♡ Beautiful Lies ♡

☆ Epílogo ☆

Pasaron tres años en la vida de los héroes de París, mucho más fáciles de lo que habían sido antes debido a la falta de villanos por la ausencia de Hawk Moth.
Cursaron la preparatoria con tranquilidad, simplemente ayudaban con problemas civíles como ladrones, peleas clandestinas, etc.

Marinette y Nathaniel reforzaron sus lazos como una pareja, a pesar de ser tan solo adolescentes sabían sobrellevar muy bien las cosas, parecían el uno para el otro, incluso si no era así.

Por su parte Adrien era ahora quien velaba por la felicidad de Marinette y aunque le había jurado a la peliazul que la recuperaría para que se enamorara de el una vez más, empezaba a creer que ela era feliz con la persona que estaba actualmente, sin embargo a pesarde dejar de intentar algo con ella, él seguía muy enamorado.

Lila no fue a la misma preparatoria que el resto de los chicos, ya que todos le recordaban que alguna vez fue Volpina y eso era algo que les parecía peligroso a los chicos, por lo que avisaron a los padres de la chica.
Pero este cambio le beneficio en gran manera, al irse a una escuela privada y de gran estatus, se encontraba cerca de una colonia muy conocida por sus lujos y las personas adineradas que vivían ahí.
Ella fue modelo de París, parte del elenco del famoso Gabriel Agreste antes de su desaparición, ¿Quien no querría trabajar con ella?
Recibió muchas ofertas de trabajo y fue reconocida por su belleza.

(...)

¿Y que pasa si no me quedo en la misma escuela contigo? -abraza al pelirrojo- No me iré sin ti y lo sabes.

Marinette -le da un beso en la frente- Claro que irás aunque no me quede yo.

-¿Y si no me quedo yo?-

Bueno eso es distinto -acaricia su cabello.

¡No lo es! -reclama- Prometamos algo, si uno de los dos no llegara a quedarse no importa, aún así asistiremos a esa universidad sea quien sea que se quede.

Me parece equitativo -ríe- Pero no me gusta ni la idea de irme y dejarte.

Pues a mi tampoco -lo señala- pero prometemelo.

Lo prometo lo prometo -alza la mano.

Nathaniel había cambiado bastante, creció mucho en estos tres años medía casi 1.75 lo único que conservaba era su cabello ligeramente largo. El tiempo se fue tan rápido que no me di ni cuenta de cuando paso.

Nuestros padres comenzaron a llevarse muy bien y hasta ahora podíamos decir que nuestra relación era algo estable y segura, con algunas peleas como es normal pero ninguna que no pudieramos resolver hasta el día de hoy.

(...)
Las semanas pasaron lentas y yo sentía que el miedo me estaba comiendo por dentro, quería saber ya los resultados de mi exámen, viajaría fuera de París para ir a estudiar a Canada por cuatro años, eso era muy lejos pero era algo que me beneficiaría.

Después de largos días de espera la carta llego mis padres estaban presentes en el momento, fuí por unas tijeras para poder abrir el aobre, las manos me temblaban pero intentaba no cortar la carta de su interior.

Tranquila cariño -le regala una sonrisa.

Gracias Padre -respira hondo- Muy bien...

Empecé leyendo muy lentamente como si inspeccionara cada letra y verso que se escribía sobre ella, mi rostro palideció por completo y la sangre se me heló.

¿Y bien? -la mira prepcupada- ¿Que dice?

Yo... -tapa su boca y empieza a sollozar- Yo me quedé!

Ambos se pararon de sus asientos apresurados para rodearme en un grande abrazo de felicitación, no podía creerme el hecho de que lo hubiera logrado. Inmediatamente llame a Alya, quien desgraciadamente no iría esta vez conmigo ya que a ella le interesaba otra escuela y aunque dolía la apoyaba por completo como ella a mi.