~ Hogwarts solangelo ~

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Nico di Angelo despertó a causa del griterío de sus compañeros.

Se levanto de su cama, intento (aunque no lo logro, obviamente) arreglar su cabello, y se puso el uniforme de su casa, Slytherin.

Nico ya estaba en su cuarto año en la gran escuela de magia y hechicería, y sin embargo, estaba esperando el momento perfecto para salir de la escuela y vivir solo.

Por más que tenía algunos amigos en Hogwarts, no sentía que ese fuera su lugar. Su mente estaba más bien teñida por la oscuridad de la tristeza y soledad que años después de la muerte de su hermana mayor Bianca, a manos de mortifagos, seguía albergándolo.

Bajo por la sala principal de la casa de Slytherin, sus compañeros callando a su paso.

Al principio solían molestarlo, diciéndole que era un mestizo (su padre era hechicero, pero su madre no) pero días después de que entrara, se dieron cuenta que era mejor no meterse con el. No solo era uno de los mejores magos de Hogwarts, si no que también era heredero de un hechicero bastante... Temido: Salazar Slytherin.

Esto le daba el poder de hablar parsel, el idioma de las serpientes, pero hacía que todos, salvo los pocos "amigos" que tenía, le temieran.

Divisó a Leo Valdez y a Piper McLean, también de Slytherin. Había tenido un par de "aventuras" con ellos, y eso los había unido un poco.

- Listo para el juego de hoy, sombritas?- preguntó molestándolo Valdez.

- Te dije que no me llamaras así.

- ¡Vamos! Leo solo estaba bromeando- corto Piper antes de que se enojara- , ¿verdad?

- claro, reina de belleza. ¿Desayunamos? Necesito fuerzas para el partido contra Hufflepuff.

- Van a perder, seguramente.- comentó Piper.- todos saben que Slytherin y Gryffindor son los mejores en Quidditch.

- No lo creo- dijo Leo- Frank está en el equipo de Hufflepuff. Va a estar más difícil.

Nico los ignoraba mientras caminaban juntos al gran comedor. No entendía nada sobre el deporte de la escuela, ni le interesaba. Durante los partidos solía pasar tiempo con su hermanastra, Hazel, pero como su novio Frank jugaba, seguramente se quedaría para verlo. Bueno, tendría que quedarse solo otra vez.

Mientras el equipo de Slytherin se alentaba entre ellos y comían como caballos, Nico apenas probó bocado.

- Nico, Hazel me pidió que viera que te alimentarás- dijo Piper con un pedazo de pan en la boca.- no lo estas haciendo.

- No tengo hambre.

- ¡Nunca tienes hambre!

- Solo déjame, McLean.

Se encogió de hombros.

- Esta bien, pero después tú eres el que se enfrente a tu hermana, eh.

Después de eso todos siguieron hablando y preparándose.

Por fin la directora McGonagall informó que era la hora, y los jugadores fueron a los vestidores, mientras los demás estudiantes corrían emocionados hasta las estradas de sus casas.

Pero Nico, quien amaba sentarse en frente del Lago Negro, decidió que ese sería su lugar de tranquilidad ese día.

Mientras terminaba alguna tareas y intentaba convertir su corbata en una serpiente con la cual poder hablar, alguien se hizo presente a su lado. Levantó la vista y se encontró con alguien muy indeseable para alguien como Nico: su crush.

Solangelo One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora