Fin del trayecto. Arlet espera sentada a que salgan del autobús para evitar empujones innecesarios. Al bajar se encuentra a las familiares caras de todos los alumnos de su instituto. Y formando un círculo, bajo un árbol, están sus amigas.
-¡Arlet! - dice Iris para llamar su atención alzando los brazos al aire y moviéndolos.
-Ves, como Arlet, por ejemplo - dice Valerie dirigiéndose a Abigail, haciendo caso omiso a Arlet - a primera vista, parece rara, pero cuando la conoces, es menos rara.
-Gracias, supongo...- responde Arlet.
-No te lo tomes a mal, eso es lo que mola de ti, eres, como con doble cara.
La verdad es que a Arlet no es que se lleve muy bien con Valerie, aunque Valerie se lleve bien con Arlet. Pero como ha adoptado el papel de líder, es mejor reservarse el orgullo, aunque en su mente la esté matando cruelmente.
Respecto al comentario que ha hecho sobre ella, es rara. Sí. Sin más. Simplemente actúa de una manera diferente para encajar.
De sus amigas, la única un poco más igual a ella es Iris, pero está cambiando para ser como ellas, y así poder ser popular, según ella. Abigail es la lameculos de Valerie. Y Valerie, aunque a Arlet no le haga gracia, la líder.
Suena el timbre, lo que significa que empiezan las clases.
Arlet se dirige a la clase de química. Química a primera hora un lunes. Nunca ha sonado bien, a menos que seas un cerebrito o te guste química, pero Arlet no es una de ellas. Te preguntarás por qué eligió entonces esa asignatura, bueno, ella se lo pregunta cada vez que tiene clase de química, porque en verdad, ni ella lo sabe. Y la profesora no es la típica con la que te acaba gustando la asignatura, no todo lo contrario. La señora Edwards, es de esas típicas profesoras que te hacen odiar tanto la asignatura, como a la propia profesora.
El sitio donde siempre se sienta es, al final a la izquierda, justo al lado de unos de los cuatro grandes ventanales de la clase.
Saca de su mochila el libro de química, y sobre él, el libro que casi le hace perder el autobús esta mañana.
Se sumerge en su lectura, sin darse cuenta que la señora Edwards lleva el suficiente tiempo observándola en silencio para saber que está leyendo.
-¿Está interesante? -dice interrumpiéndola en su lectura.
Arlet alza su mirada y sin miramientos contesta lo más sinceramente posible:
-Más que su clase, sí.
Eso hace que despierte una risilla entre sus compañeros.
-¡Basta! ¡Callaros! -ordena la señora Edwards.- Señorita Lee. -dice dirigiéndose a Arlet llamándola por su apellido.
-Edwards. -reponde.
-Ignoraré esa falta de educación. Haga el favor de abandonar la clase, señorita Lee. Esto no es un lugar para leer.
-Tampoco es un lugar para ligar con el director, Edwards, y no me quejo. -dice levantándose de la silla. De nuevo una risa se oye en la clase.
La verdad es que al estar la señora Edwards y el señor Price solteros, hace que ella siempre intente ligar con el director, aunque nunca lo consiga.
-¡Marchese ya de la clase señorita Lee! ¡Y deje de decir sandeces! -dice sonrojándose.
Arlet coge su libro y dirigiéndose a la puerta lo levanta insinuando que va a continuar con su lectura.
-Después de clase quiero que se reúna con el director Price para hablar de su comportamiento en clase.
Arlet manda un beso al aire y cierra la puerta.
Se sienta en el suelo y sigue donde paró a la espera de que suene el timbre de final de clase.
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I'm not okay.
Teen FictionUna chica rara. Un colegio lleno de zorras. Una fiesta. Una broma. Una caída.