HOY
Cuando llegamos a casa, Ricardo tomó a Emma quien se había quedado dormida y la llevó a su habitación... yo me fui a la cocina a preparar café y algo de cenar, sabía que él jamás se iría a descansar hasta que esta conversación no hubiese acabado -¿No se despertó?- él negó con la cabeza -No me gusta que se vaya a dormir sin cenar- saqué unas tortillas de refrigerador, era lo más rápido y liviano que podía preparar -Pues si se despierta en la madrugada podemos darle un tetero ¿no? al menos la sustentara hasta mañana y puede dormirse de nuevo- sugirió el, yo asentí.
Luego de cenar nos sentamos en el sofá un rato a ver televisión, mis ojos estaban pesados y sentía que mi cuerpo no tenía fuerzas para moverse, mi mente viajaba por diferentes escenas de mi vida... momentos donde él estaba presente; Ricardo me observaba fijamente y yo sólo respiraba y trataba de prestar atención a lo que pasaba en el televisor, habían pasado como 3 horas desde que llegamos a casa y yo no había emitido otra palabra, en segundos sentí que trepaban sobre mi -Hola mi amor ¿todo bien?- Emma se acurrucaba en mis brazos sin soltar su peluche ni su manta. Cuando alcé la vista Ricardo estaba frente a mi con el tetero en sus manos -¿Tienes hambre?... te dormiste sin cenar- Emma no emitía ni una palabra, luchaba con su cansancio y sus ganas de comer. Le di el biberón y comenzó a tomarlo, luego levantó la mano para pedirle a Ricardo que se sentara junto a nosotras, el inmediatamente sentó a mi espalda y me trajo hacia su pecho, mientras yo acunaba a mi hija. Con una mano acariciaba mi cabeza y con la otra nos mantenía abrazadas -¿Prometes no juzgarme luego de que te diga toda la verdad?- dije mirándolo a los ojos -Prometo quedarme a tu lado hasta que me pidas que me vaya-
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AYER
Cuando Eduardo y Rodrigo regresaron a la casa ya los invitados habían llegado y estaban al rededor de la piscina. Martina y yo le habíamos pedido ayuda a mamá para atenderlos mientras nosotras nos alistábamos, por lo tanto el servicio de la casa se paseaba de un lado al otro organizando todo, llenado las neveras de gaseosas para que los invitados pudieran servirse y llevando snacks para que también pudieran comer algo mientras nosotras bañábamos.
Martina fue la primera en estar lista -¿Lista o te falta algo más?- yo me miraba en el espejo -Si, lista- ambas decidimos bajar vestidas y esperar un rato antes de entrar a la piscina, además queríamos dejar todo organizado para la comida, mamá había trabajado mucho el día anterior y no era justo que también se ocupara de nuestros inventos diarios. -pondremos todo de manera que la gente se sirva y no haya necesidad de que nadie los atienda, solo de recargar las cosas que se vayan agotando- Martina asintió y me sugirió que moviéramos un mesón en el que se había servido el catering la noche anterior. Tratamos de moverlo pero era muy pesado -Levanta con fuerza- decía Martina frustrada, cosa que me causaba risa y no podía parar de reír porque por más que lo intentábamos este no se movía y Martina más se molestaba.
-Yo les ayudo- dijo alguien a mis espaldas, cuando se acercó pude distinguir al Luis de Martina con otro de sus amigos -Jose, tú toma el lado por donde está Martina y Ale y yo levantamos por este- los ojos de Martina resplandecían de emoción, entre los cuatro movimos la mesa y la colocamos cerca de la parrillera y retirada de la piscina para que la comida no se mojara. cuando dejamos la mesa tuve que sentarme para poder reírme y al mismo tiempo tomar aire -En serio creí que a alguna de las dos se nos iba a salir los ojos tratando de levantar eso- dijo a Martina, Luis se sentó a mi lado en una de la sillas de tomar sol pero frente a Martina y su amigo se sentó junto a Martina y frente a mi. Todos estuvimos un rato conversando y riendo sobre lo difícil que había sido mover un mesón - En nuestra defensa diré que se veía más liviano cuando la agencia lo trajo- agregué yo -Por cierto Ale, aunque sea tarde para presentaciones... él es José Alejandro Martín, estudia con nosotros- José extendió su mano -Un placer- dije dándole la mano.
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Ámame si puedes
Romance¿Cuando debemos decir alto a aquello que amamos pero que nos hace daño? Alejandra y Rodrigo han pasado toda su vida peleando, compitiendo y retándose... desde niños su diversión era desquiciar al otro completamente, pero cuando crecen y la atracción...