Capítulo 3: Pintor

14 1 1
                                    

Sentado en la biblioteca esperaba pacientemente a Rya. Tenía 15 minutos de retraso los que yo había aprovechado para empezar el trabajo, el cual había sido fácil porque ya había leído el libro. Estaba inmerso en la conclusión del proyecto cuando escucho un portazo fuera de lugar en la biblioteca, seguido de una voz pidiendo disculpas. Ya sin mirar sabía quién era así que al escuchar sus pasos acercándose la miró seriamente. -Llegas tarde.- le digo sin ninguna emoción en la voz. - Lo siento Miller es que tuve que...- interrumpo sus excusas y digo -Ya termine el trabajo.- Le pasó los papeles y me levanto dejándola allí pasmada. Salgo del edificio y busco mi motora en el estacionamiento de visitantes. Justo cuando voy saliendo la veo salir corriendo de la escuela y quedarse mirándome mientras me alejaba a toda prisa de allí. Seguí mi camino y tome un desvío hacia la ciudad pare en una avenida no concurrida y espere un rato. Al poco tiempo recibí una llamada al celular. -¿Ram eres tú?-celular conteste- Sí- respondí- Todo está listo puedes proceder.- Me bajé de la motora y de el compartimiento debajo del sillón saque mi pistola. La acomode cargada en mi chaqueta. Ubique mi motora en un lugar poco visible y ande por la ciudad unas cuantas cuadras hasta la oficinas de Byrons.Inc espere aquí que saliera mi víctima y la persegui en el anonimato. El tiempo pasó volando y cayó la noche. Mi objetivo seguía en movimiento, yo la seguía en la expectativa. De pronto el panorama comenzó a cambiar y emprendió su camino hacia los suburbios. Justo cuando se desviaba por el callejón que sabía tomaba todos los días para llegar más rápido ha su casa la aborde. -Buenas noches señora Alicia.- Ella me miró asustada y me pregunto.-¿Quién eres?- sonrei- Soy el ángel de la muerte.- en un rápido movimiento saque mi pistola y deje un disparó en su frente. Lo mejor de todo era el cuadro que deje pintado. La mujer tirada en el piso con cara de espanto y un charco de sangre cubriendo el piso. Tome una foto y la mande a centro. Me aleje de la calle bajo la protección de la oscuridad. Ande como por 15 minutos con cuidado de no dejar notar las manchas de sangre en mi ropa. Ubique un contenedor fuera de la vista de la carretera y con un encendedor incendie mi chaqueta y mis guantes para así deshacerme de la evidencia. Luego seguí hasta encontrar mi motocicleta para hacer el camino de regreso a casa....


Olvida tú sueño...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora