~ Beautiful Hands ~

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Will Solace lloraba en los rincones de la enfermería del Campamento Mestizo.
Ustedes se preguntarán, ¿porque el feliz y carismático hijo de Apolo estaba llorando?
Culpa. Esa era la única palabra que podía describir sus sentimientos en esos momentos.
Ese mismo día, un campista hijo de Hermes, había vuelto de una misión para buscar a un nuevo semidiós, y en su pelea contra una dracnae, había sufrido daños demasiado graves.
Como jefe de la cabaña de Apolo, Will tenía toda la responsabilidad de los heridos de gravedad, entre ellos aquel hijo de Hermes. Pero como siempre, mientras más importante era su tarea, peor salían las cosas.
Hoy sería el funeral del chico, en la cabaña 11.
Escuchar llorar a todos los hijos del dios de los viajeros, entre ellos los mismísimos Connor y Travis Stoll, había sido más que devastador para Will.
No había podido salvarlo.
Lo había decepcionado, a él y a todos los demás que confiaron en su talento.
Por primera vez sentía lo horrible que debía de ser trabajar como cirujano.
Y lo que era peor, no era la primera vez que pasaba.
Ya habían caído varias vidas en sus manos.
Ahora se las miraba, y le daban asco.
Manos que tenían la culpa de la muerte de montones de campistas.
Manos que tenían la culpa del llanto, tristeza y soledad de decenas de chicos que habían perdido en ellas, las vidas de sus hermanos, amigos, amantes, compañeros.
Esas horribles manos que para el pobre de Will, seguirían con él por el resto de su vida, recordándole todas las veces que había fallado.
Culpa.
Eso sentía.
Volvió a llorar desconsoladamente, ignorando los llamados de sus hermanos desde la puerta de la cabaña, preguntando por su bienestar mentiras intentaban romper la traba qué anterior mente había puesto.

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Nico di Angelo escuchaba música tranquilamente en su cabaña. Había pedido Jules-Albert, el ayudante que su padre le había dado, si podía cambiar el horrible estilo de la cabaña 13.
Es decir, no tenía nada en contra del negro, pero ya era excesivo. ¿¡Qué a uno no podían gustarles otros colores, por más que siempre usará el mismo para su ropa!?
En ese momento pensó lo que Will diría si estuviera allí.
"Que dramático eres, chico muerte"
Cuando su novio estaba presente, Nico lo miraba molesto, diciéndole que no lo llamara chico muerte o cosas como esa, lo que solo hacía que el hijo de Apolo comenzará a reírse de el.
Pero cuando estaba solo, libre de la vista de Will, no podía hacer nada más que sonreír como idiota.
Era extraño, lo que sentía por Will.
Aveces se metía en sus nervios, pero podía ser dulce y atento cuando quería.
Nico amaba todo de él.
Y le encantaba saber que Solace amaba todo de él.
Era hermoso, eso sin lugar a dudas.
Era como un sol, iluminando su oscura alma.
En ese momento, mientras miraba al techo embobado de solo pensar en su sexy doctor, alguien lo interrumpió tocando fuertemente la puerta.
¡Por Hades! Ni siquiera Jason tocó tan fuerte cuando sacaron la película de "Superman vs Batman" (en la cual, el rubio teñido lo obligó a disfrazarse).
- ¡¿Quién es?!- gritó apagando por un momento la música.
- ¡Soy Fallon! ¿Podrías abrirme?
Nico realmente se sorprendió. Fallon era una de las más antiguas hijas de Apolo en el campamento, siempre junto a Will en la enfermería. Era, según su novio, la mejor sanadora de la cabaña. Digamos que jamás le dio una gran aprobación a la relación de Nico y Will.
- ¿Qué pasa?- preguntó abriendo la puerta.
La chica tenía el cabello rubio de Will, pero sus ojos eran marrones.
- Te necesitamos.
- ¿Es una emergencia?
Nico ya conocía la frase "te necesitamos". Percy lo había necesitado para convencer a su padre de pelear contra Cronos, los campistas lo habían necesitado para vencerlo, todos el mundo lo había necesitado para llevar a la Atenea Partanos y unir a los dos campamentos, pero además de Hazel, Jason, Reyna y Will, no veía que nadie se lo agradeciese.
- Algo así- contestó Fallon- Will se encerró en la cabaña de Apolo hace unas horas, y no nos deja pasar. Estamos preocupados pensando que quizá le pasó algo y no nos lo quiere contar.
Obviamente la preocupación debió notarse en la cara de Di Angelo, porque por dentro, sentía que su mundo se venía abajo.
Pero a la vez se sentía asombrado de que Fallon quisiera específicamente a ÉL, para esta tarea.
- ¿Crees que puedo hacerlo por ser su novio?
- Creo que puedes hacerlo porque tienes el poder de transportarte por las sombras.
- Ah.
Si, definitivamente no aprobaba su relación.
- Okey, intentaré hacerlo, pero te advierto que a tu hermano no le gusta nada que use mis poderes, así que cualquier cosa, fue tu culpa.
- Asumo el riesgo, hijo de Hades.
Uh. No le gustó nada como lo dijo.
- Como quieras.

Solangelo One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora