☆ ONCE ☆

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Tikki! ¿Dónde estas? -alza las sabanas para buscar a su pequeña amiga- Se me hace tarde.

Bosteza y frota sus ojos- ¿Que pasa Marinette? -sale perezosa del closet.

Aquí estas! -levanta los brazos- Tengo 10 minutos para arreglarme, me levanté tardísimo.

La noche anterior no pude dormir debido a los nervios y ansias que el ir a casa de Adrien me causaban. Y sumándole que duermo como piedra y nada es capaz de despertarme, ahora tenía que vestirme en tiempo récord.

-Guarda la calma, el tendrá que esperar si no estás lista de cualquier manera-

Tienes razón -respira profundo- Es verdad.

Intenté relajarme mientras escogía un atuendo adecuado, opte por mi antigua vestimenta, no tenía el tiempo para dedicarme a buscar algo más.

Estoy lista -se mira al espejo.

Te ves como antes -replica- no te amarres el cabello.

Hice caso a lo que mi kwami me pedía, tengo la sensación de que a Tikki no le agradaba la idea de que yo saliera con Adrien. Creía que afectaría mi trabajo en olvidarlo y puede que tuviera razón pero no podía negarme, era trabajo importante.

¿Marinette? Alguien te busca -toca la pequeña puerta de madera situada en el suelo.

-Ya voy mami!-

Tomé mi bolso dónde Tikki se acomodó y baje corriendo las escaleras, Adrien se encontraba sentado en el sillon charlando un poco con mi madre y comiendo un bizcocho.

B-Buenos días -se acomoda un mechon detrás de la oreja.

Hola -sonríe- ¿Porque nunca me dijiste que el pan de tus padres era tan rico?

Oh -ríe nerviosa- Lo siento.

-Me aseguraré de comprar aquí todos los días-

Que lindo muchacho -sonríe tierna y le toca el hombro al rubio- Cuida mucho de mi hija, ¿Esta bien?

-Por supuesto señora Dupain-

Em, ¿Nos vamos ya? -alza un poco la voz para llamar su atención.

Mis padres eran capaz de decir algo muy incómodo y antes de que lo hicieran preferí salvar mi ya escasa dignidad y arrastré a mi compañero hasta la salida. Una vez fuera logré visualizar una camioneta negra.

Mi chofer nos llevará -le abre la puerta- sube.

Gracias -se encamina a la camioneta y se monta en ella.

El subio a el asiento del copiloto, e indico algo a su chofer en voz baja. Eso me causo un cierto nerviosismo no es como crellera que me secuestarían, era algo absurdo, ¿No?
Llegamos más rápido de lo que imagine a nuestro destino, ambos nos bajamos, abrió la puerta de su casa y entramos por esta.

Tu casa es -mira todo el lugar- Enorme, siento que podría perderme.

Ríe divertido- Pero que dices, no es tan grande.

Claro que lo es -le sonríe- Pero en fin, empecemos a ver las telas, ¿Te parece?

-Si, sígueme por aquí-

Me guío por un largo pasillo lleno de puertas a los costados, todos tenían una numeración y parecía como si fueran las de un hotel. Eran de un color blanco, casi aperlado.
Llegamos a la última era la más grande, abrío y ambos entramos por esta.

¿No está tu padre? -se adentra en el gran cuarto.

No -imita a la peliazul- Fue a unas juntas de trabajo.

-¿Y porque no vas con el?-

La mirada de Adrien se volvío melancolica y supe de inmediato que no debía de haber preguntado aquello, así que cambie el tema antes de que contestara.

Oh mira este color -toma la tela- Está tan suave.

Puedes escoger las que necesites -le sonríe- Yo me encargaré de que los vestuarios sean echos con las que tu quieras.

-Gracias-

Mire al rededor sin saber por dónde empezar, parecía una habitación llena de montones y montones de arcoíris echos con tela, suaves y otras asperas.
Tardamos aproximadamente como una hora para encontrar todas las necesarias.

Bueno -carga las telas- ¿Me acompañas para dejarlas en mi habitación?

Claro, ¿Quieres que te ayude? -extiende las manos.

No -niega a la vez con la cabeza- Yo puedo.

Le abrí la puerta para que pudiera pasar y seguí caminando detrás suyo, sus rubios cabellos caían sobre su cuello. Emanaba un olor a fragancia, el aroma era fuerte.

-Marinette-

¿S-Si? -tartamueda.

Podrías abrirme la puerta -alza la barbilla señalando un lugar- Esta, por favor.

Me apresure e hice lo que me había pedido anteriormente, sin embargo para mi torpeza al momentl de entrar mis pies se enredaron entre las telas y caí, intentandome a agarrar a un pequeño buro del cuál calló un vaso llena de agua, ¿Que si encima mío? Si.

Genial -suspira- Que torpe soy -se soba la rodilla.

¿Te encuentras bien? -se inclina.

-Si si, solo mojé mi blusa-

"Así se hace! Tonta Marinette" me repetía mentalmente frenando las ganas de darme de topes en la pared que estaba a mi costado.

Oh -se para y va a su armarío, de este saca su peculiar playera negra con rayas- Puedes usar esta por lo mientras -se la da- Saldré para que puedas cambiarte.

Miré la playera con el rubor en mis mejillas era de Adrien, su perfume estaba impregnado en esta. Sin perder más tiempo me quité la blusa y proseguí a ponerme la de él, me quedabaun poco larga pero hasta parecía perfecta para mi.

¿Puedo entrar ya? -dice detrás de la puerta.

La peliazul se apresura a pararse del suelo, apenada- Si, adelante.

(...)

Sostuve la manija de la gran puerta y abrí para acceder a mi habitación, Marinette se encontraba sonrojada y nerviosa, se notaba en sus manos las cuales se enredaban en el final de la playera como jugando.

Te queda mejor que a mi -se acerca.

Sus llamativos ojos azules me miraron y quedé perdido en ellos, nunca noté lo bonita que era, su cabello, sus mejillas rosadas... Su boca.

Tienes algún inconveniente si yo ...-le acaricia la mejilla con la mano y acomoda su cabello detrás de la oreja- te...

¿A-Adrien? -titubea e intenta fallidamente alejarse.

Le tome por la cintura y la atraje pegandola hacía mi cuerpo, ella parecía indecisa como si no supiera si debía irse de aquí o permanecer, me acerce a un costado de su cuello lo que la estremeció. No dude en hacerle aquella pregunta un tanto atrevida, no podía aguantarlo.

-¿Puedo besarte?-

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Hola ❤ nuevo capítulo beibes.
No me maten, juro continuar lo más pronto posible 😂
Los amo :3 ♡

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