Era Lunes por la mañana, Marta se levantó con 41° de fiebre.
Su madre, preocupada le dijo que se tumbara y llamó al médico.
Marta tenía que ponerse bien, al siguiente día, que era martes, era el último ensayo antes de su concierto y no podría faltar.
Se fue a dormir, y cuando se levantó se puso su bata, fue a la cocina, cogió su taza favorita y se puso su café mañanero y se volvió a acostar.
Hace poco Marta había leído varios informes, sobre los sueños lúcidos, que argumentaban, que eran sueños hechos a propósito, por nuestra mente, por nosotros, así que quiso probar.
- Yo quiero un sueño lúcido - se dijo - quiero un sueño contigo, Alex.
Marta cogió el móvil y abrió Whatsapp, y le escribió un simple " te quiero " a Alex, así, sin más, sin puntos, sin explicaciones, sin mierdas.
- Hoy, quiero soñar contigo - repitió, y de repente cayó en un profundo sueño.
Martes por la mañana, Marta no estaba despierta aún.
Se despertó a media mañana.
- No te desperté - dijo su madre cuando fue a su cama - porque vi que necesitabas descansar, estabas muy tranquila, y pensé que dejarte descansar sería lo mejor.
- Gracias Mamá.
Después de muchos intentos de salir de la cama, recordó que los sueños lúcidos había que escribirlos la mañana en la que te despiertas, para así tener detalladamente lo que te pasó en el sueño.
- Esta noche.. fue genial, soñé que Alex y yo paseábamos debajo de los cerezos en flor, mientras los pétalos nos caían, y él me besaba.. Fue maravilloso, - se sonrojó, y siguió escribiendo - fue mágico, en un momento noté lo bien que me puse, ya estoy más relajada.
Marta cogió el termómetro y se lo puso unos minutos.
El termómetro marcaba 35°, estaba mucho mejor.
A su madre le sorprendió lo bien que se encontraba, ambas estaban muy contentas.
Por la tarde, fue al ensayo, allí estaba Alex, Marta le veía mejor que nunca, ¿ qué habría pensado del mensaje que le escribió ?
El ensayo había acabado, había salido bien y hasta el momento todo iba en orden.
- BU! - gritó Alex intentando sorprenderla.
- A.. ALEX!!
Ambos se tocaron las manos y se quedaron un rato mirándose a los ojos.
Él le tapó los ojos y la llevó a un parque gigante lleno de jardines y árboles.
- Ya puedes abrir tus ojos.
Cuando Marta abrió los ojos, se encontró un parque lleno de cerezos en flor, y todo era tal y como lo había visto en su sueño, mientras estaba contemplando asombrada el paisaje, Alex le besó.
Pero esta vez, fue diferente, este beso no fue como otro cualquiera.
Mientras los dos estaban abrazados iban contemplando el paisaje.
- Alex.. Yo, soñé con este m...
[ Continuará ... ]
