Capítulo 6

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Me duele mi cabeza por el golpe que recibí, me siento mareada. Estoy en la esquina de la habitación sentada en el suelo.

Me levanto del suelo para observar el lugar, al parecer es una oficina, hay un enorme escritorio hermoso.

Observó todas las cosas que tiene en el escritorio, -Buenos días-. Salto en mi lugar al escuchar la voz, giro mi vista  hacia la puerta, observó a una señora grande de edad, de ojos claros, es de estatura alta.

La señora esta cerrando la puerta con suavidad. Mientras cierra la puerta me alejo del escritorio sin hacer ruido.

La señora se sienta en la silla del escritorio, yo no me muevo solo observo a la señora.

La señora me dice, -Por favor, toma asiento-. Obedezco su indicación, la señora me observa de pies a cabeza, me dice tranquila, -¿Que querías hacer a noche?-. Le respondo con seguridad, -No pienso responder a su pregunta-. La señora se molesta a mi repuesta, me dice firme, -No me eh presentado, mi nombre es Adalia soy la encargada del orfanato-. Le digo desesperada, -¿Sabe donde puedo encontrar a mis padres?-.

La señora Adalia me mira fijamente a los ojos, me dice con voz de autoridad, -Déjame aclararte una cosa, jamás saldrás del orfanato-. Le digo gritando, -Usted no tiene el derecho de encerrarme en un lugar como este-. La señora Adalia se levanta de su asiento para decirme con voz firme, -Tienes mucha seguridad para hablar conmigo de esa manera-. Agacho la cabeza por unos minutos para reflexionar, es la dueña del orfanato que pasa si me deja sin comer o me golpea o me castiga, creo que debo respetarla, en mi antigua casa todos hacían lo que yo ordenaba.

La señora me dice, -Descuida no te pasara nada, tu padre me dio dinero para cuidarte bien por 6 meses, en estos meses te toleraré y te alimentare mejor que a los demás niños, se que no estas acostumbrada a hacer estas actividades y a obedecer órdenes,-. Miro a los ojos de la señora Adalia, le digo, -Lamento si la ofendí, tengo que ser más prudente-. La señora Adalia me dice, -Solo te falta ser más noble, pero te advierto que si alguien desobedece será castigado-. Asiento  con un ligero movimiento de cabeza.

Me retiro de la oficina de la señora Adalia. Me dirijo al comedor, mientras camino por el pasillo, pienso en James ¿que le habrá pasado?, tal vez logró escapar del orfanato. -Hola Marlene-, al oír la voz de Liesel me saca de mis pensamientos, respondo a su saludo, Liesel me dice, -¿Donde estabas?- Le respondí, -Tuve que arreglar unas cosas-.

Mientras esperamos en la fila para recibir nuestra comida, una señora se acerca hacia mi, me dice, -Marlene Wilson, acompáñame-. Asiento con la cabeza, me salgo de la fila para irme con la señora, llegamos a la mesa en donde se encuentra la señora Adalia, me dice, -Agarra tu comida, tiene carne, espagueti y verduras, acompañado con un jugo de naranja, disfrútalo-. Agarro el plato que esta lleno de comida, se dibuja una sonrisa en mi rostro al ver el inmenso plato de comida.

Después de agarrar el plato de comida, me dirijo a la mesa en donde se encuentra Liesel sentada.

Liesel no deja de mirar mi plato, le digo amable, -¿Quieres ayudarme a terminar mi comida?-. Liesel asiente con la cabeza, intenta agarrar un pedazo de carne pero se detiene a mitad del camino, me dice con inseguridad, -Estas segura-. Le sonrió, le digo con seguridad, -Si claro, no creo poder comérmelo todo-. Liesel empieza a devorar  la comida que se encuentra en mi plato.

Liesel tenia mucha hambre. Le pregunte, ¿Cuando fue la ultima vez que comió carne?, me respondió que en el orfanato dan una vez al mes carne y solo es un pedazo de una mordida.

Fue un día muy cansado, antes de irme a dormir, observó la foto de mi padre y madre que se encuentran en el dije. James me dijo que no se lo enseñara a nadie o si no me lo robarían.

Buscando la NoblezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora