia de él. Len era un simple humano, un muchacho que cantaba bien y tenía una bonita sonrisa, pero esa sonrisa le había devuelto la felicidad a Gakupo, ese símple humano había logrado algo que él jamás había hecho, ese simple humano había alcanzado lo más profundo de Gakupo algo que Kaito jamás había logrado ni siquiera ver.

"-Te amo.- Le susurró mientras gemía."

El silencio había sido su respuesta.

Aún podía recordar el momento en que se lo había dicho a Gakupo y aún así nunca obtuvo una respuesta.

"Una puerta entre abierta, el leve sonido de la combinación de dos voces gimiendo.

Él se había acercado para cerrar la puerta sabiendo bien quienes estaban del otro lado de aquellas paredes.

-Te amo.- Una voz grave.

-Yo también, Gakupo."


Sí, también podía recordar el momento exacto en que se dió cuenta que él solo sobraba en aquella historia y sin embargo, no podia irse del lado de la persona a la cual tanto amaba, a la persona que le había enseñado a amar.

Le llevó un tiempo largo asumir que simplemente Gakupo jamás le había amado y sólo entonces se dio cuenta que Len lo observaba mientras escribía, que le ponía atención a él, Kaito decidió demostrarle al antiguo samurái que Len solo estaba jugando con ambos; sin embargo, a Gakupo jamás le importó, al contrario, lo fue asumiendo de manera natural y Kaito se sintió aún más desplazado de él.

¿Acaso no era suficientemente bueno?

Sintió que sus mejillas se iban humedeciendo a causa de las lágrimas.

Sólo había querido destruir a ese mocoso entrometido. Pudo haberlo matado en muchas ocasiones, pudo haberlo hecho desaparecer fácilmente, pero cuando estaba apunto de hacerlo pensaba en Gakupo: pensaba en la cantidad de dolor que esaba dispuesto a causarle por su propio egoísmo y entonces mordía a Len en el cuello de manera cariñosa ocultando sus colmillos, y entonces... abrazaba a Len.

No, realmente tampoco odiaba a ese muchacho... sólo... sentía agradecimiento.

Recordó la calidez que emanaba del cuerpo del joven humano y pudo sentirlo de nuevo entre sus brazos.

-Perdóname. -Susurró abrazándo a la imagen que estaba en su mente.

Le había mentido, le había dicho que lo amaba y sólo era él el responsable de lo ocurrido, sólo era él quien había jugado con los sentimientos de todos...

Él era el único responsable del dolor de Gakupo.

Sabía que no podía hacer nada por Len... pero Gakupo... ¿Podría volver a mirarlo a la cara? ¿Podría decirle todo esto mientras él se alejaba aún más?

Volvía a herir a la persona que amaba con todo su corazón... lo volvía a herir haciendo que Len llegase a la locura...

Y Kaito volvió a recordar la noche en que el vampiro de cabello largo se había emborrachado y, por alguna razón, también recordó la vez en que iban de camino a conocer a Len... recordó el momento en que Gakupo se le había acercado nervioso cómo si algo quisiese decirle, aquella escena se había repetido más de una vez pero siempre había quedado la duda de lo que Gakupo deseaba decir...

Su cabeza se llenó de nuevo de Gakupo, se llenó de sus miradas, se llenó de las sensaciones que él le hacía sentir.

"Gemía.

Había extrañado el sentir su cabello largo, había extrañado sus besos, había extrañado su rostro...

-Te amo. -Se le había escapado de los labios cuando lo abrazó. Era apenas un susurro pero estaba seguro que él había oído su voz estando a centímetros de su oreja.

-Siempre te amé.- Susurró bajito, Kaito solo lo había podido escuchar gracias a aquella íntima cercanía.

Se había sentido lleno de él.

Vio a Len en la puerta."

Sonrió derrotado.

-Lo siento Gakupo... soy un imbecil.

No había recordado aquello.

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Y entonces estaba todo listo, solo faltaba la rosa amarilla en su pelo y ya todo sería como antes.

-¿Estás listo?

-Sí, Gakupo.

-Cuando te vea se pondrá feliz de verte...

El muchacho se levantó de la silla y se miró al espejo.

Cabello rubio atado a una coleta con una cinta negra. Llevaba un vestido amarillo con detalles negros. Parecia una muchacha.

-No hay nada que podamos hacer con tus ojos, pero me alegra que de nuevo estés aquí... Mi pequeño Len. -Gakupo lo abrazó.

Saga. Imitation BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora