Capitulo II

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"Estoy jodidamente loca".

Me sentía confundida. Kate no me había hablado nunca de ningún compañero de piso, ni nada por el estilo.

No le di mucha importancia, pero me molestó que no me comentara nada al respecto. Llamadme maníaca del control, pero me gusta planear todo lo que voy a hacer con mi vida.

Kate dice que estoy loca, y tal vez tenga razón.

-¿Y desde cuándo vives aquí?-Me atreví a preguntarle-

-Desde siempre-Respondió con desdén-Aquí todos nos llevamos muy bien.

¿¡Todos!? ¿¡Qué todos!?

-Espera, me he perdido-Solté una risa incómoda-¿Qué... todos?

Justin frunció el ceño y suspiró. Volvió a rascarse la nuca. Por su rostro, y sus acciones parecía cansado. Hablaba sin ganas.

-Kate debería haberte comentado-Dijo él con una sonrisa forzada-

Sí, por supuesto que debía haberme comentado.

-Aquí vivimos cuatro personas-Continuó, sacandome de mi nube de indignación-Kate, Giselle, Christian y yo.

Me sentí aún más indignada. No tenía un compañero, si no tres.

La muy idiota me dijo que vivía sola, y que quería pasar las navidades conmigo porque si no las pasaría muy aburrida. Tiene el premio nobel como actriz.

Abrí un poco la boca, para decir algo, pero enseguida la cerré. Pues Kate acababa de llegar a casa.

-¡Ya estoy en casa!-Dijo con una sonrisa mientras dejaba las llaves de casa en la mesita de la entrada. Aunque esa sonrisa se borró al instante cuando me vio hablando con su no mencionado compañero de piso-¡Juliette, que alegría volver a verte!

Hizo un intento de abrazarme, pero me aparté de ella con los brazos cruzados. Primero tenía que aclararme un par de cosas.

-Oh vamos, no te enfades-Dijo ella, haciendo pucheros-

Justin se acomodó en el sofá donde yo me había levantado. Oía atento.

-Tenemos que hablar-Dije, elevando una de mis cejas-

-Por dios Juliette, sabía que si te decía que vivía con más gente... No vendrías.

¿En serio? ¿Mi mejor amiga me veía como una anti-social?

-¿Y por qué no iba a venir?-Pregunté, mucho más indignada-

-Tienes que reconocerlo, Juliette. No sé como Justin ha conseguido que entres en la casa, eres demasiado desconfiada.

Justin soltó una buena carcajada que retumbó por todo el salón.

-Ya sabes, Kate. Tengo encanto natural-Dijo él, marcando sus biceps-

No pude evitar mirar, y tengo que reconocer que Kate tenía -en parte- razón. En ese momento me di cuenta lo bello que era, y el buen cuerpo que tenía. Lo primero que había pensando al verle, era el interrogatorio que debía de hacerle.

Estoy jodidamente loca.

"Sí, si que lo estás."

Ahora hasta mi mente se reía de mi, lo que me faltaba.

***

Paris, la ville de l'amour.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora