Resurrección

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Disclaimer | Ni Shingeki no Kyojin y sus personajes me pertenecen, son propiedad de Satanás alias Hajime "La llama maligna" Isayama S.A. La trama es mía.Derechos reservados a ©Coorp. Charly.

Advertencia | BL. Ereri. Shota. Mpreg. OCC. Un Levi tributo maya. Eren vikingo. Violencia. Muerte de personajes.

Dedicatoria | A MagiAllie ¡La súper mujer que amo!

¡América!

Capítulo

6

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Resurrección

[Epílogo]

"Muy bien, pero este corazón no les pertenece a ellos. Tampoco debe ser aquí vuestra morada, ni debéis tolerar que os obliguen a matar a los hombres. Después serán ciertamente vuestros los verdaderos criminales y míos serán en seguidaellos. Así, pues, la sangre y sólo la sangre será de ellos y estará en su presencia. Tampoco puede ser que este corazón sea quemado ante ellos."

Segunda Parte, Capítulo III.Popol Vuh

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Sangre, su visión era carmesí como la sangre, porque sangre era lo que deseaba, vengarse, destazar con su hacha el corazón de cada uno de aquellos malditos, ellos que arrebataron de sus brazos lo que más amaba. Los odiaba, a esos monstruos del mal con fuego en las manos y cubiertos de metal, los odiaba con toda la profundidad de lo oscuro de ese sentimiento.

Su cuerpo estaba bañado con la caliente sangre y sus oídos estaban atiborrados de sus gritos, pero no se detenía ante nada, seguía machacando a cada enemigo que se le ponía enfrente. El demonio de la ira lo había consumido y nada le permitía ver, todo había desaparecido para él. Sólo soledad, rabia y dolor estaban presentes en su interior.

« Vengarme »

« Vengarme »

« Matarlos »

No vio como el cielo se oscurecía presa del astro opaco que se devoraba el sol, en un eclipse funesto, no escuchó los gritos aterrados de su madre, ni el rugido tenebroso de un animal nacido del odio, la tristeza y la impotencia. No fue consciente de nada hasta que la sibilante voz de Leviuic retumbó en sus tímpanos, su voz vuelta un canto siniestro, como un silbido fantasmal.

Su cuerpo se paralizó, igual que el resto que tan sólo hace unos segundos se arremolinaban en una batalla fragosa.

El ambiente era pesado, frío y obscurecido y en el centro de todo estaba el bello tributo de una estirpe que había sido molida por los deseos oscuros de seres sin corazón.

Leviuic sonreía sentado en las gradas del templo con un jaguar de ojos color plata echado sobre sus piernas, atrás de él, sombras amorfas que sólo una enorme boca llena de colmillos tenían en el rostro, parecían sonreírles con hambre.

El corazón de Eren latió frenético, emocionado y atemorizado a la misma vez, estaba lleno de regocijo por ver de pie y vivo a su amor, y también tenía temor porque los ojos de su niño parecían resplandecer en vivos colores de tonalidades verdes y azules, como si fuesen las plumas de las aves más exóticas. Antinaturales, divinos, de otro mundo, un mundo lejos de su compresión. Sentía, pues, un temor reverencial.

Su hacha se resbaló de sus manos mientras él caía de rodillas.

La voz de Leviuic se volvió 'humana', compresible, tangible, pero Eren supo que esa no era su voz. Alguien hablaba a través de él. Era una voz llena de potencia que obligaba a obedecer por el hecho de sentirse como una verdad absoluta, una voz que no permitía replicas.

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