Trabajo [Kat]

28 3 1
                                    

Nos fuimos del instituto hasta la casa de Luke. Tardamos media hora en la cual unos quince minutos mantuvimos el silencio. De verdad que quería decir algo.

-Entonces, ¿el trabajo sobre la energía mareomotriz?- ¿NO SE TE OCURRÍA OTRO TEMA DE CONVERSACIÓN?

-Ajá...

-Guay, guay.- hubo otro silencio.- Vives con tu madre, ¿no?

-Si, si...

-Ah.- nuevo silencio. Esto está siendo ridículo.

Llegamos a su casa y empezamos a hacer el trabajo, con música de fondo. Llevabamos media hora cuando hablé.

- Luke, no sé si Mike te lo ha dicho pero nosotros nunca hemos tenido nada.

-Si, lo sé.

-Vale. Es solo que a mí ya no me gusta Mike.

-¿No?

-No...- hubo un pequeño silencio y pude escuchar la canción que sonaba en la radio. Thinking out loud de Ed Sheeran- ¡ME ENCANTA ESTA CANCIÓN! - chillé.

-¡A mi también!- dijo- ¿Me concederías este baile?- preguntó tendiéndome la mano. Yo me sonrojé.

Empezamos a bailar al son de la música, al principio haciendo tonterías pero después apoyé mi cabeza en su pecho y él me abrazó mientras seguíamos bailando.

-Luke...

-Dime.

-¿De verdad no te gusto el beso? El del juego de la botella.

-Me hubiese gustado si para ti no hubiese sido un beso sin importancia a un amigo.

-Me empezaste a gustar en ese momento. Cuando te sonrojaste porque te besé. Michael nunca se puso así por mi.

-¿Te empecé a gustar?- dijo. No lo podía ver, pues tenía mi cabeza en su pecho, pero podía jurar que estaba sonriendo. La acababa de cagar. Le acababa de decir que me gustaba.

-Si. Me gustas- dije. Cerré los ojos con fuerza como si así no pudiese saber su reacción.

-¿Sabes por qué me empezaste a gustar tú?- yo negué- Por como mirabas a Mike. Yo quería que me mirases igual. No lo conseguí.

-Ah, ¿no?- le mire sorprendida. Él me miró a los ojos como si así pudiese adivinar lo que pensaba.

-No- sonrió-, me gusta más como me miras a mi.- dijo y me sonrojé. Entonces unimos nuestros labios. Este beso no tuvo comparación con el de la botella. Este era suave y delicado, como si ambos quisieramos memorizar cada detalle.

Jodido DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora