Lunes, 7:00

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Suena el despertador, Arlet, sigue en la cama, esperando que el reloj se apague pronto hasta dentro de cinco minutos cuando vuelva a sonar de nuevo.
Para una chica de catorce años, no es que haga mucha gracia tener que ir de nuevo a clase, lo único que le anima un poco más, es el hecho de que esta es la última semana de clase. El sábado por la noche será el baile de fin de curso. A ella tampoco es que le interese mucho, sólo va porque sus amigas, muy diferentes a ella en todo, la animan a ir, medio obligándola.
Por fin, Arlet decide levantarse. Abre el armario y coge la ropa que se va a poner para ir al instituto. La decisión para ella es algo fácil, no tiene que preocuparse de si la ropa que escoja pega o no, ya que en su armario predominan los tonos oscuros. Finalmente decide ponerse unos pantalones vaqueros cortos de talle alto y una camiseta de tirantes negra debajo de un jersey viejo de su padre, que ella misma recicló y cortó.
Su rutina es: vestirse, mirarse al espejo y ver qué se va a hacer en el pelo, maquillarse un poco y por último, desayunar.
Se dirige al cuarto de baño de su cuarto, y, al mirar esa incontrolable melena pelirroja, recoge su cabellera en una larga trenza.
Lo próximo de su rutina matutina, es algo de maquillaje, algo natural, no se quiere parecer a las chicas de su instituto que van maquilladas como auténticos payasos.
Por último, el desayuno. Un tazón de cereales con leche.
Ya está acostumbrada amanecer sola en su casa, ya que sus padres deben ir a trabajar muy temprano.
Coge su mochila, y mete algo de comida para almorzar y sale de su casa para ir a la parada de autobús que está a dos minutos de su casa que la lleva directamente al instituto.

I'm not okay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora