Capitulo 19

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El viaje a casa fue más tedioso de lo que había sido la primera vez. Creía que tenía algo que ver con el hecho de que esta vez iba al lado de mis padres... Primero viajamos hacía Portland y de ahí tomamos un avión hacía California, que duró varias horas, y que en mi punto de vista, parecieron años. Al bajar del avión, mi resaca había aumentado y lo único que quería era llegar a mi dormitorio y dormir todo el día. Incluso Bryan podía esperar. Y claro que lo haría, ya que él se había quedado junto con el resto de su familia en Norway, arreglando algunos asuntos de quien sabe qué.
Mamá llamo a un taxi, subimos a él y yo instantáneamente caí dormida, abriendo los ojos una vez que habíamos llegado a nuestra casa en West Hollywood.
Nos bajamos del coche, y mientras mamá pagaba la cuenta y papá abría la puerta de la casa, yo simplemente me quede ahí fuera, observando el cambio drástico que había ocurrido desde la última vez que estuve aquí.
Alguien había mandado a poner cristales nuevos, también podaron el pasto e incluso le dieron una pasada de pintura por la pared que daba hacia la calle. Sentí una mano posarse sobre mi cintura y me gire para observar a mamá.
-Bienvenida a casa, de nuevo.
Me tomo de la mano y me guió hacia el interior de la casa. Me gusto la vista que tenía. Todo estaba en perfecto estado, como al inicio del verano. Me dio melancolía y por un segundo de verdad quise abrazar a mi madre por el esmero de reconstruir todo de nuevo.
La deje sola, junto con mi padre para que ellos dos pudieran instalarse y también pudieran descansar, porque tenía la certeza de que ellos estaban más cansados que yo. Subí las escaleras y después entre a mi habitación, a la cual tenía tanto tiempo sin ver.
Me reí y tire la única valija que tenía al suelo, corrí hacía la cama, aventándome contra ella y cerré los ojos, quedándome dormida.
No tenía idea de cuánto tiempo me había quedado dormida. Solo sabía que estaba muy oscuro y alguien me había despertado llamando por teléfono.
Revise la hora; Diez y media de la noche, ¿quién podría ser? Conteste y salude.
- ¿Bueno? ¿Quién habla? -Pregunte con voz adormilada-.
-¿___? ¿Eres tú? -Una familiar voz femenina pregunto a través de la línea. Rápidamente la identifique. Caroline-. Oh, yo sé que eres tú. ¡Querida! ¿Cómo has estado? Me he enterado de lo que te paso haya en Maine. Quería ir con tus padres a visitarte allá, al hospital, pero mis padres no me dejaron... ¡Me tenías muy preocupada!
Me rasque la cabeza y baje la mano hacia mi estómago. Tenía demasiada hambre-. No te preocupes. Me siento mejor. Solamente tuve una pérdida de la conciencia por varios días... Como un desmayo prolongado. No tendrá repercusiones en el futuro así que, supongo que no fue nada grave.
-Por supuesto que fue algo grave. Pusiste tu vida en juego. ¡Oh! Te juro que muero por verte. Te compre un pequeño obsequio y uh... sé que es algo tarde pero, tal vez podríamos salir hoy y...
-Créeme, también yo muero por verte, pero sinceramente me siento cansadísima. Tal vez mañana... ¿Qué dices?
-Por supuesto. ¿A las tres en Panera?
-Claro que sí. Nos vemos allá. Te quiero, adiós -Caroline colgó.
Me quede acostada un rato más, hasta que los gruñidos de mi estómago se hicieron cada vez más fuertes. Me levante y me saque la ropa arrugada, solo para después envolverme en una sábana. Abrí la puerta y baje las escaleras de dos en dos.
Extrañamente, las luces estaban ya apagadas y no había ni un solo ruido en el aire. Decía esto porque, generalmente, papá y mamá se iban a dormir más tarde, y no tan temprano. Decidí no prestar atención y camine hacia la cocina.
Abrí el refrigerador y tome un jugo y un par de galletas. Cerré la puertita y me gire, aventando las cosas al suelo.
Porque alguien estaba parado en el marco de la puerta.
Y me estaba mirando, justo a mí.

- ¿Pero qué mierd...?
-¡____! ¡No te permito que utilices ese lenguaje en esta casa! -Dijo mi padre saliendo de la sombra en la que permanecía oculto. Suspire aliviada-.
-Perdón papá. Me diste un susto de muerte -Tome una servilleta que había sobre la barra de madera y me coloque en cuclillas para limpiar el desastre que había hecho. Papá se acercó a mí y comenzó a remover los pedazos de vidrio con mucho cuidado-. ¿Qué hacías? Pensé que ya estabas durmiendo.
-No realmente. Tu madre si es la que está durmiendo -Admitió, levantándose y colocando los vidrios en el basurero. Sacudió sus manos y me ayudo a incorporarme-. He recibido una llamada.
- ¿Ah sí? ¿Quién era? -Pregunte, sentándome sobre un banco y tomando un plátano que había sobre el frutero-.
-Era Laura, la madre de Bryan-Deje de masticar y enfoque toda mi atención en mi padre, que tenía el ceño fruncido y las manos sobre el regazo-.
- ¿Y bien? ¿Qué fue lo que dijo?
Papá mordió su labio inferior y me miro por unos segundos, con una expresión inerte en su mirada. Me desespere.
- ¿Papá? Vamos, habla. Me tienes preocupada, ¿qué es?
Rasco su cabeza y suspiro. Después, el contesto-. Es sobre Bryan. Me dijo Laura que mañana mismo regresarían aquí. Al parecer han encontrado un cirujano que... Probablemente podrá operar a Bryan por lo de su ceguera. Al parecer en dos días. ¿Oíste? Hay posibilidades de que pueda recuperar su vista...
¿Acaso había oído bien? ¿Realmente había escuchado bien? Todo parecía tan imposible... Tan surrealista. Al parecer, había esperanzas de que Bryan, mi hermoso novio de los ojos pálidos pudiera recuperar su vista. Al fin podría ver. Podría observar el nuevo mundo que había tejido en estos meses. Con sus amigos, con su familia. Conmigo. Podríamos vernos finalmente a los ojos, tener un romance normal. Podríamos querernos como dos adolescentes, amarnos como dos personas dementes. Sin barreras. Nadie nos podría detener ahora.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y sonreí como tonta, no me importo que mi padre me viera. Esta demasiado feliz. Me levante de golpe y me acerque a él, abrazándolo y riendo.
- ¡Es la mejor noticia que me has dado en toda mi vida! ¿Lo entiendes? ¡Recuperara la vista! -Enterré mi rostro en su camiseta y sentí a sus brazos envolverme en un abrazo. Papá me separo de él y me volvió a dar esa mirada seria que tenía-.
-No lo entiendes. No quiero que te hagas esperanzas. Sé que es grandiosa la noticia pero, ¿qué tal si no todo funciona de acuerdo a los planes? No quiero que te hagas falsas ilusiones.
-No te preocupes, papá. Sé que todo irá bien.

Blind Heart [Bryan Mouque y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora