Capitulo III

42 6 2
                                    

"Deja de susurrarme en el oído si no quieres que te tire aquí conmigo".

Había llegado la hora de la cena, y yo seguía observando cada detalle de la casa. Ya había dejado mis maletas en mi supuesta habitación y estaba encantada. Era mucho más grande que la que tenía en California.

Las paredes eran azul cielo, y tenía una gran ventana negra que daba unas buenas vistas de la Torre Eiffel. Estaba pensando seriamente en venirme a vivir aquí, este lugar es precioso.

Ya me había perdonado con Kate, no podía estar enfadada con ella por mucho tiempo. Pero la miraba con cerelo, para que no volviera a hacerme algo así.

Justin se había quedado dormido en el sofá, parecía un angelito. Hasta me dieron ganas de abrazarle. Se veía adorable.

Al rato bajó una chica de una de las habitaciones del piso de arriba y Kate me la presentó.

Era una chica alta, por lo menos me sacaba 20 cm. Tenía el pelo corto y negro, como sus ojos, que eran pequeños y alargados. Era muy delgada, un poco más que yo. Parecía tímida.

Por lo que me había dicho Justin, esa era Giselle. Me dió la mano, y al momento volvió a subir a su habitación, sin decir absolutamente nada.

Al principio me dió buena impresión, aunque después de esa "presentación", no me dió tanta confianza.

-¿No eráis cuatro?-Pregunté, recordando que había un cuarto inquilino-

-Sí, pero Christian pasa las navidades con sus padres-Bufó-Es muy familiar, y todo ese rollo.

-¿Y qué tal con los novios?-Le pregunté, sentandome como un indio en el sofá individual-

-Bueno...-Dijo ella rascandose la nuca-Digamos que no he tenido nada serio desde que vine aquí.

-¿Nada serio?-Dije, alzando una ceja-Vamos, que te has tirado a medio barrio.

Ella soltó una gran carcajada, tanto que Justin se movió.

-No, tampoco es eso-Dijo ella aún riendo, pero más bajo-He tenido algún roce, pero no mucha cosa.

-Ah-Dije, sin saber bien lo que decir-Y... ¿cuándo vamos a cenar? Me muero de hambre.

-Cuando un señorito se despierte-Dijo señalando a Justin con la cabeza-Él es el cocinero de la casa.

-No cambias, eh-Dije riendo-¿Y por qué está tan cansado?

-Trabaja de camarero en un bar-discoteca de estos que se quedan hasta las tantas abierto-Dijo ella suspirando-Voy a avisar a Giselle, despiertale tú.

-¿Y por qué tengo que despertarlo yo?

Y Kate me ignoró completamente.

Bien.

¿Y yo ahora qué hago?

Lo conozco a penas de unas horas, y un par de ellas ha estado durmiendo.

Bueno... Vamos allá.

-Hmm... Justin, despierta-Susurré en su oído-Vamos, Justin.

En respuesta obtuve un gemido. Y me lo hizo aún más complicado, se giró poniendo su cara contra el respaldo del sofá.

-Eis, Justin-Lo zarandeé un poco-Vamos, me muero de hambre y tú tienes que cocinar.

-¿Qué?-Dijo él, con voz ronca y aún de espaldas-

-Tienes que hacer de cenar, me muero de hambre-Repetí en su oído-

-Deja de susurrarme en el oído si no quieres que te tire aquí conmigo-Dijo él, dándose la vuelta-

Y me fuí de allí, toda colorada y con sus palabras en mi cabeza.

¿Qué quería decir con eso?

"Que te follaría, estúpida"

Cierra el pico.

"Aunque ya no creo que quiera, estás hablando sola. Encima de estúpida, loca."

Dios mío, necesito un psicólogo.

Paris, la ville de l'amour.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora