El Chico Nuevo (Celina)

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Lamento no haber podido subir capitulo por tanto tiempo, pero quería hacerles una sorpresa.

Este capítulo es demasiado largo y habla sobre nuestro otro personaje principal, Celina.

Una chica con problemas de depresión, que es demasiado buena en todo lo que hace. Actúa como si estuviera por encima de todo y no le importara nada, pero todo el mundo sabe que su actitud es para parecer fuerte, lo que en realidad es.

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El despertador empieza a sonar, me levanto de la cama y observo mi habitación, llena a rebosar de pilas de libros, dibujos y discos de música rock, no es la típica habitación de una adolecente normal.

Observo mi borroso reflejo, desde el espejo encima del tocador al otro lado de la habitación.

La maraña de pelo rubio claro tan enredada que apenas logro ver la pálida cara que se esconde detrás, con ojos tan grandes y extraños de una combinación de colores verde, azul, dorado y plateado, con un aro negro rodeando el contorno del iris

Me levanto y me visto con unos mallones de cuero, una blusa suelta de encaje negro, unos botines negros gastados por el uso. Cepillo y dejo suelto el cabello lacio que llaga debajo de mis glúteos. Por ultimo coloco incontables pulseras en mis muñecas que tratan de ocultar las marcas de navajas representantes de insultos y maltratos a lo largo de tantos años, un gorro gris cubriendo mí cabeza y me coloco mis lentes de armazón azul.

Bajo las escaleras esperando no encontrar al idiota de mi padrastro sentado en el comedor.

Mi madre a pesar del peso que carga en los hombros tras la muerte de mi padre y el cansancio que se marca en su rostro sigue siendo una mujer hermosa y dulce. Con su pelo castaño hasta los hombros, sus ojos marrones tan comunes y con pequeñas arrugas, pero llenos de esperanza y cariño, una nariz tan pequeña y respingada igual a la mía y labios gruesos y rojos como los míos. Cada imperfección y pequeña arruga en el rostro de mi madre la hace ver más hermosa y rebosante de vida.

Yo no poseo ni de asomo la belleza de la mujer que está en frente mío preparando el desayuno, pero la mayor parte de la gente dice que somos idénticas, claro, sin contar el pelo, el cual lo saque del padre que murió cinco años atrás.

MI pequeña hermana Cindy de siete años está sentada en el comedor atiborrándose de huevos y tocino. Ella es tan parecida a mi madre, como un pequeño clon suyo, a excepción de sus hermosos ojos grises, tan idénticos y llenos de vida como nuestro difunto padre, incluso me atrevo a decir que será más hermosa que mi madre, tan menuda, dulce, amable y delicada.

-Buenos días- saludo con una sonrisa en el rostro.

-Hola Celina- dice Candy –Siéntate a desayunar

-Hoy es tu primer día de escuela, ya vas en último año, tienes que dejar de vestir siempre de negro y usar más colores- dice mi madre con una sonrisa triste.

-Mama, esto es lo que me gusta usar y me siento más cómoda- digo señalando mi atuendo.

-Está bien, pero ya ponte a comer- me pone en frente un gran plato de huevos y tocino.

Cuando termino mi desayuno se empieza a escuchar la bocina del carro de Liz.

-¿De nuevo te llevara Liz?- pregunta Candy con curiosidad

Enamorada de un DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora