𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤.

27 2 0
                                    

- ¿Estas completa pero completamente segura que no quieres acompañarme a La Madriguera? No quiero dejar a mi novia sola aquí en Navidad.

- Todavía no me acostumbro a que te refieras a mi con la palabra "novia".

Pequeños copos de nieves caían sobre Freddie y sobre mi. Había decidido acompañarlo a tomar el Expreso de Hogwarts, ya que no íbamos a vernos por casi más de un mes. Luego de haber decidido pasar la Navidad aquí, Freddie no dejó de insistirme que vaya con él a su casa, pero la verdad, no me apetecía demasiado por así decirlo. Hace menos de un mes habiamos comenzado a salir formalmente y todavía no me sentía lo mas segura posible para que ya me presentara ante toda la familia Weasley.

Definitivamente, no.

- ¿Seguro que estarás bien sin mi?

- Ve tranquilo, Weasley.

Y con una de esas divertidas sonrisas típicas de Freddie, se despidió de mi, posando suavemente sus labios sobre los míos.

Observé como subía al expreso, y lo seguí con la vista hasta que llegó a ubicarse en una de las cabinas. Con sus labios, moduló un "te quiero" y yo hice lo mismo respondiendole un " yo mas". Luego de eso, pude ver como el tren iba desapareciendo a medida que se alejaba.

...

Pasé las semanas sentada frente al lago. Era increíble como el color de todo el jardín se teñía de blanco intenso cuando caía una fuerte nevada. El césped ya casi ni se veía, a diferencia de los primeros días de inviernos, donde el pálido verde apenas se hacía notar. El silencio reinaba en todos los pasillos a causa de la cantidad de estudiantes que se habían ido para pasar las fiestas con sus familias. Eramos pocos lo que habíamos quedado. Sin contar a mi hermano, no creo que llegábamos a los diez alumnos.

Luego de tomar un par de pastelillos de chocolate de la cocina, fui directamente a la sala común para poder adelantar un poco de tarea. Al entrar, me llevé la sorpresa de que un muchacho también estaba haciendo lo mismo. No pude verle la cara, pero al acercarme y tomar asiento frente a él, pude verle la cara. Había oído de él, pero no lo suficiente como para conocerlo completamente.

Finn Black, el muchacho problemático de la casa Slytherin. Casi siempre estaba solo o acompañado de su grupo de amigos. Una vez corrió el rumor que casi lo expulsaban por provocar una pelea con un Ravenclaw. Si, problemático era la palabra que lo definía, aunque prefería no ser tan prejuiciosa.

Observé a Finn. Era alto, demasiado alto. Moreno, los ojos algo achinados, pero a pesar de la poca luz, pude ver que eran claros, verdes para ser mas específicos.

Él ni siquiera levantó la mirada. Se lo veía muy concentrado en lo que sea que estuviese haciendo. Lentamente, deslicé uno de los pasteles hasta su lado, provocando que dirigiera la mirada hacia mi.

- La tarea da hambre.- Dije, esbozando una leve sonrisa, intentando ser lo mas amigable posible.

- No me digas. - Enarcó ambas cejas cuando se percató del pastelillo, y algo brusco, volvió a empujarlo hacia mi.

Luego de eso, tomó sus libros y caminó hacia las escaleras, donde lo vi desaparecer.

Si bien, sabía que Finn era problemático. Pero acababa de confirmar otro de los rumores...

Finn Black prefería no tener amigos.

Samantha. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora