El día después

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AYER

A pesar de que estuvimos despiertas hasta tarde, primero por la fiesta y luego hablando de Luis hasta que Martina se quedó dormida me desperté temprano, tomé el celular y vi que apenas eran las 8:30 de la mañana. Trate de darme vuelta y seguir durmiendo  pero sabes cuando estás muy cansado pero justamente en ese momento tu mente decide pensar en todos los problemas que tienes en la vida, bueno eso sucedió. Comencé pensando en que en esa semana Martina y yo comenzaríamos los finales y no quedaría tiempo para hacer nada, por lo tanto debería aprovechar levantarme para disfrutar el sábado, pero admito que lo que me hizo levantar ese día fue recordar lo que ocurrió la noche anterior, ese momento me tenía atormentada, cerraba los ojos y lo sentía besándome, me tapaba la cara con la sábana y podía recordar la sensación exacta de su mano bajando de mi espalda hasta mi cadera. -Basta deja de pensar en eso-  decidí dejar de dormir y levantarme de inmediato.

Como me había quedado a dormir con Martina para poder hablar me levanté con cuidado para no despertarla, entre al baño me lavé la cara, hice una cola alta en mi cabello, luego salí tome mi vestido, mis tacones y dejé el cuarto sigilosamente sin que ella lo notara, cuando traté de cerrar la puerta para que no se despertara alguien tiró algo al piso y yo grité del susto haciendo que Martina se despertara, ella corrió hasta la puerta y cuando miramos al fondo del pasillo estaba Rodrigo "terminando" su fiesta Martina me miró y comenzó a reírse -Voy a bañarme, nos vemos abajo- le dije, caminé hacia las escaleras pero el cuarto de Rodrigo estaba justo al lado de ellas, y ahí esta él parado, sin camisa y besando a una chica. Créeme no era la primera vez que presenciaba una escena como esta, pero si era la primera vez que me quedaba petrificada mirando lo que ocurría, entre los nervios tiré mis zapatos y eso hizo que ellos se separaran yo los recogí y me apresuré a bajar las escaleras sin mirar atrás.

Cuando llegué a mi habitación sentí que cada centímetro de mi piel se incendiaba, estaba muy enojada y no con él... conmigo por haber quedado como estúpida mirando y sobre todo por pasar toda la noche pensado en qué había significado ese beso -De verdad que eres bien tonta...- me dije mirándome al espejo. Como era sábado busqué algo cómodo y fresco que ponerme, tomé de mi closet un short de jean muy corto, una blusa de colores sin mangas y mis converse blancas, me hice en el cabello una trenza y me fui a desayunar. Los sábados normalmente todos comíamos juntos en la cocina de la casa grande, era el día en que todos despertábamos tarde por haber estado de fiesta o lo que sea el día anterior y también porque mi mamá sólo hacia una comida para todos.

Nuestra casa estaba dentro de la propiedad de los Lujan, era una especie de Chalet, dos pisos tres habitaciones, tres baños, cocina, sala-comedor, perfecta y al salir de ella debías caminar un poco para llegar hasta  la casa principal. Al salir caminé y atravesé el jardín principal, observé que Rodrigo me miraba desde uno de los ventanales, pero había decidido hacer como si nada hubiese ocurrido, pronto se iría de casa y todo volvería a la normalidad. -Todo fue producto del alcohol.... todo fue producto del alcohol.... todo fue producto del alcohol- iba repitiéndome, rodeé la casa y entré por la puerta de servicio directo a la cocina. Ya Martina estaba en el mesón con mi hermano desayunando.

Todos hablaban sin parar de las cosas que habían ocurrido la noche anterior -Genial estuvo cuando  Luis tomó a Alana por la cintura y la lanzó con todo y ropa a la piscina- mi madre cubrió su cara -Y eso en qué momento ocurrió- pregunto mi madre a Martina -Mucho rato después de que todos ustedes se fueron a dormir- contestó Eduardo.

-¡Bueno días!  oh por Dios Café- dije entrando a la cocina -¡Buenos días! ¿Vas a desayunar??-preguntó rápidamente mi madre, yo me acerqué rápido y le di un beso -Si, pero tranquila yo puedo servirme... ¿la fiesta estuvo buena verdad?- dije tomando un plato -¡Si, pero tu desapareciste un rato y luego llegaste todo golpeada!-, mis ojos se abrieron grandes como unos platos -¿Golpeada?- preguntaron a coro Eduardo y mamá -¡Gracias Martina, ya sé a quien le contaré si cometo un asesinato!... No fue nada, quise ir a retocarme a la casa y me tropecé y pues como andaba en tacones pues me di un fuerte golpe, Martina quien debe aprender a callarse me ayudó a terminar de limpiarme y luego regresé a la fiesta-  <<segunda mentira por ese idiota en menos de 24 horas>>  pensé mientras mi mamá me revisaba -¿Hasta que hora se estuvieron en la fiesta?- preguntó mi madre -Hasta temprano- contestamos todos a coro y comenzamos a reírnos sabíamos que no era cierto -Fiesta?... fiesta tuvo Rodrigo toooda la noche!- dijo Eduardo, cuando alce la mirada, estaba Rodrigo al pie de la escalera de servicio, despeinado, descalzo, con los pantalones de la noche anterior y sin camisa... Rodrigo, a pesar de que era delgado estaba muy bien definido, su abdomen era plano y marcado y su piel era muy blanca, no albina pero si era el típico rubio. Yo me le quedé observando pero cuando nuestras miradas se toparon , decidí terminar de servirme mi comida y desayunar.

Ámame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora