Cuando tocaron a la puerta mi madre se levantó para abrirla ya que nadie entraba. Ella la abrió y allí no había nadie, mi madre decidió ir a preguntarle al médico que si él había sido quién había tocado a la puerta así que me dejó sola en la habitación. Yo decidí levantarme de la cama, lo necesitaba, no sentía las piernas y cuando me levanté casi me caigo al suelo. Una vez en pie me acerqué a la ventana y me pasé por lo menos 10 minutos mirando por ella; mi madre estaba tardando mucho en venir y yo mientras me puse a dar vueltas por la habitación, de repente escuché la puerta y entraron dos chicos; yo me senté en la cama un poco asustada.
-¿Quien sois?- me temblaba la voz.
-Hola Abbie, ¿no nos recuerdas?- dijo aquel chico el cual me sonaba mucho.
-N...no, no se quienes sois.
-Recuerda una de las cosas que estuviste haciendo cuando saliste de fiesta con tus compañeras- dijo el otro chico sonriendo.
-¿Vosotros sois los...?- ellos deberían ser los chicos que abusaron sexualmente de mi aquella noche.
-Si guapa, somos nosotros- dijeron a la vez.
-¿Y que hacéis aquí?- tenía miedo de que pudieran hacerme algo similar a lo de aquella noche.
-Nos enteramos de que estabas aquí y queríamos saber como estabas.
-Tengo el hígado un poco dañado por el alcohol pero por lo demás estoy bien.
-Entonces si estás bien ya podemos irnos tranquilos. Por cierto yo me llamo Gavin- dijo el chico más alto, con el pelo moreno y rizado -yo me llamo Bruno- dijo el rubio bajito.
-¿Sois vosotros quienes habeís tocado antes?
-Si, hemos sido nosotros y bueno nos vamos, espero que podamos vernos otro día- Gavin me guiñó un ojo y Bruno estaba sonriendo. -No esperad, ¿por qué os aprovechasteis de mi esa noche?- no podía dejar que se fueran sin antes preguntarles eso.
-A ver- empezó a hablar Gavin, al parecer él era el más hablador. -Nosotros dos estamos en el mismo instituto y la verdad es que me gustas, llevas gustándome desde que entraste en primero. A mi se me encogió el corazón. -Nunca había tenido oportunidad de decirte lo que sentía porque o estabas con Holden, Nora o cualquiera de tus amigas así que aproveché que estabas borracha para hablar contigo y hacer algo que si no lo hacía me iba a arrepentir.
Me quedé callada y miré a Bruno. -¿Y tú que hiciste?- me dirigí a Bruno.
-Yo me encargue de drogarte y que te emborracharas para que él pudiera hacer lo que hizo. Gavin se acercó a mi y me dio un abrazo pidiéndome perdón.
-Lo siento mucho Gavin, no puedo perdonarte así sin más, entiende que lo que me habéis hecho no está bien y que yo ahora puedo estar embarazada.
-No lo estarás Abbie, tuve cuidado y use protección, ¿que te crees que iba a dejar que te quedaras embarazada sin tu saber que estabas haciendo? Si, abuse de ti sexualmente, pero no hubiera sido capaz de haberte hecho tal cosa.
Le miré y me estaba mirando a los ojos, sentía que necesitaba perdonarle pero no pude. Bruno salió de la habitación y nos dijo que esperaría fuera a que resolviéramos todo esto.
-Eres preciosa Abbie- susurró Gavin agarrándome las manos.
No sabía que decir, le estaba mirando a los ojos que por cierto los tenía preciosos y me quedé por un momento embobada. No alejé mis manos de las suyas porque mi cuerpo no reaccionaba.
-Tienes que irte Gavin, no puedo permitir que entre mi madre y nos vea así- lo dije sin separar sus manos de las mías y sin quitar mi vista de sus ojos.
Nos levantamos de la cama y él para despedirse me dio un abrazo, en ese momento se abrió la puerta, me asusté y me alejé de Gavin lo más rápido posible, no quería que nadie nos viera así. Miré hacia la puerta cruzando los dedos para que no fuera mi madre quien estaba entrando, quería que fuera Bruno, o el médico incluso, pero fue alguien muchísimo peor.
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Forget the time
RomanceAbbie es una chica de dieciséis años que tendrá que afrontar la realidad y ver la vida de otra manera.