c.b. corazón dos ♥

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El recibidor de la institución era una belleza, adornado con figuras de rosas en trazos de oro, una cruz de caoba al frente de la puerta, bosquejos de salmos en latín -el favorito de Verónica, el salmo 24-.

Habían siete personas en total ocupando el espacio del lugar. La madre Hwansa estaba sentada a la izquierda del director y este a su vez platicaba con una pareja, ahí ya eran cuatro. 

Más allá se encontraban HanSeol y SinBi, quienes se veían nerviosos por la presencia del otro. Esos dos no terminaron bien.

Y en frente de Verónica, dándole la espalda, estaba el monstruo de sus pesadillas.

La maldita de NamKyu.

Sigilosamente se acercó a ella, sacando el chicle que traía masticando en el proceso y, ¡paw! Chiclazo

Gracias a Dios nadie se dio cuenta. O eso pensaba, porque desde lejos vio a SinBi haciéndole señas y a HanSeol advirtiéndole, pasando un dedo por toda la longitud de su cuello, como si estuviera cortándolo. Aunque el único cuello que cortarían ahí sería el de Vero.

Pensó en caminar rápido e ir hacia ellos, pero sería demasiado sospechoso, así que sólo optó por hacersee la somnolienta.

—Oh, Verónica, qué bueno que ya te has levantado —comenzó el director—. Pensé que tendría que llamar a una grúa.

«Are you serious?».

—Mira, ven, acércate más para que pueda presentarte.

Obedeció como toda la niña buena que era; la mujer delante de ella aparentaba unos 30 años, se veía muy joven como para tener una hija de 17 años. Portaba ropa casual pero con estilo, la señora tenía estilo. Y ni hablar de su acompañante, que al contrario de ella se veía más viejo, como de unos 50 años. No le sorprendería si ella no fuera la madre de NamKyu.

El director hizo los honores, presentándolos a todos. La mujer se llamaba Yang Mi, quien vino en compañía de su esposo Kyu Min, ambos padres de NamKyu, con quienes pasaría las grandiosas vacaciones.

Una vez en la puerta del instituto y con maletas arriba, abordaron el coche que los llevaría a casa de los Kim. El Sol ya alumbraba bastante por lo que Verónica no tendría que temer por que la fueran a botar en el camino. Tenían planeado partir antes de las ocho, pero como buen plan de amigas, SinBi y Verónica se estuvieron despidiendo la una de la otra como media hora tratando de hacer tiempo; claro que en realidad SinBi le susurraba modos de escape a nuestra pequeña chica.

Estando todos a bordo se pusieron en marcha, con Verónica hincada en los asientos traseros viendo la figura de sus amigos hacerse cada vez más pequeña. Debía confesarse a sí misma que no había pensado en cuando se fuera, creyó que todo saldría bien, natural, para ella, pero en realidad estaba sufriendo porque no vería en bastante tiempo a su mejor amiga.

Durante la mitad del viaje ninguno había hablado, pero una vez dejado atrás el anuncio de "Bienvenidos", la señora Kim se acomodó en su asiento de manera que ambas chicas en la parte trasera entraran en su campo de visión. 

—Y bien —dejó salir una sonrisa algo entusiasmada—. Ya nos han presentado, pero puedes llamarme Yang, o Mi, o como gustes.

Verónica se quedó muda por los siguientes 10 segundos esperando a que en realidad la mujer delante de ella saltara, exigiendo una explicación sobre la intimidación que ha estado cometiendo contra su hija. Aunque vale aclarar que NamKyu en ningún momento se había intimidado, más bien era una motivación a intentar lo mismo contra su agresora.

El humor de Yang Mi se volvió pesimista, pensando que la nueva chica a la que cuidarían no estaba acostumbrada a conocer gente. Ambos padres eran conscientes de la situación familiar que tenía la chica, por lo que llegaron a la —indebida— conclusión de que había sido abandonada en ese internado.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2016 ⏰

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Como un castillo de naipes ♤♣ namjoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora