¡Hola! Después de un siglo de desaparición...volví...Con todo el amor del mundo este capítulo es para todas ustedes...miren que me ha costado develo, sangre y lágrimas...Os adoro nenas mías.
FanFic participante del evento "El Uke más fuerte de la humanidad" de la sexy página Rivaille Uke.
¡América!
La llegada
"Del mar los vieron llegar...eran los hombres barbados de la profecía esperada...les abrimos las puertas por temor a lo ignorado...solo el valor de unos cuantos les opuso resistencia pero al ver correr la sangre se llenaron de vergüenza...porque cuando nos dimos cuenta ya todo estaba acabado"— La Maldición de Malinche.
Dos lunas....dos lunas de encierro...su padre lo había recluido en el templo....incluso los sacerdotes se habían cambiado de recinto, "todo por su comodidad", la soledad y sus visiones lo estaban matando...cada vez que cerraba los ojos, los gritos explotaban en sus tímpanos....sangre, un río de sangre era todo lo que había en sus sueños.
Cansado, realmente estaba cansado, tal vez triste y angustiado era la mayor definición para su estado actual y si a eso le sumaba su necesidad no saciada de la voz, el calor de Eren, se podía declarar en estado de depresión absoluta...necesitaba ver sus ojos, aquellos ojos que le brindaban una paz inmensa, la sensación de la libertad...necesitaba de los ojos amorosos del castaño, esos ojos como una laguna de estabilidad, esos que se parecían al aura que lo protegía en sus sueños.— Leviuic come. — le ordenó su padre sacándolo de su ensoñación.
— Aleja eso de mí. — le dijo empujando la vasija con pescado asado —. Vomitaré si sigo teniendo ese olor cerca de mí.
— ¿Tanto extrañas a ese mocoso para compórtate así? — la mirada de Kennimaquic era severa — ¿O es que realmente estas enfermo? De ser así, llamaré a los curanderos.
— No — se levantó de un tirón el adolescente —. No les llames, si, lo extraño, por eso estoy así, padre déjeme verle solo una vez más, solo para despedirme para siempre de él.
— No, ya te lo había dicho, no lo veras nunca más, así pagaras por tus actos — le reprendió el mayor mientras se levantaba, sacudiendo las preciosas telas coloridas —. Y come de una maldita vez, nadie espera que te mueras tan miserablemente, menos por un bastardo como aquel demonio.
— Padre...— la voz adolorida de Leviuic fue un susurro.
— Ya te dije que no...—
— Agua, sangre, vienen del agua...no dejes que entren.
Kennimaquic escucho aquellas palabras pero no las entendió, su hijo se desvaneció un segundo después, lo sostuvo antes de que su cabeza diera contra los bloquecillos del suelo, estaba pálido, demasiado pálido, más delgado y con ojeras remarcadas...se veía enfermo, además que él estaba seguro que lo estaba, el niño vomitaba todo lo que ingería, dormía mucho pero no descansaba nada, siempre se levantaba agitado, sudando, espantado y tenía una fiebre que no lo abandonaba nunca.
El Ahaú se ponía a pensar si no era que aquel demonio había hechizado a su vástago y ahora tenía una maldición que lo consumía por dentro, realmente estaba tentado de llamar a los curanderos y a los sacerdotes para que lo revisaran mientras estaba inconsciente, pero ahí contemplando su bonita faz se dio cuenta que aun respetaba ciertas decisiones de su hijo y si el niño no quería que lo revisaran él entendería y no insistiría.
Procurando dejarlo arropado con las telas sedosas y añiles de color azul, se marchó, tenía que mantener calmados los cuchicheos preocupados en torno a su hijo.
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¡América!
SpiritualEl nacimiento del maleficio que condenó a nuestras tierras a la esclavitud, a la pérdida de la grandeza del pasado no fue la codicia, no fue eso, no lo fue, aquel error se llamó amor, el amor prohibido entre dos seres de dos mundos distintos, de mun...