Extraño

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Me quedé al lado de la valla de aquella propiedad. Siempre me quedaba allí mientras el entraba y desaparecía por horas. No entendía por que tú y yo nos teníamos que quedar aquí, pero no intentaré encontrar una solución. Solo nos sentamos en el suelo, miramos las nubes, y cuando se hace de noche, contamos estrellas.
Hora tras hora, no acontecía nada, nunca aparecía el muchacho, ni siquiera para comer o descansar, y por un momento me volví a preguntar...¿Que es lo que ocupa tantas horas de su tiempo? ¿Que le tiene tan abstraído como para no acordarse ni de comer?
De cuando en cuando se oía alguna nota de la canción de las hienas, parecía que nos llamaban para jugar, para despertarnos de esta somnolencia.
Ya de noche, el muchacho apareció, y le seguimos en silencio de vuelta a casa. En ese lugar a primera vista abandonado vivía el muchacho, solo, sin nadie que le apoyara o ayudara. Yo no recuerdo a sus padres, y tu no los has visto, las fotos que había las quemó en un arranque de furia.
Él encendió la tele, para no sentirse solo, aun que apenas se veía nada, y fue a lavarse al baño.
Cuando me acerqué, él estaba frente al espejo, con lagrimas en los ojos, y su mirada se encontró con la mia, aun que sabia que no podía verme. Más lagrimas caían mientras articulaba:
-Lo siento.

Él: Arquitectura De Una Soledad OlvidadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora