Apocalytica

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Disclaimer | Ni Shingeki no Kyojin y sus personajes me pertenecen, son propiedad de Cía. Rompe corazones, destripa hígados Hajime "La llama maligna" Isayama S.A, la trama es mía. Derechos reservados a Coorp. Charly.

Advertencia | BL. Ereri. Shota. Mpreg. OCC. Un Levi tributo Maya. Eren vikingo. Violencia. Muerte de personajes.

Nota | ¡Hi! Volví del más allá sólo para traer actualización –fantasma Charly flota en el aire – Nos vemos en el próximo momento cuando las puertas de Xibalba se vuelva abrir. ¡See you!

Nota 2: Agárrense las bragas mis nenas, y pañuelitos desechables, un rico helado y su precioso gato. ¡A leer!


¡América!

Capitulo

5

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Apocalytica

"Pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su formador, caminaban sin rumbo y andaban a gatas.

Ya no se acordaron del corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia."Primera parte, capitulo segundo. Popol Vuh

La sensación del frío golpeándolo de repente, lo despertó de golpe. Las mantas habían sido retiradas sin contemplaciones y a la fuerza. Reaccionando de inmediato cubrió al cuerpo que dormitaba entre sus brazos y cuando logró enfocar la vista, la dura mirada del Ahaú fue lo que le recibió. Casi parecía matarlo con esos ojos grises. Leviuic también se despertó. Y mientras Eren con las mejillas sonrojadas de la vergüenza por su desnudez trataba de cubrirlo a ambos, Leviuic apartaba sus brazos y se levantaba despacio.

— Padre, aún no amanece.

— Los sacerdotes han jodido toda la noche de que quieren que estés en la ceremonia del alba que harán para los cretinos esos. No tardaran en venir.

— Ahaú...

— Largo — dijo el mayor dirigiéndose a Eren —. Tú y yo al anochecer veremos nuestro trato.

Leviuic se giró hacia Eren y le vio con ojos dudosos, pero más no dijo nada, le tomó el rostro entre las manos y le dio un beso junto a suave empujón. Promesa era promesa. Eren le robó otro, tomó sus ropas y se marchó por el lugar que le había indicado el mayor con el dedo.

— Ese maldito demonio, te dejó como hueso de coyote — dijo Kennimaquic observando de arriba hacia abajo al adolescente, que embozó un sonrisita. Tenía el cuerpo marcado por mordidas y cardenales con formas de dedos—. Ven, te ayudaré a alistarte.

Mientras Kennimaquic le pasa el estropajo por la piel, el azabache soltaba quejiditos. El tacto era muy brusco, más no podía pedir menos de su padre, posiblemente era la segunda vez que recibía un baño por parte de él, la primera vez había sido cuando sólo tenía cuatro años y después de sus primeras visiones había dejado de vivir con él para irse al templo de los sacerdotes mayores. Fue su mismo padre quien lo alisto y llevó a cumplir su destino. Podía ser que a partir de ese momento una brecha se hubiera abierto entre ellos, pero el mayor siempre había estado pendiente de él.

Su padre era medio bruto en cuestiones de cariño, pero quería. En palabras más concretas, el Ahaú era más un guerrero y líder que un padre, no sabía querer pero lo hacía, de una manera tan poderosa como los torrenciales de invierno.

— Gracias. — soltó quedito el azabache, atrapando los dedos de su padre en la espalda —. Gracias.

—Ya calla, mocoso. — el hombre había ocultado la mirada, su hijo era poderoso, posiblemente si le miraba se daría cuenta de sus planes. Sentía una grieta en el pecho, pero por primera vez quería ser egoísta, y de todos modos ellos ya estaban malditos, sus acciones eran lo único que le darían un poco de paz a su maltrecho espíritu.

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