~ Shadowhunters solangelo ~

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Esta historia no ha sido anteriormente editada, por lo que podría contener faltas de ortografía. Sepan perdonar.

No necesitan haber leído los libros, pero contendrá algunos spoilers importantes para quienes ven la serie o están leyéndolos. Quedan avisados.

Nico di Angelo escuchaba la melodía del piano de la sala principal del Hotel Dumort, mientras Bianca, su segunda al mando, tocaba para el.

Algunos de ustedes poden estar preguntándose, ¿qué es el Hotel Dumort? El anteriormente Hotel Dummon (antes de la llegada de Camille Belcourt) era el hogar del clan de vampiros de Nueva York, cuál era liderado por Nico.

Desde la muerte de Camille, Maureen y Raphael, no había quedado nadie más para asumir el cargo, salvo el, que había arreglado con la ayuda de Bianca  un acuerdo con la manada de hombres lobo, quien tenía como alfa a Hazel Levesque. La verdad es que no detestaba tanto a la chica como pensó que lo haría, y de hecho, eran bastante cercanos para ser antiguos enemigos.

El día de hoy en particular, tendría una junta con Alexander Lightwood, actual director del Instituto de cazadores de sombras de NY, para arreglar algunas condiciones que los demás Hijos de la Noche hacía tiempo le venían solicitando.

Ir a un lugar sagrado como el Instituto no le hacía mucha gracia, más cuando después de todo lo que habían pasado, aún no le agradaban del todo los nefilims. Quizás estaba resentido porque estos no habían logrado salvar a Raphael, pero eso no importaba ya.

- Nico- dijo Bianca dejando de tocar, mientras miraba el reloj en una de las elegantes paredes del hotel- ya va siendo hora de que te vayas.

Nico solo asintió y se levanto del sillón, para dirigirse a su habitación, cuál quedaba al lado de la sala de música.

- ¿Quieres que te acompañe?- preguntó su segunda al mando desde el otro lado de la puerta.

- No te preocupes, voy a estar bien.

- Se que no te gustan mucho los nefilims, ni a nadie aquí, pero piensa que ellos también intentaron ayudarnos.

- Deberían- dijo saliendo de su habitación, ya vestido- siempre nos piden a nosotros el trabajo que no pueden hacer por si mismos.

- Y no digo que no - siguió ella- pero promete que te portarás bien sin mí.

- Lo juro por.... Bueno, ya sabes lo que sigue.

Ella rió.

- No puedo creer que seas el jefe del clan y aún no puedas decir Dios.

- ¡Oye! No sé cómo se te hace tan fácil.

- Solo no pienses en eso. Raphael me lo enseñó. Si él estuviera-

Se corto de repente.

Incomodo.

- Supongo que ya me voy. Te escribo cuando venga de vuelta.

A los pocos minutos, Nico iba en un taxi hacia el famoso Instituto. No había estado allí ni una vez, porque la verdad es que prefería dejarle ese trabajo a Bianca, pero decidió que para un tema como este era mejor hacerlo en persona y no por un intermediario.

El taxista lo miraba un poco asustado.

Nico sabía que era un mundano, ún humano común y corriente, pero quizás el hecho de que era inhumanamente pálido y que no necesitaba respirar, pues, no se, se le hiciera un tanto extraño.

Solangelo One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora