Disclaimer | Ni Shingeki no Kyojin y sus personajes me pertenecen, son propiedad del terrible, cruel pero adorado Hajime Isayama.
Advertencia | BL. Ereri. Mpreg. OCC. Un Levi tributo Maya.
Nota | ¡Hola! Un Fic nuevo en dedicatoria – suplica – perdón para Fredo Godofredo, nena mía eres mi inspiración, un millón de flores para ti por haberte roto ese lindo corazón de ángel que tenéis.
FanFic participante del evento "El Uke más fuerte de la humanidad" de la sexy página Rivaille Uke.
¡América!
Conociéndote
"Llegaron del mar en barcas con formas horrendas, como Demonios del Mal, con fuego en las manos...y cuando se dieron cuenta de la verdad, ya todo estaba acabado" – La Maldición de Malinche.
Quinientos años antes de la llegada de aquellos Dioses cubiertos de metal y con fuego en las manos, otros habían llegado a las vírgenes tierras de más allá del mar, estos no eran dioses, eran demonios, los demonios de cabeza de dragón, esos seres sedientos de sangre arrasaron con gran parte de los nativos de aquel lugar y los obligaron a replegarse de su antiguo hogar, así ellos se instalaron en los bosques más profundos de esos territorios, con el pasar del tiempo los nativos de los parajes no se acercaban porque entre murmullos contaban que solo acercarse a aquel lugar representaba quedar maldito.
¿Quién podría pensar que aquellos susurros temerosos se llegarían a cumplir después de siglos? ¿Quién podría imaginar que la pureza de un sentimiento seria la causa de ahogar a aquella tierra de sangre y ensordecerla de gritos de terror?
Es esta pues la historia de un joven de piel pálida y ojos azul - plateado, un joven nacido para los espíritus, un tributo a Xibalbá*, era él, el hijo de un Gran Señor llamado Kennimaquic, su nacimiento había sido bendecido por las estrellas, con su llegada se anunció el cambio de Era, un gran renacimiento, y su sacrificio llegado el momento sería el ascenso o la caída de su civilización.
El nombre de aquel joven era Leviuic, el puro sacrificio besado por los caminos del cazador.
Así pues la existencia de este joven era sumamente importante y como tal era tratado, era la joya, el tesoro más preciado de su gente, por eso vivía encerrado en el templo del sumo sacerdote, tenía estrictamente prohibido el salir de aquel recinto sagrado, pero Leviuic era como las aves, amaba el aire fresco que venía de las montañas, era su alma de los espíritus y por eso deseaba salir de aquellos muros, anhelaba tanto el placer de la libertad, que cada vez que sus mentores tenían que bajar a reunirse con los señores él escapaba, escapaba a los fríos lagos que bordeaban su pueblo, escapaba a los bordes de los bosques de los demonios dragón. Leviuic tenía curiosidad de aquellas palabras veladas de su gente, que cada vez que visitan el templo y con la cabeza pegada al barro de los ladrillos suplicaban con voz atemorizada que los demonios con cabeza de dragón jamás volvieran, que el Chahal (1) de las comidas les proveerá de sus delicias para que su hambre voraz siempre estuviera saciada.
Así fue que un día cuando las flores se empezaban a marchitar por la llegada del invierno, Leviuic camuflado por las sombras de la madrugada se escabulló por las calles custodiadas por los guerreros, de puntillas salió fuera de los límites de su ciudad para llegar hasta el bosque de los demonios, y es que Leviuic había visto a uno de esos demonios, uno de aquellos que su gente temía, pero al muchacho azabache no le causa aquella misma sensación, más bien sintió curiosidad, curiosidad del joven con cabellos de troncos de árboles maduros, de ojos de joyas y piel saboreada por el sol, aquel joven que siempre iba al rio a lavarse en la madrugada.
Leviuic había decidido que ese día se mostraría ante el demonio cabeza de dragón, porque aquel ser con su sola presencia llenaba a Leviuic de aquello que él tanto anhelaba – Libertad – aquello que tenía prohibido desde su nacimiento, porque su destino ya estaba trazado por las estrellas del cielo, Huracán (2) mismo lo había decidió así, pero Leviuic no quería eso, no lo quería.
Causando un poco de ruido al pisar las hojas secas alertó al joven de ojos verdes, que de un movimiento veloz tomo su arma, un arma que resplandecía ante la tenue luz del alba naciente, un objeto desconocido para el azabache – era un espada – y su curiosidad solo aumento.
— ¿Quién eres tú? — habló el joven castaño en el idioma del azabache, porque su gente había aprendido con el paso de los siglos, el idioma de los nativos.
— Leviuic, hijo de Kennimaquic Ahaú (3) de la Ciudad Oculta — le contestó el azabache sin un ápice de miedo.
— Leviuic — concedió el más alto — No debes estar aquí, si mi gente te ve querrá raptarte para someter a tu pueblo, la avaricia siempre ha sido nuestra debilidad, y tú eres hermoso e hijo de alguien importante.
— ¿Tú codicias las riquezas de mi pueblo? — tanteó el muchacho dando unos pasos para acercarse al castaño — ¿Eres como dice mi gente que son los tuyos?
— ¿Demonios? — sonrió jocoso el castaño – Es cierto que le hicimos daño a tu gente hace mucho, pero también somos mortales como ustedes, y no Leviuic, no codicio nada de tu pueblo, de ser así ya estarías siendo arrastrado por mí a mi aldea para obligar a tu padre a darnos las riquezas que ustedes guardan.
— ¿Podemos ser amigos? — propuso con ojos curiosos el más bajito, mientras rozaba con sus blancos dedos la piel húmeda y morena del castaño, aquella piel que le llamaba, aquella piel que despertaba su curiosidad y un sentimiento extraño en el estómago.
— Soy Eren — le soltó el más alto antes de lanzar una carcajada alegre que hizo vibrar el corazón del azabache —. Y si me gustaría ser tu amigo — le concedió mientras tomaba la pálida mano para besarle los dedos causándole un sonrojo al azabache –. Quiero ser el amigo del ser más hermoso que mis ojos hayan visto.
Y Leviuic decidió hacerse oídos sordos de los gritos desesperados de los espíritus de sus ancestros que chillaban en sus tímpanos, aquellas voces que siempre lo habían acompañado, aquellas voces que le decían que los demonios solo están para derramar sangre, pero su hermoso tributo y oráculo solo sonrió al demonio y se dejó llevar por su propio sentir.
Hay cosas grandes que empiezan por la curiosidad, por algo pequeño como una travesura, sin saber que terminan siendo el peor caos de todos.
* Notas finales:
* Xibalba: El reino de los espíritus o el inframundo para la cultura maya o Quiché.
(1) Chahal: Guardián de las sementeras (cosechas).
(2) Huracán: Es el corazón del cielo para los Quiché.
(3) Ahaú: Jefe de tierras Maya.
Bien mis lindas nenas, este es un Fic creo que un tanto fumado – risas – no en realidad no, lo que pasa es que realmente no le leído mucho – o casi nada – de esta temática, y me dije Charly "os tienes que haceros sobre eso" y aquí esta....Como pueden ver aquí modifique el nombre de Levi y el de Kenny, es que mis nenas en aquellas épocas ¡Quien se llamaba así!, Espero sea de su agrado, este será un Fic de tres capítulos.
Finalmente solo quiero decir nuevamente ¡Perdón Fredo!
Con amor
Charly*
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¡América!
EspiritualEl nacimiento del maleficio que condenó a nuestras tierras a la esclavitud, a la pérdida de la grandeza del pasado no fue la codicia, no fue eso, no lo fue, aquel error se llamó amor, el amor prohibido entre dos seres de dos mundos distintos, de mun...